La Selección Mexicana tenía en la mira el objetivo de romper el récord de asistencia en un partido de futbol en Estados Unidos. Esta oportunidad daría lugar en el emblemático Kyle Field, ubicado en Texas, donde se esperaban 102 mil aficionados para presenciar el enfrentamiento entre el Tricolor y Brasil, sin embargo, no se logró la meta.
El objetivo era superar la cifra de 92 mil 216 aficionados que abarrotaron el Rose Bowl en el año 1996, cuando México enfrentó a Estados Unidos. Este récord permaneció durante décadas, pero la empresa de marketing que organiza estos eventos estaba decidida a reescribir la historia.
El Kyle Field tiene una capacidad para más de 100 mil espectadores y nunca había recibido un partido de futbol soccer, por lo tanto México como esta arena estaban listos para batir el récord de asistencia en un partido de selecciones en territorio estadounidense.
Aunque alcanzar este objetivo no era tarea fácil, las primeras señales fueron alentadoras, pues en la primera semana de venta de boletos, se adquirieron más de 50 mil entradas. Lamentablemente, el representativo mexicano no cruza por su mejor momento y sólo sumó 85 mil 249 aficionados.
El país norteamericano se ha convertido en una extensión financiera para la Selección Mexicana, gracias al respaldo de la afición, que acude partido a partido a los encuentros de la escuadra azteca, independientemente del rendimiento. En esta ocasión las expectativas eran mucho más altas al enfrentar a la Verdeamarela.
La Selección Mexicana no rompe récord desde 2010
Cuando se trata de futbol en tierras estadounidenses, la Selección Mexicana a menudo protagoniza encuentros memorables que atraen a multitudes impresionantes. Estos partidos son muestra del apoyo y la cercanía de la afición mexicana en el extranjero.
Uno de los eventos más destacados en la historia de la Selección Mexicana en Estados Unidos tuvo lugar en 1996, cuando México jugó contra a su eterno rival, el combinado de las Barras y las Estrellas, en el Rose Bowl de Los Ángeles, California. El estadio recibió a 92 mil 216 aficionados, estableciendo el récord de asistencia.
Otro enfrentamiento que se llevó la marca de asistencia fue 2010, en un México vs Nueva Zelanda en el mismo Rose Bowl de Pasadena, California. En esta ocasión, el encuentro atrajo a 90 mil 526 aficionados. Este es récord oficial para el Tricolor, pues administrativamente jugaba como local, pero en terreno norteamericano.
El encuentro del representativo azteca frente a la Canarinha también dejó su marca en la historia de los encuentros en Estados Unidos. En 2012, en el AT&T Stadium, México y Brasil se enfrentaron ante 84 mil 516 seguidores y el marcador final favoreció al combinado tricolor.
mmt