La red francesa de trenes de alta velocidad fue golpeada el viernes con numerosos actos “criminales” de vandalismo, incluidos incendios provocados, que paralizaron los desplazamientos a París desde el resto de Francia y Europa apenas unas horas antes de la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos.
Las autoridades abrieron una investigación sobre las “acciones criminales” que podían suponer penas de 15 a 20 años de prisión, aunque dijeron que no había una conexión directa con la justa olímpica.
Dijeron que los agresores habían atacado de forma estratégica las rutas principales desde el norte, este y oeste hacia París, horas antes de que la ciudad acogiera la ceremonia de apertura y que habría “enormes consecuencias”, con “cientos de miles” de personas varadas que intentaban visitar París por vacaciones o los Juegos.
Mientras las autoridades parisinas se preparaban para un desfile por el río Sena en medio de fuertes medidas de seguridad, se reportaron tres fuegos cerca de las vías de las líneas de alta velocidad Atlántica, Norte y Este, en intersecciones de vías para duplicar el impacto, afectando a unos 250 mil viajeros, entre ellos, varios deportistas olímpicos.
Dos de cuatro trenes que trasladaban a deportistas de los Juegos en la ruta Atlantique de alta velocidad en el oeste fueron frenados previo a la ceremonia de apertura, afectados por el sabotaje, dijo un funcionario del operador ferroviario SNCF.
El primer ministro saliente, Gabriel Attal, dijo que se había movilizado a los servicios de inteligencia franceses para encontrar a los responsables y describió los incidentes de “actos de sabotaje”, que fueron “preparados y coordinados”. No se reportaron heridos.
La ferroviaria estatal SNCF dijo que no sabía cuándo se reanudaría el tráfico y temía que las interrupciones continuarían “al menos todo el fin de semana”, por lo que recomendó a “todos los pasajeros que aplacen su viaje y no vayan a la estación” y especificó en su nota de prensa que todos los pasajes podían cambiarse o reembolsarse.