Después de 28 años, la Selección Mexicana regresa al Estadio Francisco Morazán en San Pedro Sula, para enfrentar a Honduras en los cuartos de final de la Liga de Naciones de la Concacaf. Este escenario fue testigo de una de las victorias más memorables de Honduras sobre México, cuando los catrachos se impusieron 2-1 en 1996, en la clasificación al Mundial de Francia 1998.
Tras su reciente remodelación, el recinto tiene una capacidad para 18 mil espectadores, además de que presenta una nueva cara, la cual fue pintada por la joven artista hondureña Dalia Balmaceda, quien inmortalizó los grandes momentos de este escenario, incluyendo la histórica victoria sobre el combinado azteca.
Las renovaciones incluyeron la instalación de nuevo sistema de iluminación LED, mejoras en las butacas, y la incorporación de un pasto híbrido compuesto por un 95% de pasto natural y un 5% de sintético, diseñado para soportar las duras condiciones climáticas de San Pedro Sula.
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Sin embargo, hay peculiaridades del Morazán que no han desaparecidas y siguen llamando la atención, como el hecho de que una de las cabeceras, detrás de las porterías, no cuenta con tribuna.
No obstante, una de las características que podrían cambiar el ambiente del partido es que las gradas de todo el estadio están muy cerca de la cancha, poniendo en peligro a los jugadores, si el encuentro llega a calentarse, como ha pasado en anteriores ocasiones.
Además de adaptarse al renovado terreno de juego, México enfrentará condiciones climáticas complicadas, como alta humedad y posibles lluvias, que suelen beneficiar al equipo local.
Honduras cedió su vestidor a la Selección Mexicana
La Selección de Honduras cedió su vestuario a la Selección Mexicana para el partido de ida de los cuartos de final de la Nations League de Concacaf. Este gesto fue orientado a mantener un ambiente más amistoso en un duelo históricamente intenso, para garantizar un entorno controlado en uno de los estadios más emblemáticos de San Pedro Sula.
El combinado hondureño utilizará el vestuario del Real España, el equipo local del estadio, mientras el Tricolor ocupará el espacio destinado originalmente para los anfitriones. Esta decisión busca evitar cualquier fricción innecesaria antes del partido.
Por su parte, los jugadores hondureños tendrán que adaptarse a un espacio diferente, un detalle que podría ser menor en lo logístico, pero simbólicamente relevante en un encuentro donde cada detalle cuenta.
mmt