El AT&T Stadium de Arlington, Texas, fue el escenario de uno de los combates más esperados del año, en el que Mike Tyson, a sus 58 años, volvió del retiro para enfrentarse a la estrella de redes convertido en boxeador, Jake Paul. Sin embargo, el combate dejó muchos sinsabores, tanto para los asistentes como para los que vieron la pelea desde casa.
Este enfrentamiento terminó con la victoria de Jake Paul por decisión unánime. A pesar de las expectativas, el espectáculo fue considerado “pobre”. Sin embargo, entre lo rescatable, hubo un detalle que se robó la atención.
La particularidad fue que Mike Tyson estuvo mordiendo constantemente su guante izquierdo, esto durante toda la pelea. El comportamiento desconcertó a los fanáticos, por lo que al final de la batalla, el excampéon fue cuestionado sobre el tema.
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Con una sonrisa y en tono de broma, ‘Iron Mike’ respondió: “I have a biting fixation” (tengo una fijación con morder), haciendo referencia a su histórica mordida a Evander Holyfield en 1997, cuando le arrancó parte de la oreja a su rival.
No obstante, tras su respuesta, comenzaron a circular diversas teorías sobre las mordeduras del guante. La más popular sostiene que se trataba de un tic nervioso, una especie de movimiento involuntario y repetitivo que el cuerpo genera ante situaciones de tensión o estrés.
Después de la victoria, Jake Paul expresó su respeto por hacia una de las leyendas del boxeo, haciendo una reverencia hacia él, aunque más adelante, el propio influencer confesó que no dio lo mejor de sí durante la pelea para evitar causarle daño a su oponente.
Mike Tyson y su fijación por las mordidas
A sus 58 años, y tras casi dos décadas de retiro, Mike Tyson volvió al ring, en una pelea que no cumplió con las expectativas de muchos, pero recordó a los fanáticos que con ‘Iron Mike’ nunca se sabe lo que puede pasar.
Uno de los momentos más recordados de la carrera de el excampeón fue en 1997, durante su revancha con Evander Holyfield. Un año antes, Holyfield le había despojado del título de campeón mundial de peso pesado, en una pelea que Tyson consideró injusta.
Con el deseo de recuperar su corona, el originario de Brooklyn entró al ring lleno de ira, y esa frustración lo llevó a perder el control en el tercer asalto, pues Tyson mordió la oreja de Holyfield, arrancándole ocho centímetros de cartílago.
Las imágenes mostraron cómo ‘Kid Dynamite’ escupió el pedazo de oreja. Aunque Evander fue trasladado de inmediato al hospital, el trozo de oreja nunca pudo ser recuperado; Tim Hallmark, preparador físico de Holyfield en ese entonces, reveló que se perdió durante el trayecto en ambulancia.
mmt