El cambio de localía de Cruz Azul al Estadio Olímpico Universitario presenta más problemas de los esperados. Aunque la directiva cementera buscó una solución para mantener al equipo en Ciudad de México, la decisión no dejó satisfechos ni a su propia afición ni a la de Pumas.
Además, una restricción de parte de los Universitarios puso en jaque su plan de establecerse en CU, pues Pumas no permitirá que La Máquina juegue como local en los enfrentamientos directos entre ambos equipos.
Esta condición aplica tanto en la temporada regular como en instancias de liguilla y competencias internacionales como la Concachampions, en caso de que se crucen en dichas fases.
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La Liga MX confirmó que el partido correspondiente a la Jornada 14 del Clausura 2025, donde Cruz Azul debería recibir a Pumas, tendrá que disputarse en otra sede. Ante esta situación, la directiva celeste está evaluando opciones como el Estadio Nemesio Diez en Toluca o el Estadio Cuauhtémoc en Puebla.
El primer partido de Cruz Azul como local en CU, contra Atlas, servirá como termómetro para medir la aceptación de los aficionados. No obstante, el descontento y las restricciones impuestas por Pumas plantean un reto significativo para la directiva cementera.
Afición de Cruz Azul rechaza jugar en CU
Los seguidores de Cruz Azul ven con desagrado la pérdida de la localía, pues consideraban el Estadio Ciudad de los Deportes como parte de su identidad, ya que estaban acostumbrados a esta sede.
Por otro lado, la afición felina no está contenta con la idea de compartir escenario con un rival como los celestes. La hostilidad que presenta ‘La Rebel’, una de las barras más intensas del futbol mexicano, hace que el cambio sea aún más controvertido.
La medida también incluye restricciones para las barras visitantes. En el caso de los partidos entre ambos equipos, el grupo de animación visitante no podrá ocupar la zona del Pebetero, espacio tradicional de La Rebel, la barra oficial de Pumas.
En cuanto al equipo femenil de Cruz Azul, sus partidos seguirán disputándose en las instalaciones de La Noria, lo que reducirá el desgaste del césped del Estadio Olímpico Universitario. Aunque esta decisión alivia en parte la carga operativa, también refuerza la sensación de que CU no es un hogar permanente para La Máquina.
