Los gritos homofóbicos en el Estadio Azteca se volvieron reiterativos y el árbitro César Arturo Ramos tuvo que suspender el partido por algunos minutos.
En un inicio decidió mandar a los jugadores al medio del campo, pero tantos fueron los gritos e contra del portero de Rayados, que el silbante central decidió suspender el juego por 10 minutos.
Hasta el momento el encuentro se encuentra 4-1 a favor del Monterrey, 5-1 en el global, y enfrentará al América en la final de la Concachampions.
La policía empezó a decirle a los asistentes que abandonaron las butacas, ya que una de las reglas señala que a los que sean descubiertos se les invitará a salir.