Empañado por un brutal abuso de la policía brasileña contra aficionados argentinos, el partido de la Jornada 6 de las Eliminatorias Sudamericanas entre Brasil y Argentina terminó en favor de los campeones del mundo con solitaria anotación de Nicolás Otamendi y con ese tanto los locales sufrieron su primera derrota en su casa en la historia de los boletos al Mundial.
En un partido sumamente tenso y con poco futbol la Selección Argentina ganó 1-0, incrementando la crisis de la canarinha en las Eliminatorias Conmebol, pues sumaron su tercera derrota al hilo, además de que en su casa habían sido invencibles, pero todo tiene un final.
Para mala fortuna los reflectores y los ojos del mundo estuvieron en la penosa muestra de violencia que se presentó en las gradas del Estadio Maracaná.
Cuando la ceremonia de los himnos nacionales, al mismo tiempo estallaban los choques en las gradas del estadio. Los jugadores de la Albiceleste se dieron cuenta y encabezados por Lionel Messi se acercaron a la tribuna para evitar que los agentes brasileños siguieran golpeando a los hinchas argentinos.
El ganador del Balón de Oro, con la banda de capitán en su brazo, emprendió camino de regreso a los vestuarios del Maracaná y con un gesto llamó a que el resto de sus compañeros lo siguieran.
El portero Emiliano Dibu Martínez golpeó a un oficial para tratar de evitar más agresiones a sus compatriotas. Después de más de 20 minutos el compromiso por fin empezó, no sin antes ver a personas heridas abandonar el estadio.
Rodrigo de Paul quedó tendido en el terreno de juego con sangre brotando de su nariz tras un manotazo de Gabriel Jesús, el mediocampista del Atlético de Madrid, incluso tuvo que cambiar su playera.
Messi no dejaba de hablar con Rodrygo. El astro del Inter Miami se enganchó con la joven estrella del Real Madrid y el “10” de la Canarinha ante la baja por lesión de Ney. Antes del arranque del duelo La Pulga tomó del cuello al delantero merengue.