Durante el derbi madrileño entre el Real Madrid y el Atlético de Madrid, se vivió un momento alarmante; Aurélien Tchouaméni, mediocampista del Real Madrid, y Robin Le Normand, defensa del Atlético de Madrid, protagonizaron un fuertísimo choque de cabezas que dejó a ambos futbolistas tendidos en el césped, retorciéndose de dolor.
El impacto ocurrió al disputar un balón que venía por aire, luego de un centro a favor del cuadro merengue, fue tan violento el encontronazo que de inmediato se encendieron las alarmas en ambos banquillos, además de que sus propios compañeros pedían con urgencia las asistencias.
Los servicios médicos de ambos clubes entraron al campo con rapidez para atender a los jugadores, quienes permanecían aturdidos tras la fuerte colisión. Tchouaméni y Le Normand mostraban evidentes signos de dolor, y durante varios minutos se temió por la gravedad de sus condiciones.
A pesar de la preocupación, ambos jugadores fueron atendidos y, tras una breve evaluación en el terreno de juego, lograron reincorporarse. Sin embargo, la posibilidad de una conmoción cerebral se mantuvo presente, lo que obligó a los técnicos a reconsiderar su permanencia en el encuentro. Este tipo de incidentes sigue cuestionando la seguridad en los choques de cabeza y los protocolos médicos en el futbol.
Suspende derbi madrileño por agresiones a Thibaut Courtois
El derbi entre Atlético de Madrid y Real Madrid, disputado en el estadio Metropolitano, recayó en incidentes violentos que obligaron a detener el partido momentáneamente. Apenas cuatro minutos después del gol de Ferland Mendy que adelantó al Real Madrid 1-0, un grupo de aficionados colchoneros comenzó a arrojar objetos al portero madridista, Thibaut Courtois.
El árbitro se vio obligado a detener el juego ante los disturbios. La situación empeoró cuando varios aficionados del Atlético intentaron invadir el terreno de juego, provocando una respuesta inmediata del cuerpo técnico y del personal de seguridad del estadio.
Diego Simeone, técnico del Atlético de Madrid, intentó controlar a los fanáticos exaltados. El argentino se acercó a la zona de los disturbios y pidió a los aficionados a mantener la calma. Sin embargo, el desorden en las gradas continuó durante varios minutos.
A pesar de los esfuerzos por calmar la situación, los disturbios pusieron en riesgo la seguridad de los jugadores. Finalmente, el cuerpo de seguridad logró contener la situación y el partido se reanudó, aunque los incidentes dejaron una mancha sobre el ambiente de lo que se esperaba fuera una fiesta del futbol en la capital española.
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