El iraní Navid Afkari, campeón de lucha libre, fue ejecutado este sábado por el Gobierno de su país en la prisión de Adel Abad en Shiraz, sitio en el que se encontraba encarcelado desde 2018, cuando fue detenido por participar en las protestas contra el gobierno iraní y acusado de asesinar a un funcionario en ese momento.
De acuerdo con las autoridades judiciales de la nación asiática, Afkari fue declarado culpable de “homicidio voluntario” contra un funcionario de la administración pública del agua en Chiraz el 2 de agosto de 2018.
Por ese hecho, su historia trascendió a nivel internacional, tanto que el Comité Olímpico Internacional (COI), la FIFA, Dana White (presidente de la UFC) y hasta el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, habían abogado por el deportista para que no fuera ejecutado.
"Es profundamente lamentable que los llamamientos de deportistas del mundo entero, y todo el trabajo del COI, con el Comité Olímpico Iraní, la Federación Internacional de Lucha y la Federación Iraní de Lucha, no hayan logrado su objetivo", señalo el COI, organismo presidido por el alemán Thomas Bach.
"Escuchar que Irán está buscando ejecutar a una gran y popular estrella de la lucha libre, Navid Afkarai, de 27 años, cuyo único acto fue una manifestación contra el gobierno en las calles. Estaban protestando por el "empeoramiento de la situación económica y la inflación del país. A los líderes de Irán, les agradecería mucho que perdonaran la vida de este joven y no lo ejecutaran. Gracias", escribió por su parte Trump en su cuenta de Twitter el pasado 3 de septiembre.
El veredicto contra el luchador de 27 años de edad generó polémica y los apoyos pidiendo clemencia se multiplicaron en Irán y en otros países tras la publicación de informaciones afirmando que el deportista había sido condenado luego de confesiones extraídas mediante tortura.
EVG