¿El futbol en la actualidad es sólo un negocio o aún existe el amor eterno y la fidelidad por los colores que defienden los jugadores?
Dónde quedaron los eternos enamorados, los que se morían por su equipo, los que dejaban sangre, sudor y lágrimas durante 90 minutos o lo que durara el encuentro para ver a su afición, a sus compañeros, a su directiva, a su familia gritar de emoción… pues el equipo de sus amores se alzó con la victoria y derrotó al archirrival deportivamente hablando.
¿Ya acabaron esas epocas y hay que acostumbrarse a la “nueva normalidad”?
Los clásicos en México y en el mundo son partidos distintos, juegos que se viven con otra intensidad, que la semana previa comienzan los retos, las apuestas y el pecho crece como paloma para presumir a su equipo y a la semana siguiente vienen las burlas, los pagos y reconocer la derrota.
En menos de un mes la Liga MX tuvo cuatro de los cinco clásicos más importantes de el balompié azteca, pero al parecer se ha hablado más de lo extra cancha que lo que pasó dentro de ella.
Todo comenzó el pasado 19 de septiembre cuando el América recibió a las Chivas en el Estadio Azteca y después de un marcador de 1-0 en favor de las Águilas y en donde lo rescatable fue el golazo de Giovani dos Santos al final del encuentro surgió la polémica; Oribe Peralta y Uriel Antuna, del Rebaño Sagrado, se quedaron platicando y riende en el campo con jugadores de Coapa, algo que la afición no les perdonó y las críticas de inmediato aparecieron.
Oribe fue futbolista del América, emblema azulcrema en los últimos años, partícipe de los títulos y hasta capitán, pero al parecer eso para él quedó en el recuerdo y decidió enrolarse con el Guadalajara
Son contados los futbolistas que han tenido la oportunidad de disputar los cinco denominados clásicos del futbol mexicano, los partidos más esperados cada torneo de la Liga MX. Uno de ellos es Juan Carlos Medina, quien con la camiseta del América participó en el nacional (vs Chivas), capitalino (vs Pumas) y joven (vs Cruz Azul), con el Atlas vivió el tapatío (vs Guadalajara) y con la camiseta del Monterrey actuó en el regio (vs Tigres).
Luego de la fuerte polémica en la que se vieron inmiscuidos Peralta y Antuna al final del clásico nacional, Medina calificó el hecho como una situación normal y pidió no satanizar a los integrantes del Rebaño Sagrado, criticados por esa actitud tras la derrota de los dirigidos por Víctor Manuel Vucetich en la cancha del Estadio Azteca.
“Muy normal. Es muy respetable el que algunos excusadores exijan respeto con la institución, ese lo debemos tener sí o sí, pero tampoco es satanizarlos o juzgarlos de más. Dentro de la cancha existe una rivalidad deportiva y fuera de ello seguimos siendo seres humanos, algunos amigos y el hecho de haber jugado un partido con esa rivalidad no quiere decir que no le tenga que hablar a un colega”, subrayó el Negrito Medina en exclusiva con La Razón.
El exjugador de 37 años de edad hizo énfasis en la importancia que tiene la manera en que los jugadores expresan sus emociones en los clásicos porque eso pernea en los aficionados tanto en las tribunas como en los que ven el juego desde sus hogares.
“Yo creo que debemos tener cuidado en cómo expresamos esa rivalidad hacia la afición porque le podemos dejar en claro que el partido se disfruta dentro del tiempo reglamentario y después de ahí respeto hacia todo mundo. Debemos dejar en claro que la rivalidad es mientras el partido se juega. Ahorita no hay gente, pero cuando va a los estadios hay muchos niños y gente mayor y hay veces que esa rivalidad que se vive en la cancha rebasa los límites y la gente lo malinterpreta y hay violencia en las tribunas”, resaltó Medina Alonzo.
Si bien el primer América-Guadalajara (como clásico) se dio en 1959, fue hasta la década de 1980 que dicha rivalidad alcanzó el clímax con la Final de liga que ambos clubes disputaron en la Temporada 1983-1984 y que culminó con triunfo para los capitalinos.
Oswaldo Sánchez, Ramón Ramírez, Jesús Mendoza, Luis García y Javier Aguirre son algunos de los que militaron en los dos clubes más populares de México. El último caso es precisamente el de Oribe Peralta, quien de 2014 a 2019 fue uno de los jugadores más importantes de las Águilas y hasta portó el gafete de capitán, pero hoy en día defiende la camiseta del Rebaño Sagrado, que de acuerdo a información de otros medios le paga al ariete de 36 años un sueldo de 2 millones de dólares.
A diferencia de hace tres décadas o más, en la actualidad el balompié es todo un negocio a nivel mundial y por eso sobresalen más los jugadores que son incondicionales en un club a pesar de que reciban múltiples ofertas.
Un caso del momento es el del argentino Lionel Messi, quien a pesar de que en agosto pasado manifestó su deseo por irse del Barcelona, finalmente decidió continuar al menos un año más en la institución con la que debutó en noviembre de 2003. Otros futbolistas internacionales que se distinguieron por su lealtad fueron Francesco Totti (Roma), Paolo Maldini (AC Milán) y Ryan Giggs (Manchester United).
En cuanto a su opinión acerca de si considera que actos como el realizado por Peralta y Antuna es mejor que se hagan en los túneles para que la gente no se entere, el actual auxiliar técnico de la Sub 17 del Atlas cree que sería una buena opción, aunque también considera que ninguno de los dos lo hizo con mala intención.
“Puede ser por respeto a la afición por todas las expectativas que se crean en este tipo de partidos, pero también creo que ellos (Peralta y Auntuna) lo hicieron sin ninguna intención de ofender a nadie. Creo que estamos magnificándolo y juzgándolos de más. Conozco a Oribe y creo que no lo hizo con la intención de faltarla al respeto a la institución ni a la afición, aunque a lo mejor sí pudieron haber cuidado un poquito más esa cuestión para que no se magnificara”, dijo.
El originario de San Pedro de las Colonias, Coahuila, recordó que cuando le tocó disputar clásicos sí intercambió playera con jugador del conjunto rival en algunas ocasiones, pero nunca en el terreno de juego al culminar el encuentro.
“Sí me tocó cambiar playeras algunas veces, pero yo en lo último en lo que pensaba era en eso. Hubo veces en las que la cambié, fuera del estadio y siempre guardando el respeto que se merece cada afición e institución. No fue en la cancha ni en el vestidor, fue fuera del estadio con amistades”, aseveró el también exseleccionado tricolor.
En la década de 1980 las batallas campales en algunos clásicos nacionales entre América y Guadalajara se presentaron en algunos de sus cotejos. Algunos aficionados aprobaban esa situación, pues consideraban que por la trascendencia del partido ello se valía y los buenos modales quedaban de lado.
Al respecto, el Negrito cree que un motivo importante para que eso ya no suceda es la existencia del Fair Play (Juego Limpio), que vela por el espíritu deportivo.
“Son tiempos muy distintos. En esos clásicos no existía el fair play y hoy te lo exigen en cada torneo, hoy ya no se pueden hacer esas campales, ya estás vigilado en todo momento, pero yo creo que no tenemos que llegar a esas instancias, sí poner entrega, honor y orgullo. Estamos en tiempos muy complicados y creo que como figuras públicas debemos saber y demostrarle a la gente que podamos pelear lealmente dentro de la cancha porque no dejamos de ser un ejemplo”, indicó.
Finalmente, Medina Alonzo difiere de las opiniones que señalan que lo ocurrido con Antuna y Peralta le quita valor al clásico, pues la emoción siempre está presente en un clásico e invita a la afición a que lo canalice de la mejor manera.
“No creo que debamos hacerle creer a la gente que se está perdiendo el gusto o la emoción a este tipo de partidos, enfoquémoslo de manera positiva, yo invito a la afición a que no deje de vivir estos partidos, al final somos seres humanos, no máquinas ni robots”, subrayó el también exfutbolista de San Luis, Tijuana y Lobos BUAP.
NO HAGAS COSAS BUENAS QUE PAREZCAN MALAS
Adolfo Ríos fue el portero con el que el América rompió una sequía de 13 años sin ser campeón de liga en el Torneo Verano 2002. En los cinco años que estuvo en las filas del club capitalino (1999-2004), el originario de Uruapan, Michoacán, participó en varios clásicos contra Guadalajara, Cruz Azul y Pumas, este último el club con el que debutó en 1985.
El primer choque entre América y Pumas se dio en 1962, pero la rivalidad tomó tintes de clásico en la década de 1980 luego de que se vieron las caras en dos Finales (Temporadas 1984-1985 y 1987-1988, en esta última precisamente Ríos defendía la cabaña de los del Pedregal.
Los de amarillo se impusieron en ambas ocasiones y la revancha de los auriazules llegó en el ciclo 1990-1991, cuando alzaron el tercer título de liga de su historia gracias al inolvidable gol de tiro libre de Ricardo Tuca Ferretti en Ciudad Universitaria.
En alusión a la polémica generada con Antuna y Peralta en el Coloso de Santa Úrsula, Ríos García considera que ambos se equivocaron porque no era el momento ni el lugar adecuado para intercambiar la playera con jugadores de las Águilas.
“Creo que la situación es ‘no hagas cosas buenas que parezcan malas’, entonces sí pasa por los tiempos y los momentos, esa situación después del partido tal vez tengas que guardar un espacio para llegar al vestidor y si después te reúnes y compartes diferentes puntos de vista pues ya es una situación diferente. Aunque no tenga nada de malo no se ve bien para los aficionados”, comentó El Arquero de Cristo en entrevista vía telefónica con La Razón.
El exguardameta de 53 años mencionó que en ningún momento pasó por una situación de ese tipo al final de un clásico, aunque considera que no tiene nada de malo si se hace de una manera más discreta, pues la rivalidad solamente se queda en la cancha.
“Nunca pasé por una situación así después de un clásico. En cuanto había algo de cambio de playera te podías poner de acuerdo desde antes del partido con los compañeros y amigos y no se tenía que hacer en la cancha, mandabas al utilero con tu playera porque no pasa nada si después del juego haces eso, no lo veo mal de ninguna manera, pero en ese caso es algo en lo que ya no haces partícipe a las aficiones. Muchas veces un miembro de tu familia te pide que le consigas la playera de tal equipo y ya lo haces con esa intención, no con la de herir los sentimientos de nadie”, remarcó el también exarquero de Pumas, Veracruz y Necaxa.
Ríos García cree que ese tipo de polémicas lejos de quitarle valor a un clásico le dan realce porque algunos seguidores se molestan por esos hechos y debaten al respecto.
“Ese tipo de situaciones le dan mucho más pique al partido porque la gente está molesta y eso genera que la rivalidad deportiva se haga más grande”, aseguró.
Finalmente, el exseleccionado nacional considera que es bueno que ya no se susciten batallas campales y que el futbolista cuide su imagen como figura pública que es y ejemplo a seguir para muchos.
“Ese es un tema muy particular y personal. La misma afición tiene derecho a mostrar su inconformidad si ve que un jugador hace eso y el futbolista tendrá su opinión. Todas las decisiones tienen una consecuencia. Antes desafortunadamente había situaciones que se trasladaban de la tribuna a la cancha y terminaban con broncas campales, hoy en día no se puede llegar a eso porque estás prácticamente siendo una imagen que sigue mucha gente como para caer en esas provocaciones”, concluyó.
ES UNA ACTITUD POCO EMPÁTICA CON EL AFICIONADO
Álvaro Morales es uno de los comentaristas estelares de ESPN, empresa en la que trabaja desde 2003. Su estilo desenfadado y directo lo han convertido en uno de los favoritos de los aficionados, y, fiel a su estilo, está convencido de que actos como los de Antuna y Peralta son reprobables.
Fuerte crítico del modelo deportivo de Chivas en los últimos años, Morales aseguró que Oribe como Uriel no se pusieron en el lugar de los seguidores del Guadalajara, que se sentían tristes luego de la derrota a manos del América.
“Para mí es una actitud poco empática con el aficionado que se desvive por su equipo. Es la evidencia de que estos dos jugadores no sienten la playera de Chivas. Las críticas en contra de Oribe Peralta son totalmente justas y me da gusto que algunos chivahermanos hayan levantado la voz porque me parece triste y deleznable que un jugador, primero que pase de América a Chivas, y luego se ponga a platicar con sus cuates como si nada hubiera pasado”, señaló el periodista de 40 años en exclusiva con La Razón.
El originario de Guatemala considera que ese tipo de sucesos le quitan sabor y valor a un clásico porque los fans viven este tipo de encuentros con una fuerte carga emocional.
“Obviamente (lo devalúan) porque eso le quita sabor, pasión y emoción al clásico porque no hay que olvidarnos que los aficionados ponen sus emociones en juego y al final de cuentas también son clientes, tú no puedes devaluar el clásico y hacer como si no pasara nada, tú tienes que darle un prestigio, emocionalidad, responsabilidad para que la pasión siga viva”, aseveró.
Jugadores como Darío Verón y Leandro Augusto, iconos de Pumas en la primera década del milenio, siempre fueron leales al equipo auriazul, a pesar de que el América (acérrimo rival de dicho club) los buscó para llevárselos.
Otros exfutbolistas también han seguido el mismo camino de fidelidad al equipo de sus amores y nunca jugaron con el antagónico. Entre ellos destacan Cuauhtémoc Blanco (América), Óscar Pérez (Cruz Azul) y Ramón Morales (Chivas), quienes si bien tuvieron paso por otras instituciones, nunca lo hicieron en alguna con la que el club con el que se convirtieron ídolos disputaba un clásico.
Si bien Álvaro no cree que deban repetirse las batallas campales que se llegaban a dar en algunos clásicos en la década de 1980, sí considera que hace falta cierta agresividad para que la rivalidad se mantenga.
“No es buena la violencia y tampoco que terminen a golpes, pero hay cierta agresividad que de manera controlada le hace bien a la rivalidad. Yo creo que antes existía ese sabor y ese odio no necesariamente deportivo porque había muchas razones, ricos contra pobres, provincianos contra capitalinos, extranjeros contra la mexicanidad”, dijo al respecto el también conductor de Futbol Picante.
Sin embargo, Álvarez también recalca la importancia del uso responsable del lenguaje en los periodistas cuando se lleve a cabo el clásico, pues nunca se debe generar ni ser partidario de la violencia.
“Ser muy cuidadoso con el lenguaje, especificar que la violencia es deleznable y rechazable, pero al mismo tiempo aclarar que debe existir una pasión; claridad en el lenguaje”, mencionó.
Aunque no está catalogado como clásico, Álvaro Morales opina que el América-Tigres es el duelo que en la época reciente ha cubierto con los ingredientes que debe tener un juego de esa naturaleza. Al clásico regio entre Monterrey y Tigres (de acuerdo a varios medios el más pasional del balompié nacional), el polémico periodista no lo considera tan relevante.
“En cuanto a lo tradicional es América-Chivas, en cuanto a patrones de comportamiento es América-Tigres, después pongo América-Cruz Azul y América-Pumas. Abajo están el clásico regio y el tapatío”, remató.
EVG