La b-girl japonesa Ami ganó el primer oro en breaking en la historia olímpica al girar, dar volteretas y balancearse para sobresalir en un grupo de 16 bailarinas, en una competencia de alta energía que podría no regresar para futuras ediciones de la competencia.
Ami, cuyo nombre legal es Ami Yuasa, ganó las tres rondas en una batalla contra la b-girl lituana Nicka (Dominika Banevič), para hacerse con el oro, dando fin a un largo día de break que puso la cultura hip-hop en el escenario olímpico con su fluidez, ritmo y habilidad en la Place de la Concorde.
“Breaking es mi expresión,” dijo Yuasa. Es “un arte, pero quiero decir que el breaking también podría ser parte del deporte”, agregó la nipona.
Las b-girls sorprendieron a la multitud con movimientos de poder como giros de cabeza, volteretas hacia atrás y adelante. Los fanáticos se mantuvieron prendidos durante toda la competencia, que comenzó por la tarde y terminó justo antes de las 10 de la noche, hora local.
Banevič obtuvo la medalla de plata y la b-girl china 671 (Liu Qingyi) ganó el bronce después de luchar con la neerlandesa India (India Sardjo) al ritmo de “Boom!” de la banda The Roots.
El breaking ha recibido por primera vez un escenario completo este verano, y el alcance global del hip-hop está en exhibición, quizá de una manera en la que nunca ha visto anteriormente. Si bien muchos fanáticos están emocionados de que el género esté siendo reconocido a gran escala, otros se muestran escépticos ante los intentos de cooptar la cultura, comercializarla e imponer una rígida estructura competitiva.
Los jueces califican a los breakers utilizando lo que se conoce como el sistema de evaluación Trivium. Un panel de cinco jueces evalúa a cada breaker en creatividad, personalidad, técnica, variedad, performatividad y musicalidad.