Carlos Álvarez Maya, exjugador colombiano que llegó a México con la esperanza de brillar en el Torneo de Invierno 2001, vio su carrera futbolística truncada de manera abrupta. Su sueño de jugar en la Primera División mexicana se desvaneció tras aceptar un encargo que lo llevó a la cárcel y marcó un oscuro capítulo en su vida.
El exjugador fue fichado por el Necaxa para reforzar su defensa en 2001 y una lesión en la rodilla al inicio del torneo frustró sus aspiraciones deportivas, afectando también sus finanzas. En 2003, ya recuperado, recibió una llamada que cambiaría su vida, aunque no de la manera que esperaba.
En ese mismo año, un supuesto amigo le propuso un "trabajo" sencillo, transportar miles de dólares entre la Ciudad de México y Bogotá, Colombia, con la promesa de ganar tres mil dólares por transportar 150 mil dólares, el implicado aceptó, sin saber que estaba a punto de caer en una trampa.
Estando en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, le entregaron una maleta negra con la encomienda. Dentro de ella, en lugar de los 150 mil dólares, se encontraban un millón 29 mil 500 dólares.
Carlos Álvarez siguió las indicaciones pero fue interceptado con cuatro agentes federales; nervioso y ante la presión de la autoridad, el exjugador se negó a abrir la maleta, alegando que debía abordar su vuelo y que la maleta no le pertenecía. El exdefensa de los Rayos fue condenado a pasar cinco años en prisión.
Carlos Álvarez Maya fue condenado a prisión
Después de pasar todos los filtros de seguridad y llegar a la sala de abordaje de la aerolínea Avianca, el nerviosismo del exfutbolista llamó la atención de los federales, quienes lo abordaron para inspeccionar su maleta.
La negativa del exjugador a abrir el equipaje avivó más las sospechas, por lo que al abrir la maleta, los oficiales encontraron una funda para laptop que adentro contenía varios paquetes con billetes de 100 dólares.
En un intento por salvarse de las consecuencias legales, el deportista argumentó que desconocía el contenido del encargo y que había aceptado el trabajo debido a que era futbolista, pero su contrato estaba por vencer y él atravesaba por una lesión de rodilla, por lo que necesitaba el dinero.
La justicia mexicana dictaminó que Carlos Álvarez participó en una actividad ilícita al transportar una suma no permitida de dinero sin conocimiento claro de su origen.
El exdefensa, cuya carrera futbolística llegó a su fin, regresó a Colombia tras cumplir su condena y actualmente trabaja en su propio equipo, el Club Deportivo AS en Envigado, dedicándose a la búsqueda y formación de nuevos talentos.
mmt
