El partido entre Cruz Azul y Tijuana tuvo un inicio muy caliente por una acción polémica en el Estadio Ciudad de los Deportes. Apenas en los primeros minutos, una jugada encendió los ánimos en el campo y entre los aficionados.
Durante la jugada, el mediocampista de los Xolos, Joe Corona, intentó despejar el balón de manera temeraria. Su intervención terminó impactando con los tachones en la cabeza del capitán cementero, Ignacio Rivero. Ante la gravedad del choque, el árbitro decidió detener el cronómetro para revisar la acción.
Tras analizar la jugada, el silbante determinó que Corona había jugado el balón, aunque la pierna del futbolista se elevó a una altura considerada irracional. A pesar de que la acción puso en riesgo la integridad física del uruguayo, el juez decidió no sancionar la jugada, lo que generó la molestia y sorpresa en el equipo local.
La decisión no fue bien recibida por los jugadores de Cruz Azul ni por su afición, quienes consideraron que la integridad de Rivero había sido puesta en riesgo innecesariamente. La jugada marcó el tono del partido, que continuó con un ambiente caldeado y disputas intensas en cada balón.
Esta decisión dejó un sabor amargo en el arranque del partido, cumpliendo con las expectativas un encuentro que prometía mucha intensidad. A pesar de la polémica, La Máquina logró ponerse al frente con un gol del refuerzo griego, Giorgos Giakoumakis.
mmt
