Andrés Guardado recuerda su primer llamado a una Copa del Mundo en 2005.
“Fue como ir de vacaciones con mis ídolos y era como una esponja tratando de aprender de todos”, rememoró el volante de 36 años sobre su primera cita mundialista, en Alemania 2006.
“Jugué sólo un partido, pero lo que viví fue algo que no me esperaba en ese momento de mi vida”, añadió en una entrevista reciente con The Associated Press.
Su debut en la selección mexicana, empero, se dio un 14 de diciembre de 2005, junto a otro histórico y que se convirtió en su compañero inseparable en las siguientes expediciones mundialistas: el portero Guillermo Ochoa.
Ambos se sumarán en Qatar al selecto club de jugadores que disputarán su quinta Copa del Mundo, como los mexicanos Antonio Carvajal y Rafael Márquez; el alemán Lothar Matthaus y el italiano Gianluigi Buffon. Los astros Lionel Messi y Cristiano Ronaldo también disputarán igual número de mundiales con sus respectivas selecciones este año.
Pero a diferencia de todos esos jugadores, Guardado y Ochoa compartirán vestuario por quinta vez consecutiva en un Mundial, un hecho inédito para México y cualquiera otra selección en el mundo.
“Volteo hacia atrás y me da orgullo lo que he podido conseguir, no es fácil mantenerse aquí, conlleva trabajo mantener el nivel competitivo alto día a día para seguir siendo tomado en cuenta en la selección”, dijo Guardado.
La Tota Carvajal jugó sucesivamente en los mundiales entre 1950 y 1966. Márquez lo hizo entre las citas de 2002 y 2018.
Ochoa y Guardado vienen jugando juntos desde diciembre de 2005 cuando el Tri superó 2-0 a Hungría en un encuentro amistoso.
“Es más fácil hacerlo con un amigo con quien compartir y porque tienes algo en común desde el primer día, es un camino y un recorrido que he disfrutado mucho con él”, agregó Guardado, quien tuvo un meteórico ascenso en su carrera.
Debutó en primera división con el Atlas de Guadalajara, en agosto de 2005. En diciembre de ese año recibió su primer llamado al Tri y luego entró en la lista para su primera Copa del Mundo.
El camino de Ochoa fue distinto. Debutó en agosto de 2004 con América, uno de los equipos más populares del país. Fue elegido por el entrenador argentino Ricardo La Volpe para ir a Alemania 2006, detrás del titular Oswaldo Sánchez y el segundo portero José de Jesús Corona.
Ochoa también tuvo que esperar en la banca en Sudáfrica 2010, como relevo de Óscar Pérez, y fue titular en los últimos dos.
“Ha cambiado el enfoque, el primer Mundial sabía que no iba a participar, eso me abrió el apetito, lo probé y dije ‘ahora lo quiero vivir en la cancha’”, destacó el Ochoa, de 37 años. “Ahora ha cambiado la responsabilidad, te haces grande, tienes más minutos, más experiencia”.
Desde ese primer día en diciembre de 2005, Ochoa y Guardado no sólo han compartido cuatro mundiales. Se convirtieron en compañeros de cuarto, después forjaron una amistad que trascendió el campo.
Después de Rusia 2018, con el retiro de Márquez, los dos han compartido la capitanía del seleccionado mexicano.
Juntos comandan a un equipo que llegará al Mundial rodeado de pesimismo, no sólo por los resultados en la parte final de la eliminatoria y en los partidos amistosos posteriores sino porque el equipo está mermado por las lesiones de Raúl Jiménez y Jesús Corona, dos de sus mejores jugadores.
“Se piensa que hay más pesimismo, pero es el que siempre está alrededor de la selección”, estimó Guardado. “En el Mundial sabemos competir... va a ser difícil, pero estamos preparados para el reto”.
México, que comparte el Grupo C con Argentina, Polonia y Arabia Saudí, busca superar los octavos de final por primera vez desde que fue anfitrión en 1986.
“En los sorteos nos han tocado grupos difíciles y los hemos sorteado”, apuntó.
De no alcanzar nuevamente el quinto partido en Qatar, el Mundial sólo será recordado probablemente en México por haber tenido a dos Cinco Copas.