Los Chiefs de Kansas City colocaron a los reservas, el wide receiver Demarcus Robinson y al center Daniel Kilgore, en la lista de COVID-19 como contactos cercanos al iniciar sus preparativos finales rumbo al Super Bowl ante Tampa Bay.
Al parecer el barbero de los jugadores dio positivo a una prueba de coronavirus y, por lo mismo, el equipo decidió hacerlos a un lado, aunque ellos sigan arrojando negativo.
El coach Andy Reid fue informado de la situación el domingo, pero no pudo brindar información adicional.
Ninguno de los jugadores ha arrojado positivo a COVID-19, lo que significa que Robinson y Kilgore podrían ver acción en el Super Bowl. Ambos necesitarían dar negativo en las pruebas diagnósticas durante toda la semana para ser activados.
“La NFL ha hecho un gran trabajo con eso, presentando diferentes aspectos de seguridad para que los jugadores estén lo más seguros posible. Hemos estado destacando esto desde hace mucho. El problema es que peleamos contra el hombre invisible. Te golpea cuando menos lo espera, y lo vemos en todos lados. Es algo desafortunado”, declaró Reid.
Los Chiefs han evitado en buena medida un brote importante de COVID-19 durante la temporada, aunque varios jugadores se perdieron juegos luego de arrojar positivo. Pero no han alterado su forma de trabajar dentro de las instalaciones en antelación al encuentro por el campeonato.
La gran diferencia: En lugar de viajar a la sede del Super Bowl una semana antes, como sucedió la temporada pasada, los Chiefs volarán a Tampa un día antes del encuentro en un intento por minimizar los contactos entre jugadores y el público.
Robinson apareció en todos los juegos esta campaña e impuso marcas personales con 45 recepciones para 466 yardas y tres touchdowns.
Kilgore inició cuatro juegos esta campaña luego de la lesión del titular Austin Reiter y el encuentro de la semana 17, cuando los Chiefs dieron descanso a sus principales jugadores. Vio acción en equipos especiales durante la Final de Conferencia ante los Bills.