Otros 25 tenistas quedaron obligados a cumplir una cuarentena en Australia en la antesala del primer torneo de Grand Slam de la temporada tras otro resultado positivo por coronavirus en un vuelo arrendado, con lo que el total de jugadores aislados en sus habitaciones de hotel subió el domingo a 72.
El resultado positivo correspondió a un pasajero que no formaba parte del contingente de jugadores, informaron los organizadores del Abierto de Australia. Pero todos los 58 pasajeros, incluyendo 25 jugadores en el vuelo desde Doha, Qatar, que llegaron a Melbourne el sábado, no podrán salir de sus habitaciones durante dos semanas.
Los organizadores habían informado previamente que 47 jugadores estaban bajo cuarentena tras detectarse cuatro casos de COVID-19 en otros dos vuelos arrendados para llevar a tenistas, personal técnico, autoridades y periodistas a Australia.
Algunos jugadores estaban molestos por haber sido clasificados como contactos estrechos sólo por haber compartido vuelo con las personas que dieron positivo. Eso les forzaba a guardar una cuarentena más dura que el grupo general de jugadores, que podría salir de sus habitaciones para entrenar durante un máximo de cinco horas al día.
Sin embargo, las autoridades locales han dicho que todos los tenistas fueron advertidos de las condiciones con antelación. Y cualquier jugador que se planteara saltarse las normas había sido advertido de las consecuencias. Incumplir las normas de cuarentena podía suponer cuantiosas multas o ser trasladado a un complejo de cuarentena más seguro con policías en las puertas.
El sábado se anunciaron tres casos, y la comisaria de cuarentenas de COVID del estado de Victoria, Emma Cassar, dijo en una conferencia de prensa que había un cuarto positivo en una persona que había viajado al país para el Abierto de Australia. Por ahora, ninguno era un jugador.