Inicia gira en Pachuca, Hidalgo

Gran Circo Bardum, un año de sobrevivir a la pandemia

Payasos, trapecistas y trabajadores comparten a <i>La Razón</i> cómo han enfrentado la crisis sanitaria; reanudan actividades con la esperanza de ganar lo mínimo para tener un sueldo.

Gran Circo  Bardum, un año  de sobrevivir a la pandemia
Gran Circo Bardum, un año de sobrevivir a la pandemia Foto: Claudia García R.

El Gran Circo Bardum, con 20 años de existencia, apenas se recuperaba de la crisis que trajo la ley que prohibía el uso de animales en espectáculos, cuando llegó la pandemia: paró sus actividades durante los primeros cinco meses de la crisis sanitaria, pudo volver durante dos meses y medio el año pasado y este 2021 volvió a retomar sus shows con la esperanza de por lo menos ganar lo mínimo para pagar sueldos y renta del lugar.

El Gran Circo Bardum cuenta con 70 trabajadores, entre artistas, iluminadores y cocineros, quienes debido a la crisis del coronavirus y al paro de actividades, se vieron obligados a buscar otras alternativas de empleos, como vendedores de globos, algodones de azúcar y de comida típica, pues aunque la gente los apoyó con despensas para sobrevivir, no fue suficiente. Por ello, ahora que volvieron a ofrecer espectáculos esperan recuperarse de este golpe, pues aunque pueden dedicarse a otras actividades, su vida es el circo.

Con la pandemia todos los circos la están viendo muy difícil porque vivimos de la taquilla es lo que se ocupa para pagar permisos, sueldos, estamos muy afectados. Hubo artistas que tuvieron que vender manzanas de caramelos y empanadas argentinas, porque no recibían un sueldo, sino hay función de ¿dónde les dábamos?”
Bardo Gaona Fuentes<br>Dueño del circo

“Cuando se prohibieron los circos con animales en 2014 se desprestigió nuestro trabajo, fue un golpe económico, la gente dejó de venir. Tuvimos que reinventarnos para hacer un espectáculo atractivo, para que la gente asistiera, lo estábamos logrando y llegó la pandemia, al circo lo han golpeado en los últimos años y ahora nos falta restablecernos, ¿qué requerimos?, que el público venga, queremos trabajar, generar economía”, expresó a La Razón Ernesto Cruz, iluminador y sonidista del circo fundado por Bardo Gaona Fuentes.

LOS RETOS DE REGRESAR. El Gran Circo Bardum volvió a levantar su carpa con 30 por ciento de aforo y las medidas de seguridad necesarias para evitar contagios de Covid-19: uso de cubrebocas, gel antibacterial, toma de temperatura y sana distancia. Ofrece dos funciones de lunes a sábado y cuatro los domingos. Después de su estancia en el Estado de México, el 8 de abril pasado inicio su temporada en Pachuca, Hidalgo.

“Tenemos un cupo de mil personas y lo vamos a bajar a 300, lo importante es empezar a generar dinero aunque sea poco, pasó lo mismo que en la industria restaurantera, lo que quieren es generar un poco de dinero para tener un ingreso. No sólo es volver a trabajar, sino convencer a la gente que venga al espectáculo. Con 30 por ciento apenas subsiste, por lo que el personal tiene que hacer un sacrificio, la empresa no te puede pagar completo”, lamentó Cruz.

El Gran Circo Bardum
El Gran Circo Bardum ı Foto: Claudia García R.

En México, existen por lo menos 500 circos, los cuales tuvieron que parar a causa de la pandemia y esta nueva reapertura es su “válvula de escape” para continuar y no cerrar de manera definitiva, pues ha habido circos que tuvieron que vender parte de su equipo para afrontar la crisis económica, lo cual les impide reanudar sus shows.

“Es una de las economías más frágiles, somos parte de un conglomerado de gente que genera derrama cuando llega a una ciudad o a un pueblo. Tenemos un año sin producir, se han ido los ahorros y los bienes. Hay muchas empresas de circo que han estado vendiendo cosas para sobrevivir, ha sido un golpe tremendo de todos nosotros, tuvimos la oportunidad de trabajar un mes y medio y volvimos a descansar en diciembre. Afortunadamente volvimos”, señaló.

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6073b506ca68b.jpeg ı Foto: larazondemexico
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6073b6d134c6c.jpeg ı Foto: larazondemexico

LA VIDA SE TRANSFORMÓ. Cuando el pasado abril de 2020 cerraron los circos, payasos, malabaristas, trapecistas y trabajadores que dependen de esta tradición vieron sus vidas trastocadas y para la mayoría fue un gran golpe, pues desde su infancia su vida gira entorno a la carpa.

Walter Navarro, un payaso de 54 años, quien viene de una larga tradición de artistas de circo, cambió sus shows cómicos por vender papa rellena, un platillo típico de su natal Lima, Perú. Así fue como pudo mantener a su hijo y a su esposa.

El dueño del circo nos dio una pequeña ayuda con víveres y también salí a vender papa rellena. No lo hice por negocio sino para comprar pañales, leche, lo necesario para vivir
Walter Navarro<br>Payaso

Su sonrisa se desdibuja cuando se le pregunta cómo ha sido su vida a un año de la pandemia y responde sin dudarlo: “nos arruinó la vida”.

Además de las ventas de papa rellena durante los meses que estuvo en inactividad, el circo recibió despensas que el dueño del Gran Circo Bardum ha logrado reunir tanto del banco de alimentos como de donaciones de la gente.

“Tengo medio siglo en el circo, sí sabemos hacer otras cosas, soy estudiado, pero mi vida es el circo, mi papá fue payaso y mis hermanos también”, señaló a este diario.

Walter Navarro, el payaso Tallarín, antes de una función.
Walter Navarro, el payaso Tallarín, antes de una función. ı Foto: Claudia García R.

TRAPECISTAS NO DEJARON DE ENTRENAR. Para los trapecistas del Gran Circo Bardum también la vida se ha transformado, pues durante los meses que no pudieron trabajar tuvieron que combinar sus entrenamientos con trabajos alternos, porque tenían que estar listos y con buena condición para cuando se les permitiera volver.

“Desde que nacemos caemos en el circo, crecimos aquí, es nuestro mundo, no vemos para otro horizonte más que este lugar”, compartió el trapecista Jonathan Ibarra, de 14 años, quien junto con sus tres hermanos ofrece espec-táculos de trapecista

Para la familia Ibarra, no ha sido sencillo, pues aunque el patriarca buscó trabajo como cargador o albañil no encontró, entonces tuvieron que sobrevivir con sus ahorros y donaciones de comida que hacían los pobladores.

Trapecistas no dejaron de entrenar.
Trapecistas no dejaron de entrenar. ı Foto: Claudia García R.

PREPARARSE MÁS. Para Ernesto Cruz, quien tuvo que gastar los ahorros de dos años que había reunido para comprar una nueva casa-remolque, no todo ha sido negativo en esta pandemia, pues si bien están pasando por un momento económico complicado, éste también les ha permitido tomar cursos de actualización para ofrecer mejores shows en el circo.

Hay muchas empresas de circo que han estado vendiendo cosas para sobrevivir en este año, ha sido un golpe tremendo de todos nosotros. No sólo es volver a trabajar sino convencer a la gente que venga al espectáculo
Ernesto Cruz <br>Iluminador y sonidista

“Todas las personas que trabajamos aquí tenemos propósitos, los trapecistas siguen trabajando para ser mejores. Mi hijo y yo nos encargamos de la iluminación y audio, tomamos cursos, nos actualizamos, en técnicas, en tips para mejorar nuestra vida profesional para ofrecer un espectáculo con mayor nivel”, refirió Cruz.

El Gran Circo Bardum espera ya no volver a cerrar, porque como dicen todos los que dependen de éste: su vida está en el circo.

Integrantes del Gran Circo Bardum
Integrantes del Gran Circo Bardum ı Foto: Claudia García R.
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