Cirque du Soleil, creatividad sin límites

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Las oficinas del Cirque du Soleil en Montreal, Canadá, son como sus espectáculos: un mundo creado por y para la imaginación. En este gran complejo, instalado en un barrio poco céntrico de la provincia quebequense, se encuentra un área de dormitorios para los más de mil bailarines que trabajan ahí. En este enorme edificio se crea y produce el circo más importante y llamativo del mundo, incluyendo cada uno de los detalles que integran cada espectáculo: telas, pieles de los trajes y zapatos, papeles, paneles llenos de estantes con modelos para cada uno de los shows, con tamaños que van desde actores muy pequeños hasta gigantes. Toda la creación se encuentra aquí.

En una de las salas de ensayo se encuentra practicando uno de los nuevos bailarines rusos que se integran a la compañía. Muchos de los artistas que aparecen en escena son deportistas de alto rendimiento pero con una sensibilidad especial: así lo describe Diane Quinn, directora creativa del Cirque Du Soleil, quien se unió al mismo en 2004. Comenzó su viaje con el Cirque como directora de Servicios Públicos en el espectáculo Corteo, que se presentó en México. Desde entonces ha ocupado distintos cargos, hasta convertirse en la cabeza creativa de esta industria que pronto presentará en México un filme sobre uno de sus más recientes montajes. El proceso de creación es el tema central de esta entrevista con Quinn.

¿Cómo es su vida en su papel de directora del Cirque du Soleil?

Siempre digo lo mismo, porque es verdad: tengo el mejor trabajo del mundo. Soy parte de una compañía que es extremadamente creativa y, de hecho, la creatividad está en el centro de todo lo que hacemos. Como has visto hoy al caminar por el edificio, todas estas personas están haciendo algo importante, están creando espectáculos excelentes. Ése es realmente el objetivo de la organización así que, sin duda, el mío es el mejor trabajo del mundo.

¿Cómo logra no perder el sentido de crear mientras ejerce la dirección del grupo?

Bueno, honestamente lo que más me gusta, el tema en el que más me enfoco, es la creatividad de la compañía. Sí, claro que hay un tiempo para la administración y para la coordinación, absolutamente. Sin embargo, lo grandioso es que como la palabra creativa aparece en mi descripción de trabajo, en verdad tengo la oportunidad de pasar tiempo con nuestros equipos. La otra cosa que me ayuda a mantenerme muy apasionada por lo que hacemos es que también superviso la calidad de los espectáculos. Es decir, voy a ver cada uno de nuestros shows y eso me aporta una gran cantidad de energía increíble. Primero construimos el espectáculo, es nuestro pequeño bebé; luego lo presentamos y después se va, porque la mayor parte de los shows comienzan aquí y más tarde viajan a otro lado, cerca o lejos. Entonces puedo seguir al bebé por un poco de tiempo y tengo, junto con el equipo, la oportunidad de criarlo. Es una experiencia increíble. Cada uno de los espectáculos crece y cambia y eso es lo que buscamos, a lo que aspiramos.

"Ésa es una de las razones por las cuales la gente quiere venir a trabajar con nosotros: somos un imán para el talento creativo”.

¿Cómo es el proceso de cada espectáculo? ¿Cómo comienza cada uno? ¿Quién tiene la primera idea?

El concepto puede venir de lugares distintos, pero tienes razón, la idea es lo que llega primero. Nos inspira algo que esté sucediendo de manera externa, algo en el universo, en el Zeitgeist, algo que realmente nos esté hablando. Así que siempre arrancamos desde una posición de interés real, auténtico. Esa pasión comienza a dirigir y a desarrollar la noción original. En otras palabras: la idea llega primero y después de cierta manera florece y se convierte en una historia porque, a final de cuentas, con cada uno de nuestros espectáculos estamos contando una historia. En algunas puede ser muy obvia la forma de abordarla y en otras puede ser más sutil, pero usamos ese hilo, esa trama. De ese modo, al final de la velada la audiencia se marcha habiendo sido transportada a otro lugar. Se trata de llevar al público cada noche a otro sitio, no importa en qué lugar del mundo nos encontremos. Así pues, desde la idea llegamos a la historia y después enganchamos a esa historia algo que llamamos el esqueleto acrobático. Tomamos un número de elementos, puede ser el baile, pueden ser piezas no necesariamente acrobáticas o tradicionales sino enérgicas, y comenzamos a tejerlas a lo que queremos contar. Además, como en toda buena historia hay un clímax y una resolución o desenlace. A partir de todo eso comenzamos a trabajar el diseño del set, de los vestuarios. Todo va en función de la historia. Creo que ésa es una de las razones por las cuales la gente quiere venir a trabajar con nosotros: somos como un imán para el talento creativo.

¿Cuál es el proceso para seleccionar a los artistas, a la gente que está en el espectáculo conectando con el público?

Es un proceso que consta de dos partes. Primero contratamos al equipo creativo, ya que ese grupo de expertos influye en la decisión de quiénes van a ser los artistas elegidos. Por principio de cuentas buscamos a un director impresionante, que nos traiga un punto de vista poderoso. Eso es crucial. Después el director trabaja con una persona que tenemos aquí para cada espectáculo y a quien llamamos el director de creación. Ambos contratan a quienes diseñan el set, la iluminación, el vestuario, el video. Ellos seleccionan a todo el equipo. Una vez que estas personas han desarrollado la historia que mencioné antes, comenzamos a pensar qué clase de actos serían geniales para este espectáculo y es ahí, en ese punto, donde nuestro departamento de casting juega un gran papel. Yo creo que tenemos el mejor departamento de casting del mundo.

¿Cuál es la regla más importante aquí, lo no se puede perder en cada espectáculo y en el negocio en su conjunto?

Es una pregunta interesante. Me gustaría responder de dos maneras: lo primero es que debemos continuar proveyendo a nuestros equipos creativos, y de hecho lo hacemos, de un ambiente para crear en el cual todo sea posible. Nuestro lema es, “todo es posible hasta que deja de serlo”. Ellos necesitan esos espacios de posibilidad creativa; es muy importante que no tengan límites. Quizá hayas visto los cuartos de creación que tenemos aquí. Creo que la segunda cosa que necesitamos conservar siempre es el mensaje a nuestra audiencia. Para mí, cada uno de nuestros espectáculos se trata de dar alegría. Me parece que es algo que todos nuestros shows ofrecen cada noche en cada lugar del mundo donde se presentan: ofrecen alegría y esperanza, todo desarrollado a partir de algo que la gente pensó que era imposible y después descubrieron que no lo era.