La comercialización de la mariguana legal en California ha sido un gran paso para los pachecos, pero un enorme paso para la humanidad. El uso recreativo (y medicinal) de la mota ha superado a Disney como atracción número uno en el estado.
Como adicto a las sustancias no podía dejar pasar la oportunidad de visitar una clínica de maría a mi paso por San Francisco. El morbo es primero. Para ingresar al Mercy Wellness Center de Cotati sólo es necesario presentar una identificación que acredite tu mayoría de edad. Sólo existe una restricción: no photos. Es decir, está prohibido usar tu celular.
Terminado el registro puedes pasar a la tienda de inmediato. Ocho vitrinas ofrecen cannabis en la presentación que estés buscando. Un hostess se encarga de darte el speech. Amantes de la mota te explican encantados toda la información al respecto. Una serie de cajas dispuestas al otro extremo son las encargadas de surtirte el pedido. Y por supuesto, dentro los clientes cumplen con todos los chiclés del consumidor. No falta un rastafari, un reumático y los macizos de la cuadra.
La mercancía está dispuesta por variedades. En el aparador uno están lo que acá conocemos como colas (ahí llamadas flor). Más de veinticinco tipos, entre los que destaca la Durban Poison, una de las más populares. Y organizadas según su rama: índica o sativa. En la 2: prerolls, churros ya forjados. En la 3: extractos. En la 4: resinas y tinturas. En la 5: vaporizadores. En la 6: cartuchos de aceites. En las 7 y 8: gomitas, chocolates y cervezas.
"El uso recreativo (y medicinal) de la mota ha superado a Disney como atracción número uno en el estado".
Las gomitas se expenden en dos variedades, también otros productos, pero las gomitas son las preferidas por aquellos que no les gusta fumar: THC y CBD. El THC te pone high. Y el CBD no tiene el efecto psicoactivo: se utiliza sólo con fines terapéuticos. Para dolores, insomnio o incluso estreñimiento. El precio de las gomitas es de dieciséis dólares. Por ejemplo, el paquete de veinte gomitas de CBD de 4.5 miligramos cada uno, o el de diez piezas de THC de diez miligramos. El costo de los vaporizadores, con sustancia y cargador incluido, asciende a los 35 dólares, la mitad de lo que cuestan en México de manera ilegal. Por supuesto, la calidad entre ambos varía. Es diez veces más potente la producida en Califas.
En cuanto a las políticas de uso legal, las bondades son infinitas. El cliente mayor de 21 años puede transportar y tener posesión de 28.5 gramos de flor, ocho gramos de concentrados (un chingo), seis plantas (secas o en proceso). Y en el campo de las gomitas de THC de diez miligramos, el de 1000 o el CBD no hay límite alguno. Puedes llevar la cantidad que se te antoje. La tienda te las vende sin ningún problema. Eso sí, no aceptan tarjeta, puro cash.
El cliente de 18 años que la utilice con fines terapéuticos necesita una receta. Y con base en ella puede llevar ocho onzas de flor, seis plantas secas, doce plantas sin madurar, lo que se le antoje de THC de diez miligramos y 2000 miligramos de CBD.
El perfeccionamiento que ha alcanzado California en apenas unos años, desde que se autorizó su uso medicinal, es alucinante. Incluso se ha abierto una variedad de CBD para mascotas. Perros y gatos. No se malentienda. No se trata de drogar a tus animales. El CBD no tiene otro efecto que el de relajar.
Está indicado para casos de SIDA, anorexia, artritis, cáncer, glaucoma, migraña, náusea severa, contracturas, arteriosclerosis múltiple, epilepsia, etcétera. Es la razón por la cual en la clínica se avistan varias amas de casa que van por su CBD. Los dos tipos dominantes de yerba de donde se extraen estos beneficios son la índica y la sativa. La índica es la planta chaparra, con hojas anchas y la flor pequeña. La sativa es la planta alta, con las hojas como flechas y las flores algo más grandes.
Las reglas para el consumo abarcan una serie de medidas. En el caso de adquirirla en una clínica, los productos deben salir en una bolsa con el logo de la tienda. Es una bolsa tipo ziploc. Esto para que esté fuera del alcance de los niños. Puedes cultivarla si lo deseas. Pero en caso de que infrinjas las regulaciones, como tener más cantidades de las permitidas, serás sancionado por la ley. Obvio que ante la libertad de las medidas esto es remoto.
Lo mejor de todo es que en California puedes comprar mota sin consecuencias. Mientras, en México la prohibición y la penalización continúan. ¿Algún día en este país contaremos con los mismos beneficios tanto económicos como de salud y esparcimiento?