Es actor, mimo, clown, malabarista y también bailarín. Ha sido becario del FONCA. Obtuvo su formación en la Escuela de Arte Teatral del Instituto Nacional de Bellas Artes, en el Colegio de Literatura Dramática y Teatro de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM y en el Centro Universitario de Teatro. Sus espectáculos se han presentado en México, España y Francia, por citar algunos países a los que ha llegado con su arte. Raúl Zamora ha desarrollado su trayectoria en el clown durante las últimas dos décadas, hasta llegar a ser reconocido como uno de los mejores representantes de esa disciplina en el país.
En la siguiente conversación aborda ese arte popular y el más reciente espectáculo que dirige, El pagliacho. El gracioso de la calle del Relox, el cual recrea la historia del primer payaso mexicano, José Soledad Aycardo (1821-1887). Es un homenaje dedicado a ese visionario y, sobre todo, a su humor, que abrió paso a la comedia, a las tandas en las carpas y los patios de maroma en nuestro país.
¿Por qué es importante hacer clown en México? ¿Para qué? Estamos en una época en la que vivimos alejados de las emociones y del contacto humano. Los montajes de clown nos sensibilizan como personas, nos hacen reflexionar, subrayan valores y permiten reír, además de tocarnos el corazón. El clown, más allá de una técnica teatral, es una forma de transmitir emociones. Se trata de un lenguaje del alma y el corazón.
¿Cómo se ha construido la tradición del clown en nuestro país? Es una historia bastante larga, que viene desde la época prehispánica. En nuestro país siempre ha existido la maroma y, por supuesto, la comedia. El payaso está arraigado al pueblo mexicano desde siempre, sin embargo, la tradición se establece a partir de don José Soledad Aycardo, actor de profesión. Es conocido como el primer empresario circense y payaso cara blanca mexicano. En México, la historia del payaso empieza con los truhanes en la corte de Moctezuma. En libros que datan de la Colonia existen registros que hablan de los payasos y comediantes. A partir de Aycardo, en el siglo XIX, se dio a conocer un nuevo estilo de payaso, que resulta más similar al que conocemos hoy: parlanchín, intérprete de poemas y comedia. Ahora existe una nueva corriente en el estilo de payasos mexicanos, a la que se denomina clown. Tiene que ver con la comedia física, la pantomima, la cuestión acrobática, los gags o golpes cómicos.
¿Cómo se profesionaliza un clown en nuestro país? Hoy por hoy es más sencillo buscar una especialidad en circo, ya que hay varias escuelas y centros especializados en la enseñanza de esta disciplina. Sin embargo, para ser payaso profesional se tiene que viajar dentro y fuera de México, además de buscar, de manera independiente, cursos, talleres y experiencias profesionales.
"A diferencia del payaso común, que trabaja con clichés y chistes gastados, el clown no busca la risa fácil. Su trabajo no se centra en la estupidez, sino en la sensibilidad humana".
¿Qué hace falta? Más festivales y, por supuesto, apoyo de las autoridades. Es necesario entender que el payaso no es solamente un actor popular, destinado a ser un simple animador de eventos infantiles. Es un actor completo. En la actualidad, los payasos han tomado los escenarios teatrales y dejado la pista para contarnos historias que nos hagan soñar y conmovernos.
Háblanos de tu más reciente espectáculo, El pagliacho. El gracioso de la calle del Relox. Es una historia que habla de los espectáculos en los patios de maroma, que eran nuestros circos antes de la llegada de la carpa a México. En esos lugares se reunían las familias a buscar entretenimiento, ahí convivían todas las clases sociales. En ese contexto destacó ese personaje peculiar, don José Soledad Aycardo, conocido popularmente como don Chole, el payaso mexicano. A él debemos la frase circo, maroma y teatro, y también parodias de la obra de don José Zorrilla, como Don Juan Tenorio. Sin embargo, su legado más grande fue el punto de vista sobre los payasos como poetas del pueblo. Él fue el iniciador en México de la comedia hablada. En esta pieza teatral que presentamos, mis compañeros y yo ofrecemos la historia de don Chole, que también abarca el funambulismo, es decir, el equilibrio sobre la cuerda floja. Todos sus espectáculos eran de corte popular, ya que los realizaba en los patios conocidos como de maroma. Ahí se acuñó el término artista de quinto patio, pues los espectáculos se llevaban a cabo en el tercer patio de las vecindades. Ese tercer patio también se utilizaba para tender ropa o hacer labores domésticas de la vecindad. Por lo que hemos investigado, dependiendo del estatus económico las personas vivían en el primer, segundo o tercer patio de las vecindades. Por eso, decirte que eras artista de quinto patio era muy degradante. En la actualidad lo llamamos clown, que es un tipo de payaso de corte europeo y con toques estadunidenses, el cual tiene que ver con hacer comedia sin usar palabras.
¿Qué implica crear obras de teatro o espectáculos clown cuando en los teatros existe una oferta tan grande? Es difícil, pero vale la pena porque el público adulto y los niños merecen este tipo de propuestas.
¿Qué es lo que más le cuesta trabajo a un creador de clown en este momento de nuestro país? Sin duda, la creación misma de los espectáculos, buscar productores que crean en esta oferta escénica, además de que los espacios son escasos. Muchas veces se prefiere el clown extranjero, pero en México se está haciendo un trabajo excelente en este sentido.
¿Cómo se es un buen clown o payaso sin caer en el lugar común? A diferencia del payaso común, que trabaja con clichés y chistes gastados, el clown no busca la risa fácil. Su trabajo no se centra en la estupidez, sino en la sensibilidad humana y en poder brindar al público espectáculos lúdicos, divertidos. Se enfoca en una historia. El clown te hace reír por un reflejo y por empatía con su personalidad. En ningún momento pretende ridiculizar al espectador. El clown es un personaje que deseas abrazar al final de cada función.
¿Qué te llevó a hacer teatro y clown? Mi origen popular y humilde. Vengo de una familia que no tenía recursos para entrar a espectáculos de circo o teatro. Mi hermano y yo veíamos la necesidad de aportar un poco de comedia a la comunidad, por eso me identifiqué con el personaje de don José Soledad Aycardo, porque uno de sus objetivos era hacer comedia y teatro para el pueblo. Ésta es la base de mi oficio y lo que me ha llevado a recorrer varias partes del mundo.
¿Hay algún tema prohibido para un payaso? Prohibición como tal, no. Existen temas que uno debe tratar con cuidado, por ejemplo la enfermedad terminal, aunque algunos payasos han abordado el asunto con majestuosidad, como Daniele Finzi en su espectáculo Ícaro.