¿recuerdas?
cómo empezar a contar
Llegaste tarde, como siempre,
con cara de siesta pesada:
ojos hinchados, adormilados aún
puse el concierto que más amas
Dvořák y la diosa triste Jacqueline du Pré
éramos un cliché como siempre
nadie escapa de eso
Nos tocábamos sin movernos de nuestro sitio
tú en la cocina y yo en la sala
con los otros
me aburren tanto las fiestas
pero voy por ti
porque sé que disfrutas estar con gente
gente como escenario, como una obra de teatro,
gente que te adora
te lleva flores como si estuvieras a punto de morir
¿no todos estamos a punto de morir aun si falten
[veinte años o dos días?
qué hermoso eras entonces
no te importabas tanto y sin embargo
¿no piensas cómo nos sentimos atraídos por personas
[que no son ni remotamente atractivas?
cierta belleza está en alguna parte, en el gesto, el andar,
el sostener con gracia el vaso, algo que hace que
[no deje de mirarte
Tu cuerpo flaco y sin músculo
nunca estuviste nutrido en la vida, mi amor
te veía mover esos brazos débiles y eras un árbol
[escuálido, invernal
no te quise tanto como esa noche
separado de mí por otros cuerpos y tan cercano
[que dolía
como si ya te extrañara y esa conciencia
era demoledora
verte era ver lo que éramos
y lo que eran todos
una escena de aspirantes, un teatro de personajes
[famélicos
que comentan los últimos sucesos del arte, la muerte
[de un gran cineasta o pintor, da lo mismo,
que ponen pausa a la tristeza un rato
en breve llegarán a sus casas y dormirán en posición fetal
no sin antes llorar un poco
vivir es declararnos vencidos
por lo inevitable