Vernon Subutex 1, 2 y 3

El corrido del eterno retorno

Vernon Subutex Foto: Fuente: amazon.com.mx

No cabe duda de que Vernon Subutex es el proyecto literario más ambicioso de los últimos años. Cuenta la vida del dueño de una tienda de discos caído en desgracia. Quien decide abrazar la indigencia en el auge de una era hipertecnológica. Para terminar reconvertido en una especie de gurú que se desempeñará como DJ en una Francia inclemente.

Virginie Despentes elige como punto de quiebre la transición de la manera en que solíamos consumir la música. Las descargas digitales y el streaming desmaterializaron el objeto antes conocido como disco. Y toda la comunión que existía a su alrededor. Metáfora que ejemplifica la manera en que el capitalismo salvaje se consolida a cada minuto como la fábrica de pobres más eficaz. Al caer en bancarrota, Vernon deambula por tres novelas de más de 300 páginas cada una.

Vernon se convierte en depositario de unas cintas de video que grabó una extinta estrella de rock, su amigo y protector. Varias personas codician el material. Por distintas razones. Se desata entonces una pesquisa que sitúa al personaje en una vorágine de acontecimientos. Con los vagabundeos de Vernon, Despentes disecciona la realidad global actual. La saga se desarrolla en París y otras ciudades europeas. Escenarios de la desolación enraizada por los más desposeídos. La fatalidad como destino compartido.

La premisa en la que se basa Vernon Subutex es portentosa. A partir de una tropa de personajes se tocan conflictos tan diversos como el terrorismo, el racismo, el clasismo, el fomento del odio, el ejercicio de la violencia, lo nocivo de las redes sociales, la soledad impuesta por el temor al otro, la religión, etcétera. Es en su carácter totalizador donde radica la magnitud de la empresa que Despentes pretende abarcar. En pintar un enorme retrato de los miedos y motivaciones de la sociedad actual.

Sin embargo, Vernon Subutex presenta una serie de problemas que impide al lector digerir el fresco que la autora ha diseñado. En principio está la duda de si se trata de una trilogía o no. Las razones para cuestionarse esto residen en que las tres obras parecen una sola. Entonces ¿se dividió en tres partes sólo por una cuestión de extensión? Es más fácil vender tres libros de 300 páginas que uno de 900, sin duda. Y aunque esto podría parecer quisquilloso, en realidad no lo es, porque al final impacta en el producto y en lo literario de manera específica.

En su carácter totalizador radica la magnitud de la empresa que Virginie Despentes pretende abarcar 

La segunda bronca es la sobrepoblación de personajes. Hay demasiados, tantos que como lector es complicado retenerlos en la memoria. La segunda y tercera parte incluyen un índice de personajes que sirve como guía. Es decir: la autora está consciente de la sobrecarga que supone. Te cuenta la vida de personajes que jamás volverás a ver. Sujetos circunstanciales que al final no tendrán ningún impacto en la trama. Debido a esto se ha comparado a Vernon Subutex con La comedia humana. No comulgo. Balzac le otorgó una historia independiente a cada uno de sus personajes. Lo que ocurre en la obra de Despentes es que hay una saturación de subtramas.

Otro de los problemas subyace en el estilo. La Despentes de Vernon Subutex no tiene nada que ver con la de Viólame. En la trilogía parece más una versión femenina de Irving Welsh. De hecho, Vernon Subutex es una obra profundamente machista. Pero Viólame era una novela muy compacta, extremadamente violenta y sangrienta, narrada por una voz única. Con Vernon Subutex es imposible no pensar en Welsh todo el tiempo.

Otro pedo más es que se cuentan tantas vidas y tantas historias que se pierden. Es imposible desprenderse la sensación de que hay mucha paja de por medio. Y aunque la prosa es ágil y se lee rápido, la trilogía te agota. El lector se cansa de tratar de seguir el hilo a las subtramas.

Pese a todo lo anterior, hay que decir que el proyecto narrativo de Despentes es titánico. Y he aquí su mayor mérito. Cuando se dedica a contar la vida de su protagonista es luminosa. Los pasajes dedicados a Vernon son tan entrañables, es literatura de la más alta calidad. Con un alma que ningún narrador, hombre o mujer, posee en estos días.

Si Despentes hubiera purgado sus tres libros y los hubiera resumido en uno, que contara sólo el devenir de Vernon, estaríamos ante la más grande novela del siglo XXI.

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