La épica colección Small Axe, de Steve McQueen

Filo luminoso

Small Axe Fuente: sensacine.com

Cuando Steve McQueen ganó el Oscar por 12 años de esclavitud, en 2013, ya estaba trabajando en el proyecto Small Axe, una ambiciosa serie de películas que retratarían la vida de la comunidades de las Indias occidentales en Londres, entre finales de la década de los años sesenta y mediados de los ochenta. McQueen, quien nació en Londres en 1969, de descendencia granadina y trinitaria, consideró en principio hacer una serie televisiva, pero sintió que tenía material para una serie de películas. El resultado es una sorprendente colección de filmes tan fascinantes como perturbadores, tanto en forma como fondo, ya que al margen de abordar con sensibilidad la dolorosa condición de una comunidad marginada, también es un versátil híbrido entre cine y serie que emplea una variedad de estilos y formatos visuales para imprimir una textura realista a cada filme, desde la cuidadosa selección de vestuarios, la decoración, la música y los platillos hasta el hablar, los acentos y el patois. Igualmente, la fotografía de Shabier Kirchner crea con sutileza una atmósfera particular para cada cinta.

Los cinco filmes dirigidos y coescritos por McQueen cuentan con personajes fuertes que guían la narrativa.

Si bien ofrecen facetas complementarias de la comunidad, están interrelacionados en el sentido de que describen una “historia nacional”, al construir un complejo mosaico de la llamada Windrush Generation, es decir: la inmigración masiva de nativos caribeños hacia Inglaterra, por invitación del gobierno británico colonial después de la Segunda Guerra Mundial, para trabajar como mano de obra barata en la reconstrucción del país. Al llegar, los inmigrantes se encontraron con una barrera de racismo y rechazo en el trabajo, la comunidad y la vivienda, además de acoso y agresión continua por parte de la policía. Los padres de McQueen eran miembros de esa generación que debe su nombre al navío Empire Windrush, que transportó al primer grupo de caribeños en 1948. Este importante capítulo de la historia ha sido ignorado por la cultura británica y McQueen se encarga aquí de hacerle justicia.

Small Axe debe su nombre a una canción homónima de Bob Marley de 1973, que incluye un proverbio africano: “If you are the big tree, we are the small axe ready to cut you down” (“Si eres el gran árbol, nosotros somos la pequeña hacha lista para derribarte”). Tres filmes de Small Axe se estrenaron durante la pandemia en el Festival de Nueva York y fueron incluidos en la selección de Cannes. Más tarde los cinco fueron transmitidos por la BBC y en el resto del mundo a través de Amazon. Esto coincidió con el movimiento Black Lives Matter, una de las revueltas antirracistas más importantes en la historia estadunidense, que ha transformado el discurso político de ese país, con notable impacto internacional.

Los episodios muestran la compleja mezcla de culturas de esta comunidad que tiene tanto elementos africanos como hindúes e ingleses. La alimentación, las costumbres y el lenguaje se entretejen con las dificultades de la asimilación, los conflictos intergeneracionales y la manera en que el racismo permea todos los aspectos de la vida. Pero es claro que el proyecto es una celebración del espíritu, la lucha, la seducción, la resiliencia y el orgullo de la comunidad. Cada filme se centra en la experiencia de una o varias personas que desafían y se enfrentan con valor a la discriminación del sistema.

Al margen de abordar con sensibilidad la condición de una comunidad marginada, es un versátil híbrido entre cine y serie

La primera cinta de la serie es Mangrove, basada en el caso real de Los nueve del Mangrove, el restaurante de Frank Crichlow (Shaun Parkes) que a fines de los años sesenta se convirtió en el centro de reunión de los intelectuales y activistas caribeños, así como en la obsesión de la policía, que veía en ese local el epicentro de la decadencia urbana. El hostigamiento provoca que los miembros de la comunidad se manifiesten contra la autoridad y a los detenidos les levantan cargos por incitación a provocar disturbios.

El juicio queda marcado por las mentiras y contradicciones de los policías y por la actitud desafiante de una comunidad harta de los abusos. Los acusados salieron libres y este proceso legal dio lugar a la primera instancia histórica en que un tribunal inglés reconoció el racismo policiaco, además de que sirvió como tribuna a dos miembros del capítulo británico de los Black Panthers: Darcus Howe (Malachi Kirby) y Altheia Jones LeCointe (Letitia Wright). McQueen pone en evidencia que, a pesar del triunfo legal, ni los abusos ni el racismo sistémico cesaron y el episodio quedó sepultado en la historia.

Red, White and Blue también está basada en un caso histórico, el de Leroy Logan (John Boyega), estudiante de ciencias que decide abandonar la universidad luego de que su padre es objeto de una golpiza por parte de la policía, a fin de enlistarse ingenuamente en la fuerza del orden creyendo que puede corregir a la institución desde dentro. La otra cinta incluida en la primera entrega es Lovers Rock, en la que una fiesta a inicios de los años ochenta es un crisol de la generación joven de esta comunidad, su pasión por la música y en particular por el género que comparte el nombre del título y es una variante londinense del reggae.

Es una cinta sobre el amor y la supervivencia, pero también sobre el acoso sexual, la moda, la marihuana y la felicidad. Este caleidoscopio no está libre de asomos de violencia y crueldad pero a su manera es una fascinante celebración del activismo comunitario y del poder de la música.

Alex Wheatle y Education se estrenaron directamente en el servicio de streaming. Ambas tienen que ver también con la justicia social y las desventajas que sufren los jóvenes de esta comunidad. La primera trata acerca de la historia real de Alfonso Alex Wheatle (Sheyi Cole), el novelista británico que al quedarse huérfano padeció el sistema de orfanatorios y eventualmente llegó a la cárcel. Ahí tuvo la fortuna de tener un compañero de celda que lo ayudó a encontrarse a sí mismo, así como a despertar su conciencia política y curiosidad literaria.

Finalmente, Education cuenta la historia de un niño brillante, Kingsley Smith (Kenyah Sandy), que sin embargo tiene problemas de aprendizaje, a quien envían a una institución “de educación especial”, que en realidad es un medio para marginar y estigmatizar estudiantes tachándolos de subnormales en función de pruebas de IQ con un implícito sesgo discriminatorio, en vez de tratar de satisfacer sus necesidades específicas. Kingsley es rescatado por una psicóloga y por las clases sabatinas, a las que también McQueen asistió. Small Axe no es de ninguna manera una visión complaciente sino una mirada al pasado como antídoto, llamada de atención, y también como indicador de las batallas pendientes por pelear.