Creo en las ollas de nueva tecnología
mármol, aluminio, acero
creo en un solo dios
creador de todo
incluidas las ollas con garantía de por vida
Creo en tus manos
en los dientes cariados
en la barba de tres días
creo en tu acento cuando pronuncias
[ciertas palabras
creo en tu pereza
Creo que podríamos vivir cincuenta años juntos
pero no lo sabemos aún
y nos da miedo la idea
Creo que una rosa abierta es el sexo de una mujer
y los ingleses aman las rosas
le ponen agua en la base de la maceta
[y alargan su vida
crecer en un país sin sol es ya un logro
Creo en los estofados lentos con papas
tomates y romero
creo en la vida doméstica:
de ella sale el mundo verdadero
el que no es de las ideas.
Amo el mundo que no es de las ideas
ni viene de una cueva con sombras
Creo en el sol de verano
calentando cabezas y hombros antes de calentar
[el resto de los cuerpos
creo en los cuerpos que se calientan con sol
y con su propia energía
Creo en tener aspiraciones
suaves al inicio e intensas después o viceversa
creo en arrepentirse
en darnos cuenta a mitad de una fiesta
[donde todos ríen, bailan,
acercan su cuerpo a otros cuerpos,
de que estamos muy muy aburridos de todo
el aburrimiento es un cansancio especial
Creo que no podemos esperar grandes cosas
de un país en cuyos lavabos públicos hay
instrucciones para lavarse las manos
Creo que lo hemos dicho todo
el silencio es alta tecnología: no se pega nada
los alimentos conservan su pureza
¿te imaginas?
el brócoli puro, verde intenso,
el ajo, los espárragos,
los trozos de carne
el silencio es algo a prueba de todo
y se puede meter a la máquina de lavar platos
qué belleza
* Este poema forma parte del libro La luz artificial de las cosas, de próxima aparición bajo el sello Ediciones Arlequín.