Viaje por la Monsiteca

La Biblioteca de México, en la capital del país, es un espacio privilegiado para lectores e investigadores en infinidad de temas. Entre sus ofertas más atractivas incluye la prodigiosa colección bibliohemerográfica de Carlos Monsiváis, coleccionista de excepción que a lo largo de su vida reunió más de 15 mil ejemplares y cerca de 700 volúmenes de publicaciones periódicas mexicanas. Esos anaqueles evidencian su estimulante curiosidad por las expresiones impresas de la cultura popular.

Ejemplar de Chanoc, con el cronista como personaje. Número 368, México, 28 de octubre, 1966.
Ejemplar de Chanoc, con el cronista como personaje. Número 368, México, 28 de octubre, 1966. Foto: Fuente: Archivo de MAML

Dentro de las Bibliotecas Personales de la Biblioteca de México, que a finales de este año cumplen diez años de servicio, hay dos colecciones que incluyen revistas: las de José Luis Martínez (1918-2007) y Carlos Monsiváis (1938-2010).

El editor, historiador y funcionario cultural Martínez enfocó su colección en revistas lite-rarias, que publicó en ediciones facsimilares en el FCE, más una deleitable y desconocida colección de la picante Ja-já (1959-¿1970?), mientras que Monsiváis, el cronista de la calle y colonia San Simón, en la zona de Portales, mostró su desmedido interés por coleccionar fotonovelas, historietas, revistas políticas y magazines frívolos, como la censurada VEA.

LA MONSITECA, ubicada al sur del Patio de Escritores, está conformada por más de 15 mil ejemplares y cerca de 700 volúmenes de publicaciones periódicas. De sus historietas o cómics hay más de cuatro mil ejemplares y 188 volúmenes. Cerca de 1,500 misivas que le enviaron al cronista de San Simón, pero lamentablemente ninguna carta personal (en vano han ido por su correspondencia con Octavio Paz, Carlos Fuentes, et al). Hay sólo 22 discos de larga duración: magra colección para un melómano obsesivo como Monsiváis, que incluso forjó el seudónimo Manuel Machín-Gurría, especialista en jazz. Su colección discográfica se encuentra en la Fonoteca Nacional.

Las Monsirrevistas están colocadas en dos libreros y dos torres, ordenadas de A pie (1995) a Zurda (1990), incluida una sección con sus colaboraciones ya clasificadas e identificadas con post-its amarillos.

En una torre están las historietas, de Adelaido el conquistador (1933), del cineasta cómico y anticallista Juan Arthenack, a Zapata cabalga de nuevo (1996), de El Metiche, así como Pepín (1942-1954), Heavy Metal (1977-1999) y desde luego Paquito presenta a La familia Burrón (1953-1978) y La familia Burrón (1980-2009). También están La vida deslumbrante de María Félix (1956-1958) y La vida y los amores de Pedro Infante (1957), ambas editadas por Publicaciones [Vicente] Ortega Colunga.

Hay una buena cantidad de volúmenes de Proceso (1976-2011, donde polemizó con Octavio Paz entre 1977 y 1978), el mítico semanario Hoy (1937-1967), Sur (Buenos Aires, 1931-1950, bajo la dirección de Victoria Ocampo), su querido The New York Review of Books (1964-2008) y las fotonovelas Cita (1974-1984), Novelas de amor (1975-1985) y Valle de lágrimas (1975-1986), entre otros títulos. Se añaden algunos ejemplares de la escandalosa fotonovela Casos de Alarma! (1971-1991, la cual privilegió a vedettes como protagonistas de sus sórdidas y sangrientas historias).

El cronista mostró su interés por coleccionar fotonovelas, historietas, revistas políticas y magazines frívolos 

A la famosa Monsiteca han asistido con previa cita, entre otros, Javier Aranda Luna en busca de las memorias de la pintora italiana Bona Tibertelli, esposa de André Pieyre de Mandiargues, amante de Octavio Paz, primero, y luego de Francisco Toledo; el crítico cinematográfico Carlos Bonfil, quien me develó sus andanzas con su tocayo en El 14, primer restaurante bar en organizar sesiones heterosexuales de sexo en vivo; el internauta Arturo Trejo, autor de las Crónicas de banqueta; Gerardo Lammers, exeditor del suplemento Confabulario; Ricardo Morales López (1963-2021), especialista en métodos de impresión del siglo XIX y principios del XX.

EL CURADOR MARTÍN HERNÁNDEZ acudió al acervo para conformar la exposición “Carlos Monsiváis: Hacedor de libros, cronista de la ciudad”, en 2018, donde presenté el “Monsi-Mapa”, croquis de la colonia San Simón, donde el cronista aparece en algunos sitios de interés, que le gustó a su prima Beatriz Sánchez Monsiváis. Tras la huella del caricaturista Era (seudónimo del pintor michoacano Alfredo Zalce) estuvo el coleccionista, puntual investigador iconográfico y habitué a la “ceremonia del corcho”, Carlos A. Córdova, autor del clásico Agustín Jiménez y la vanguardia fotográfica mexicana (RM, 2005) y del Tríptico de sombras (Conaculta, 2012). El periodista Antonio Bertrán, autor de la columna “Nosotros los jotos”, documentó aquí algunos de sus temas.

Han visitado el recinto investigadores de España, Francia y Brasil. En busca del primer Batman en español llegó la catedrática María López Villalba, de la Universidad de Málaga, en su último día de estancia en la Ciudad de México. El año pasado publicó “El primer Batman en español y la asombrosa industria del cómic en México”. De la Universidad de Toulouse estuvo y regresará la doctora Cathy Fourez, especialista en novela mexicana de detectives. Consultó y leyó los más de cuarenta ejemplares de Selecciones policiacas y de misterio (1941-1960), de Antonio Helú.

Entre los historietistas y caricaturistas han asistido Jorge Flores (mejor conocido como Blumpi) y Rubén Soto El Metiche, director del Museo de la Caricatura e Historieta Joaquín Cervantes Bassoco, en el estado de Morelos. Entre los historiadores estuvieron Juan Manuel Aurrecoechea, especialista en historieta mexicana e investigador apoyado por la UNAM, y el historiador obregonista Carlos Silva.

Los más asiduos a la Monsiteca han sido Alfonso Morales Carrillo, director de Luna Córnea, y sus entonces editores Anyi Bravo Valerdi y Miguel G. Álvarez. En 2016 y todo 2019 hurgaron en revistas, fotonovelas, folletos, recortes periodísticos, carteles. Revisaron hasta el más mínimo papel. En octubre de 2019 comenzó la etapa de reprografiado, que siguió en plena pandemia de Covid-19 durante el 2021. El fotógrafo César Flores y su ayudante registraron el material. Una muestra significativa se puede revisar en el número 37 de esa revista, dedicado a la iconósfera monsivaíta, que ya se encuentra en circulación.