The Batman: oscura y palomera

Al poner en una balanza los pros y contras de la más reciente entrega cinematográfica del personaje nacido de los cómics, valorarla resulta difícil. The Batman tiene muchos defectos (entre ellos, la gris actuación del protagonista, encarnado por un Robert Pattinson mediocre), pero asimismo virtudes notables, como la estética dark del héroe y los magníficos villanos que presenta, con antecedentes psiquiátricos que resultan una revelación. Aquí, un análisis de sus claroscuros.

The Batman. Foto: Fuente: michigandaily.com

Lanzada en este 2022, escrita y dirigida por Matt Reeves, lanzada en este 2022, The Batman retoma la faceta detectivesca del Caballero Nocturno en una pieza de cine negro superficial y dispareja, con un personaje protagónico que parece un emo nini desganado, en vez de un vigilante imponente, pero que sin embargo tiene secuencias logradas y aporta alguna que otra cosa.

¿BATMAN... ETERNAMENTE?

Los dos personajes más populares del cómic son Batman y Superman, cuyo encuentro en la cinta Batman vs. Superman: El amanecer de la justicia (2016) resultó decepcionante, tanto como la secuela Liga de la Justicia (2017, ambas dirigidas por Zack Snyder), donde quien se luce es La Mujer Maravilla (Gal Gadot). Pero Batman ha sido más una figura de culto que Superman, por varias razones. Entre ellas menciono:

· Es un vengador, el arquetipo de un montón de películas de cine negro, westerns y terror, entre otros géneros, desde Kill Bill hasta John Wick, porque el espectador sublima sus instintos vengativos con los fregadazos en pantalla (algo que The Batman cumple bastante bien, hay que decirlo);

· Es un vigilante (no un superheroe, pues no tiene superpoderes) o, en otras palabras, siempre actúa al margen de la policía y resuelve casos que la ley no puede resolver, ya sea por impericia o corrupción. En la película reciente, mandos policiacos están aliados con mafiosos y políticos poderosos —esta versión de Batman me recordó el cómic donde aparece el primer Robin, Dick Grayson, en específico cuando Batman rescata al muchacho de la patrulla donde estaban a punto de asesinarlo por órdenes de Tony Zucco;

· No es matón, que es un principio muy anterior a nuestro mundo políticamente correcto (si bien causó polémica la portada de Batman Año Dos, donde mostraba una fiera mirada al tiempo que sostenía una pistola);

· Su estética dark, interrumpida solamente en los años sesenta, con el Batman a gogó que vimos en la serie de televisión protagonizada por Adam West —quien, aunque en tono camp, me parece el único Batman que hasta la fecha realmente se asemeja al personaje del cómic en lo carismático, simpático y serio;

· Sus magníficos villanos, con un historial psiquiátrico que los acerca a la psicopatología de Batman. En la nueva versión todos están geniales.

PUM! ZAZ! SÓBATE!

The Batman no es una obra maestra ni resulta novedosa, pues el guion no va más allá del de cientos de películas de acción donde la policía corrupta, la mafia, los empresarios y los políticos se juntan para exterminar a un inculpado que resulta más astuto que ellos, al que le echan todas las armas. Más bien creo que es una buena cinta palomera, con varias secuencias emocionantes. Entre los elementos que tiene a favor menciono éstos:

1. Crea paradigmas sobre la historia original, como el nuevo giro sobre el asesinato del padre de Bruce Wayne, aunque de todas formas respeta la autoría material de Joe Chill (solamente Tim Burton tuvo la osadía de señalar al Guasón por ese crimen, para de ese modo sobrecargarlo de antipatía). También revela secretos familiares de la familia Wayne, siguiendo la línea psicológica y estética del Guasón (Todd Phillips, 2019);

2. Retoma al Batman detective, muy al estilo de Seven (David Fincher, 2015), en un juego del gato y el ratón, siguiendo pistas de El Acertijo;

3. El Batimóvil aparece de manera espectacular, antesala de una persecución impresionante, muy en la línea de Rápido y furioso.

4. Los villanos son todos magistrales y tienen un nuevo look que es de veras muy atractivo: El Acertijo (Paul Dano), Gatúbela (Zoë Kravitz) y, muy en especial, Carmine Falcone (John Turturro) y El Pingüino (Colin Farrell), quienes le pusieron humor a una cinta tan sórdida.

En la otra cara de la moneda van elementos en contra:

1. Varios personajes son muy mediocres pues resultaron más interesantes en otras versiones, comenzando por el mayordomo Alfred (Andy Serkis), quien no transmite la acostumbrada simpatía paternal hacia Bruce Wayne, sino que está relegado, cual extra de telenovela; el comisionado James Gordon (Jeffrey Wright) carece por completo de la profundidad que mostró en otras películas.

Y podría seguir dando ejemplos hasta llegar al protagónico, Robert Pattinson, tan malo que hace extrañar a George Clooney. Su interpretación de Bruce Wayne no apantalla: luce como alcalde de Coyoacán. Cuando encarna a Batman se muestra desmotivado, como atascado de diazepam; sólo vemos su interesante lado oscuro cuando le dice un montón de cosas políticamente incorrectas a Gatúbela (quien por cierto entra tarde, en la página 200 del guion, cuando debió entrar en la 12). Lo decepcionante es que Batman aparece muy canchero, diciendo frases lapidarias del tipo “Yo soy mi legado”, pero luego se torna francamente aburrido.

2. Es una cinta demasiado larga, con arranque y cierre lentos, más un epílogo cursi y chafa. Es decir, se siente colgada. Además, la última conversación que tiene Batman con Gatúbela la verdad no viene al caso. Mejor la hubieran cortado.

Una vez dicho todo esto yo sigo pensando que lo bueno de toda película de Batman es que incita a los espectadores a conocer los cómics y descubrir otro lenguaje artístico del Caballero Nocturno.