Carta a Walter Pach

La traición de Diego Rivera

Diego Rivera, Delfina Flores, óleo, 1927. Es la imagen que menciona Orozco, reproducida en la revista Contemporáneos, junio, 1928.
Diego Rivera, Delfina Flores, óleo, 1927. Es la imagen que menciona Orozco, reproducida en la revista Contemporáneos, junio, 1928. Fuente: collection.mcnayart.org

Sep. 6 – 1928

Muy estimado Señor Pach: He recibido su carta y el billete y esperamos el Sr. [Gilberto] Owen y yo tener el placer de visitarlos en Amenia [Nueva York] el domingo próximo, agradeciendo debidamente su atención.

Perdone usted que yo insista en la muy desagradable cuestión del “animador” pero usted dice en su carta que “cualquiera que sea su conducta personal hacia sus vecinos...” Cabalmente, Sr. Pach, usted ha puesto el dedo en la llaga y mire usted hasta qué grado ha logrado engañar a personas de la categoría intelectual de usted. Cabalmente es lo que él quería: que se tomara como asunto “personal” su TRAICIÓN AL ARTE! Este famoso y ridículo “animador” es inferior a Ananías porque éste “escondió una parte de sus riquezas” pero el “animador” no tiene riqueza alguna! Es decir, que ni siquiera es traidor porque jamás ha sido un leal, jamás un soldado sino sólo una prostituta que se metió al cuartel.

En los Estados Unidos todo se sacrifica a la Paz, los mexicanos sacrificamos todo a la justicia y quizá mi actitud con usted sea la de un necio y un envidioso pero le ruego crea que le hablo así por la gran estima y respeto que tengo por sus opiniones y me duele que se haya hecho burla de los hombres de buena fe.

También el Sr. García Maroto, por no haber presenciado los hechos, cayó en la trampa de la “animación” del “animador”[,] el cual es precisamente lo contrario: un animado, no una causa sino un efecto, no un macho, sino una hembra. Parece ser un centro rodeado de otros porque ha gritado más, se ha anunciado más, ha intrigado y descendido a las peores maniobras y si no fuera por la audacia y la irritante gritería de este género de merolicos, no tendrían mayor importancia.

Todos y cada uno de los que formaban el grupo DIÓ sus ideas técnicas útiles ... y el que menos dio fue el animador  y sabe usted qué dió? dió la traición

Usted me dice: “no era solamente un animador, sino daba ideas técnicas muy útiles para los que estaban a su alrededor”.

No sabe usted, Sr. Pach, hasta qué grado es inexacta e injusta semejante afirmación. En primer lugar, el verdadero animador fue Vasconcelos! que concibió, inició y protegió hasta donde pudo la pintura mural, llamó a todos los pintores sin distinción de nacionalidad, escuela o categoría y mandó al “animador” dinero para que regresara de París en donde estaba en la miseria. Gracias al entusiasmo de Vasconcelos se formó un grupo de pintores que se llamó “Sindicato de Pintores y Escultores” formado por: [David] Alfaro Siqueiros, Xavier Guerrero, A. [Amado] de la Cueva, Jean Charlot, Carlos Mérida, Alba [Ramón Alva de la Canal], [Fermín] Revueltas, yo y algunos más, incluyendo, naturalmente, al “animador”.

Sin la intervención de Vasconcelos no se hubiera pintado un solo centímetro cuadrado de pared!

Ahora bien, todos y cada uno de los que formaban el grupo “DIÓ sus ideas técnicas muy útiles”, todos dieron y el que menos dio fue precisamente el “animador” y sabe usted qué dió, Sr. Pach? dió la traición, introduciendo en una obra artística colectiva, una obra puramente de arte, la política, las intrigas y bajas pasiones de los políticos, las reyertas personales, los odios, lodo y cobardía. Y ya que hablamos entre pintores le voy a dar a usted las pruebas técnicas:

Jean Charlot, Los cargadores, mural, detalle, 1923, Secretaría de Educación Pública.
Jean Charlot, Los cargadores, mural, detalle, 1923, Secretaría de Educación Pública.

————— PRUEBAS —————

La decoración de la Secretaría [de Educación Pública] (patios) fue iniciada simultáneamente por: Charlot, Xavier Guerrero, De la Cueva y el “animador”. Cuando usted vaya a México verá que los primeros tableros del “animador” no son otra cosa que ilustraciones de libro amplificadas al tamaño de la pared, mientras que los de Charlot y especialmente el de “Los cargadores” dan la solución geométrica para el caso particular de la decoración de ese edificio. Ese tablero de Charlot ya no es ilustración amplificada sino pintura de muro. Y el “animador” no tuvo más remedio que aprender la lección, concibiendo por Charlot un odio africano. Más tarde pretendió destruir los tableros de Charlot y destruyó uno de ellos y gracias a la actitud enérgica que asumimos no siguió con los demás. Felizmente ahí está todavía el de “Los cargadores”. También De la Cueva y Guerrero contribuyeron en buena parte a la resolución de problemas.

Técnica del fresco – Es muy penoso hablar de sí mismo pero en este caso no hay más remedio.

El “animador” no sabía ni media palabra de pintar paredes. Fué Guerrero el que le informó que en los pueblos de México usaban la baba del nopal y de la preparación especial de la cal. Pero el procedimiento que empleaban era defectuoso porque a los dos meses empezaba a soltarse la arena y a desaparecer la pintura y para impedirlo tuvo que encerar las pinturas. Usted lo verá cuando vaya! Además, con ese procedimiento resultaba una paleta muy pobre, deslavada. (El Sr. Maroto lo nota). En vista de ello me propuse estudiar el asunto y gracias a la protección de Vasconcelos pude durante un año hacer ensayos, sufriendo la hostilidad del “animador” y sus “amigos” y al fin logré definir un procedimiento que fue adoptado inmediatamente por todos los pintores. El “animador” abandonó la baba de nopal y Siqueiros prefirió destruir toda una gran pared ya preparada con cemento y que había costado mucho dinero, para pintar al fresco según mi procedimiento[,] el cual se caracterizaba por un máximum de resistencia del aplanado, por permitir una disciplina rigurosa en el trabajo y por la libertad absoluta de paleta, pues el color puede llevarse al máximum de saturación, cosa imposible con las babas de nopal del “animador”.

EL FACTOR INDÍGENA – El “animador” ha gritado mucho pretendiendo hacer creer que fue él el que introdujo o resucitó este factor de importancia. Eso es perfectamente falso: Fueron Siqueiros y Guerrero los verdaderos autores. Cuando el “animador” estaba todavía en el Anfiteatro inició Siqueiros su trabajo en la escalera del patio menor de la Preparatoria y algún día verá usted ciertas figuras que por ahora a nadie gustan pero en mi concepto revelan cualidades genuinas de pintor grande, especialmente ciertas figuras de indios que sirvieron al “ladrón animador” para salir de su italianismo de turista al amplio panorama de la vida mexicana. Pero claro que el “animador”, sin dote alguna de verdadero pintor y ayuno de toda originalidad sólo ha hecho después la pésima caricatura de los “indios” de Siqueiros, pintados por este un año antes de que el “animador” supiera siquiera que existían los indios.

El animador ha gritado mucho pretendiendo hacer creer que fue él el que introdujo o resucitó [el factor indígena].
Eso es perfectamente falso: Fueron Siqueiros y Guerrero los verdaderos autores

EL ARTE POPULAR – O sea, el ¡Gran Animador! en México[,] el verdadero Animador, el Auténtico, ha sido saqueado de la manera más escandalosa por ese asqueroso plagiario. ¿Cree usted, Sr. Pach, que es honrado copiar, por ejemplo, un retrato popular como la muchachita reproducida en “Contemporáneos” y firmarla como obra propia? ¿Cree usted que es honrado copiar íntegramente los códices sin ningún aporte personal nuevo?

¿Cree usted que no es traición al arte convertir la pintura en instrumento de propaganda política y comercial?

Cree usted que no es traición al arte detener, destruir y matar una obra como la pintura mural en México hasta el grado de haber desaparecido por completo, dispersando a los artistas por la intriga y la calumnia y desprestigiando a los ojos del público los elevados y nobles fines del arte, falseando los hechos y propagando mentiras?

En estos momentos YA nadie pinta paredes en México. Y sin la intervención del tal “animador” se hubiera desarrollado y adquirido cada vez mayor importancia, hubieran llega-do a sumarse nuevos elementos, que en México abundan y que ahora es muy difícil volver a organizar por la labor disolvente y malvada del “animador”. ¿No es eso una traición al Arte, Sr. Pach?

Y como prueba complementaria le voy a dar a usted ésta: al dispersarse el grupo de pintores que formaban el “sindicato” y quedar el “animador” solo, sin tener quien lo “animara” pintó el tercer piso del 2° patio de la Secretaría de Educación, es decir su último trabajo; si usted tiene fotografías de eso le ruego las examine detenidamente y verá usted que tienen el mismo valor plástico que una plana de “Mutt y Jeff” en los funny papers de los domingos. Es que el “animador” está solo y vacío, no puede “animarse” a sí mismo, como una mujer no puede parir sin un señor macho que la “anime”. Maroto dice que el “animador” se encuentra en un impasse del que no sabe cómo salir y yo agrego que no saldrá nunca jamás. ¡Justicia!

Su atento s. y amigo

J. C. Orozco

Fuente: Archives of American Art > aaa.si.edu