Cartas mexicanas de Arthur Cravan

Hizo de todo: fue boxeador, arriero, chofer y encantador de serpientes, cosechó naranjas, escribía poemas y le encantaba provocar. Nacido en Suiza y precursor del performance, huyó de Europa durante la Primera Guerra Mundial, para no ser reclutado; vino a México a trabajar, según él, en una mina de plata. Aquí estuvo esperando a Mina Loy, pintora, poeta y actriz inglesa, a quien había conocido en Nueva York y lo tenía loco de amor. A diario le escribía cartas desesperadas; aquí ofrecemos una muestra.

Arthur Cravan (1887-1918), en un retrato de 1908.
Arthur Cravan (1887-1918), en un retrato de 1908. Foto: Fuente: commons.wikimedia

Del poeta Arthur Cravan se saben unas cosas y se desconocen otras más. A 104 años de su desaparición, los rumores y las dudas forman parte de su legado. Se sabe que nació en Lausana, Suiza, en 1887. Que era sobrino de Oscar Wilde. Que publicó él solo una revista en París llamada Maintenant, donde se atrevió a burlarse de André Gide (la recopilación de los poemas, ensayos, crítica y crónica que ahí divulgó se encuentra en español, bajo el mismo título, en edición electrónica de El Olivo Azul).

Se sabe también que boxeó contra el campeón estadunidense de peso completo, Jack Johnson, en Barcelona. Que durante una conferencia en Nueva York hizo un striptease y terminó en la comisaría. Que le bajó la mujer a Marcel Duchamp (Mina Loy, poeta inglesa con quien se casó en México). Que vino a nuestro país para escapar del reclutamiento. Que impartió conferencias de Historia del Arte en el Colegio Militar. Que frecuentaba la Escuela de Cultura Física. Que desapare-ció en 1918 en aguas mexicanas.

FUE UN HOMBRE DE ACCIÓN mezclado con las vanguardias literarias de principios de siglo XX, que llevó una vida breve e intensa, marcada por un final trágico. Arthur Cravan (Favien Avenarius Lloyd, de nacimiento) vino a México para pasar a la historia como el poeta aventurero, preconizador del performance que tanto acompañó a los surrealistas en décadas posteriores. Una figura que nos recuerda a Rimbaud y su viaje a Abisinia. Brillar y desaparecer. Poseedor de un físico imponente y sentido de la provocación, se convirtió en un fantasma, una leyenda.

Una veta poco explorada de este personaje es su correspondencia, que evidencia un aspecto menos visible de su persona: la fragilidad. Mientras esperaba a Mina Loy en la Ciudad de México, Cravan le escribe frenéticamente, en ocasiones más de una vez al día, temiendo que no viniera a reunirse con él. También hay indicios de que Cravan no estaba solo en este país, sino con sus padres. Después del encuentro, Cravan y Loy pasaron un año en nuestra capital. De eso se sabe poco, más allá de que él daba clases de box y ella lavaba ajeno. Eran pobres.

Luego Mina se embarcó a Buenos Aires en un barco-hospital japonés. Cravan no puede acompañarla por una razón que aún no me queda clara. Desaparece unos días después. Las cartas que le escribió son desgarradoras y ridículas, como es tan común en nuestra existencia. Aquí se puede constatar.

Arthur Cravan
Arthur Cravan ı Foto: larazondemexico

Nuevo Laredo, 18 diciembre, 1917

Ángel mío:

Estoy horriblemente deprimido y casi tengo vergüenza de mí mismo. ¿Soy demasiado cobarde o blando? No puedo siquiera responder. Hace un momento casi tuve que dejar la mesa del hotel para llorar. ¡Tengo la garganta cerrada! Pero no puedo llorar, los demás se darían cuenta. ¡Tienes que mantener tu promesa! Si me mientes, será el final de mi confianza en la vida, para siempre. No tengo derecho de dudar de tu palabra de honor, pues te respeto, pero en este momento rozo la locura. Escríbeme inmediatamente a esta dirección...

... Cuando me escribas, hazlo con cartas largas para consolarme. ¡Si pudieras ver mi cara ahora! No es el miedo a la vida, sino a la vida sin ti. No olvides que tú eres la única persona que tengo en el mundo...

22 de diciembre, 1917 1

Mi adorada:

Ya no aguanto más. Me vuelvo loco de rabia y de impotencia. ¡Si supieras lo que pasa dentro de mí! Estoy perdidamente enamorado de ti. ¡Ah! Si uno pudiera morir llorando, como al abrirse las venas. ¡Qué dulce muerte! Si pudiera verte unos minutos... Padezco de trances como los de un condenado a muerte y no puedo ordenar mis ideas. Pídele a Madame Meier que te preste la correspondencia entre Alfred de Musset y George Sand. Es mi historia, pero sin la traición.

... ¿Sabes que probablemente estaré obligado a regresar a España para llegar a Buenos Aires? Puedes imaginar los problemas que he tenido hasta ahora. Nunca tendré el dinero para hacer este viaje, pero sí lo haré, lo haré por ti... Corro de un lado al otro todo el día para obtener información. Te imaginarás lo desesperado que estaré si después de todos estos milagros y sacrificios no vienes a mi lado...

... Te escribo todos los días, pero mis cartas tardan en llegar y la censura las retrasa todavía más. Es horrible. ¡Si sufrieras lo que yo sufro, me amarías!

Estoy llorando.

Tu Arthur

24 de diciembre, 1917

Mi palomita:

Mañana será Navidad y tú no estarás aquí. Hoy creí volverme loco y no creas que estoy exagerando. Debí tomar el barco para América del Sur y no lo hice. No hubiera podido soportar el viaje, pues sería alejarme de ti. Tienes que venir conmigo o no respondo por lo que haré... Deberías salir a mi encuentro al recibir esta carta. Además, mis padres no me dejarían salir de México...2 He hecho un voto de castidad y no me costará más que dejar de fumar. Si no te vuelvo a ver, jamás besaré a una mujer de nuevo. Te lo juro, Mina. No me conoces de verdad, tuve momentos horribles, pero voy a cambiar. Perdóname, era un hombre y te juro que ahora soy un ángel.

Deja a tus hijos tu renta, aquí yo podré ganarme la vida. No vayas a Buenos Aires, creo que Argentina va a entrar en guerra.

... Si decides tomar el tren de improviso puedes escribirme a la Escuela de Cultura Física, para no despertar sospechas de mi madre...3 No olvides decirme si vendrás y cuándo. Recuerda que lo prometiste... Mis cartas tardan en llegar al menos un mes y tú podrías estar aquí en cinco días. Esta idea me hace delirar. He adelgazado mucho y no duermo por las noches…

Besos y eternidad.

Navidad, 1917

Querida Mina:

Te escribiré unas cuantas líneas en inglés y luego en francés, ya que seguramente domino este idioma un poco mejor. Me gustaría que pudieras leer español, porque es la única lengua en la que realmente puedo expresar mis sentimientos.4

... Tienes que venir o yo iré a Nueva York, o me suicidaré. Estoy desesperado. Ayer, lloré durante dos horas y no sé qué va a pasar.

He olvidado decirte que te amo en mente y corazón. ¡Lo que quiere decir que te podría amar de cabellos blancos y arrugas! Tu bella inteligencia me hace mucha falta. ¡He sido castigado!... He cometido errores, he sido mil veces culpable, me pongo de rodillas. Rezo a Dios todas las noches para volver a encontrarte... Alguna vez me dijiste que yo he sido el único hombre que te ha dado la impresión de ser un dios. Ven conmigo si quieres probar al ángel. Ya no quiero volver a pecar. Odio todas las mentiras. Es cierto que no soy como los otros hombres, pero este año he sido como ellos.

Ahora con sólo verlos sufro. Si crees en Dios debes venir. Si por alguna razón no respondes, te maldeciré, Mina, pues me habrás vaciado. ¿Sabes lo que es vaciar a un hombre? Es dejarlo sin genio. Tú también eres más que una mujer. Te pido perdón por todos mis insultos…

Hotel Juárez, 5a. Calle Tacuba 81, Ciudad de México.

Siempre puedes encontrarme aquí.

Besos largos de una boca seca.

Arturo Cravan

26 de diciembre, 1917

Querida Mina:

... Estoy muy enfermo y no parece que vaya a mejorar. Espero tener noticias tuyas...

Debido a que ya no estoy con mi familia, te anoto aquí una dirección en la que podrás encontrarme: Arturo Cravan, 3D Tacuba 15, Escuela de Cultura Física Ugartechea. Ciudad de México.

27 de diciembre, 1917

Preciosa:

¿Dónde estás? ¿Qué haces? Daría lo que fuera con tal de verte coser, arcángel de la costura. Hoy me siento mejor. Fue repentino, he recobrado la esperanza...

Te va a gustar México y también mi país. A mi madre le encantará conocerte. Le hablo seguido de ti. Si no fuera por ella, estaría de vuelta en Nueva York. Aquí me dedico a la cultura física, los deportes despiertan interés e incluso hemos telegrafiado a [Jack] Johnson para que venga. Puedes escribirme a la Escuela de Cultura Física... Puedes tomar esta dirección como definitiva, pues no voy a casa de mis padres todos los días, mientras que aquí vengo a diario a hacer un poco de ejercicio.

Escríbeme inmensas cartas y no te burles mucho de mí. No lo olvides jamás. ¡Si supieras cuánto te amo!

... Sabes que he hecho un voto de castidad si no te vuelvo a ver. De seguro me juzgas incapaz de tal renuncia, pues me comporté como un monstruo en Nueva York. Pero percibo un cambio en mí.

Adiós, Mina mía, te asfixio con mi corazón.

29 de diciembre, 1917

Mi único pensamiento:

... He arreglado mi vida de manera que pueda meditar, estudiar y trabajar por las mañanas y dar clases por la tarde. Volví a conquistar mi nobleza... Si te hice daño, te pido perdón de rodillas, no lo volveré a hacer, le hablo a tu cristiana interior. Estoy dispuesto a amarte toda la vida y sé lo que quiere decir toda la vida.

Aquí la vida es muy barata. Una habitación y tres comidas al día cuestan 75 centavos. Obviamente, nada es lujoso.

... He pensado en matarme si no vienes. Y pensar que pude haberme casado contigo. Te suplico que no te burles de mí...

Arthur

P. D. Envíame un mechón de tu pelo, o mejor todavía, ven a verme con toda tu cabellera.

30 de diciembre, 1917

Mina de mi alma:

No estoy mejor. Estuve a punto de no escribirte hoy. Soy como un hombre que se va a ahogar... Envíame un telegrama al menos con una carta de despedida y en cinco minutos ya estaré muerto.

... Te adoro, ángel de mi corazón. Te envío mis lágrimas.

30 de diciembre, 1917

Querida Mina:

... ¿Acaso me has telegrafiado? Hazlo pronto para que llegue a tiempo. Estoy muy mal. Moriré atrozmente sin recibir un poco de consuelo. ¡Ah, mi pobre corazón! He envejecido diez años. Te deseo un año feliz. ¿Has recibido mis cartas?...

Adiós, Adiós, Adiós.

A.

30 de diciembre, 1917

Mi bella y querida:

¿Vas a venir pronto? No estoy mejor y no mejoraré. Mi razón está por apagarse. Si te queda una gota de piedad, me vas a enviar un telegrama.

... Me he purificado enteramente. Si puedo vivir, pienso en convertirme en santo, pero no creo poder seguir viviendo.

... Casi no tengo fuerzas para escribir y si yo supiera que lo hago en vano, me suicidaría a los cinco minutos. Sólo pienso en el suicidio. No podrás entenderme de seguro, pues no te encuentras en una situación como la mía... Mira, Mina, te pido incluso que mientas. Me parece horrible el he-cho de morir, e incluso si no vienes te pido que me des la ilusión. No podría soportar la verdad. No le tengo tanto miedo a la muerte como a la locura... Sólo hablo de mí, pero me identifico tanto contigo que es como hablar de ti. Mi maldición es que esta carta va a tardar al menos quince días en llegar. Envíame un telegrama, por el amor de Dios. He tenido una Navidad espan-tosa. Tendré un año nuevo condenado a muerte.

... Las comunicaciones son fáciles y a pesar de lo que dicen, no hay nada que temer aquí.

Escucha mis súplicas. De profundis clamavi.5

Tu pobre Faby y el Ángel de tu corazón.

31 de diciembre, 1917

Querida Mina:

Te escribo otra carta el día de hoy. Es la única energía que me queda. Podría escribirte durante horas y horas. Que la vida es horrible... Tengo mucho miedo de que sea el final... Morir del alma es mil veces peor que el cáncer. Estoy perdido... Adiós, Mina, piensa en todo lo que te he escrito en mis cartas. ¿Las recibes? Te escribo todos los días. Que tengas un feliz año. No trabajes demasiado. Descansa.

Adiós, adiós, adiós. La vida es horrible.

Arthur.

CINCO SUBRAYADOS

  • Pronto habrá solamente artistas en la calle, pero será muy difícil encontrar a un hombre.
  • La gloria es un escándalo.
  • El poeta con el cabello más corto del mundo.
  • Cuando se tiene la suerte de nacer bruto, hay que saber permanecer así.
  • Que lo sepan de una vez por todas: no me quiero civilizar.

Fuente: Maintenant, gallica.bnf.fr

Traducción: Guillermo de la Mora Irigoyen

Nota

1 Ésta y las siguientes cartas fueron enviadas desde la Ciudad de México (N. del T.).

2 En ésta y la siguiente carta, Cravan hace entender que se encuentra con sus padres en la Ciudad de México. Sin embargo, Mina Loy no hace ninguna referencia a ello en sus textos posteriores (N. del T.).

3 Otro indicador de que los padres de Cravan podrían encontrarse allí. (N. del T.).

4 En inglés en el original: I shall write to you a few lines in English and then in French as I surely master this language a little bit better. I only wish you could read Spanish because only in that idiom I can really express my feelings. (N. del T.).

5 “Desde lo profundo te llamo”. (N. del T.).

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