En 1984 apareció Private Dancer, el disco que detonó la carrera solista de Tina Turner, llamada la Reina de Rock por ser la única mujer coronada dos veces en el Salón de La Fama del Rock, la primera como Ike & Tina y la segunda, ella sola. Ese año orwelliano viví en Los Ángeles y recuerdo aquel lanzamiento con el sencillo “What’s Love Got To Do With It”. Además, ese verano Bryan Adams lanzó Reckless con el dúo de Turner, “It’s Only Love”. Ambos discos fueron éxitos en el radio y en MTV. Desde entonces la cantante estuvo en el spot y su negra voz quedará imborrable en la playlist de nuestros mejores días. Al igual que mis congéneres, me convertí en su seguidor involuntario e incondicional a través de Break Every Rule, Foreign Affair y Wildest Dreams, que salían hasta por la regadera. Su figura adquirió un tono de cercanía por estar ligada al cine que me guiñó el ojo desde chavito.
Por eso prefiero el título de La Reina Ácida, porque tuve una revelación cuando vi una copia en VHS de la película Tommy, del director Ken Russell, con los Who y un elenco de miedo. Nunca olvidé la escena en que Tina Turner le abre la percepción y coloca al rojo vivo al niño sordo, ciego y mudo. Me impactó la interpretación “The Acid Queen”, bailando con decenas de brazos como una Shiva, tan voluptuosa, sensual y alucinante que después de eso (y de vivir con el Ike) tuvo todas las credenciales macizas en la mano. En ese track grabó Acid Queen, un disco de covers de los Rolling Stones, los Who y Led Zeppelin.
Tina Turner se retiró con doce Grammys y más de ciento cincuenta millones de disco vendidos
ESO ERA TINA TURNER, energía y presencia escénica al cantar y al actuar. Tenía una voz con actitud afro y potencia exorbitante, su talento y su portentoso par de piernas eran una explosión en todos los sentidos. Después nos conquistó a los entusiastas de la saga Mad Max Beyond Thunderdome, de George Miller, como Aunty Entity, una guerrera postapocalíptica. La pista sonora incluye dos éxitos con los que abre y cierra la cinta: “One of the Living” y “We Don’t Need Another Hero”. Todos esos discos, canciones y películas tienen una carga de recuerdos generacionales y personales que transportan de golpe a los ochenta y los noventa, décadas que no terminan de irse por el eterno reciclaje del que son objeto.
Vocalista entrañable y compositora ejemplar de soul, rock, r&b, funk y pop, Tina Turner se retiró con doce Grammys y más de ciento cincuenta millones de discos vendidos. Nada mal para una mujer que escapó de la violencia doméstica con los míticos treintaiséis centavos, se reconstruyó y relanzó a sí misma, inspirando a millones de mujeres a liberarse.