La pandemia supuso el final de muchas cosas. Pero también el principio de otras. Algunas geniales, como el proyecto 99 Records. Una tienda de viniles que este agosto cumplirá su primer aniversario.
Uno de cada cinco melómanos fantasean, o han fantaseado, con montar una tienda de discos. Otros tantos han trabajado en una sólo por el placer de verse rodeados de los objetos de su amor. Tal es el caso de Marcos Galante, quien tras trabajar en varios negocios que ofrecían discos, comenzó a salir del clóset en su restaurante: Frëims. Destinó un apartado modesto, no rebasaba los cien títulos, a la venta de viniles. Entonces vino la pandemia. Y la cuarentena exacerbó sus deseos de poner un negocio regido por la música.
El encierro lo agarró en Nueva York. En cuanto se levantó el toque de queda se dedicó a recorrer todas las tiendas de discos de segunda mano que le salieran al paso. Para cualquier melómano, tenga o no una tienda, no existe diversión más grande que husmear en estanterías repletas de joyas remotas. Mientras compraba, 99 Records maduraba en su cabeza. Poco después se mudó a Oregon y continuó a la caza de material. Esto le desató un nuevo tipo de hambre que fue satisfecha comprando vinil nuevo y cerrado. En cuanto consideró que había amasado un stock considerable estaba listo para abrir.
Una de las motivaciones es que la gente descubra música nueva en cada visita
El concepto 99 Records fue bautizado así en honor al sello discográfico neoyorkino de punk que operó durante principios de los ochenta. Además del tributo, la tienda basa su personalidad en el número 99. El espacio está diseñado para albergar 99 discos que ocupan tres paredes. El cliente puede entrar al local y pedir que le toquen cualquiera de los títulos del muro. Justo como lo hacían cientos y cientos de tiendas en el país antes de la llegada del compact disc.
Este tipo de interacción la dábamos por sepultada, como al vinil mismo. Pero gracias a la resurrección del formato la tienda de discos clásica ha retomado un lugar en el corazón de las nuevas generaciones que se han hecho adictas al vinil. Comprar en línea nunca le va a llegar a los talones
a la experiencia de ingresar en una tienda de discos.
EXISTEN COSAS QUE NO se le pueden preguntar a un melómano. Una de ellas es cuál es tu disco favorito. Si de verdad amas la música, no puedes responder a esa pregunta. Quien asegure lo contrario es un tonto o un pedante. Pero lo que sí puede revelar cada melómano es aquel disco que tuvo un impacto decisivo en su educación sentimental-musical. Algunos se decantarán por Kind of Blue de Miles Davis, otros por The Dark Side of the Moon de Pink Floyd. Para Galante se trata de Big Science de Laurie Anderson. Cuando 99 Records se inauguró, Big Science fue colocado en un espacio estratégico. La tienda entera dispuesta como un altar público para su adoración personal y colectiva.
Ubicada en la calle de Ámsterdam 62, pero por su elegante factura bien podría estar en París o en Berlín, 99 Records ofrece una carta de bebidas, cervezas y coctelería. Puedes pasarte el día entero dentro. Echando el trago y escuchando los discos de los muros. Esto dota al local de cierta calidez. El espacio es minúsculo, pero significativo. A la izquierda se despliega una barra y disponen de unos bancos para sentarse. Una de las motivaciones de 99 Records es que la gente descubra música nueva en cada visita. Una noble labor.
En sus cajoneras se pueden encontrar distintos géneros: rock, punk, jazz, blues, clásica. Una de las características de la propuesta es que los 99 títulos no son inamovibles. Es decir que no se quedan petrificados en las paredes por tiempo indefinido. Cuando un título se agota puede ser suplantado por otro, dependiendo del stock, lo que además de darle movimiento a la pared es un gran incentivo para que te compres el vinil en el acto, a riesgo de que no lo encuentres en una siguiente visita.
Cuántos amantes de la música no se han dado de topes en la pared por no adquirir tal o cual disco cuando lo tuvieron en frente.
Los precios se encuentran dentro de los rangos de lo normal. Esto es importante mencionarlo. Además de viniles tienen una surtida sección de libros sobre música de distintas editoriales.
Si un día caminas por la Condesa y ves a alguien con un disco bajo el brazo seguro se lo agenció en 99 Records.