CONSERVO EL EJEMPLAR que Rolling Stone le dedicó en los noventa al don de la seducción. Así supe de él, aparece en portada con un traje Blue Velvet y una copa de champaña en mano: Meet Tony Bennett. Era el último de los crooners clásicos, la estirpe de cantantes americanos que usaron la amplificación en los años veinte para crear el estilo de susurrar las canciones, entre el jazz y el pop, “Speak Low” con una orquesta de respaldo.
Vivió noventaiséis años, más de setenta cantando baladas inolvidables pese al Alzheimer, como su mayor éxito, “I Left My Heart In San Francisco”, que lo transformó en un ciudadano del mundo.
CUALQUIERA QUE HAYA IDO a la guerra tiene una historia que contar y la de Bennett fue dura desde los diez años, cuando su padre murió. En el Greenwich Village de Nueva York cantó y sirvió mesas mientras estudiaba música y pintura, las dos actividades en las que se mantuvo activo todos los días, toda su vida. Después de la guerra lo ficharon el comediante y cantante Bob Hope más el productor estrella de Columbia, Mitch Mitchell. Ahí conoció a su dupla creativa durante cuarenta años: el pianista, arreglista y director musical, Ralph Sharon. Su primer disco, Because of You, fue como el corcho del Möet disparado a las estrellas, con clásicas como “Boulevard of Broken Dreams” y “Cold Cold Heart”. Pero en los setenta perdió relevancia, quedó relegado por el truene con su disquera y el apogeo del rock. Creó una disquera de jazz, aunque perdido el toque se fue a la quiebra.
Su primer disco, Because of You, fue como el corcho del Möet disparado a las estrellas
Resbaló en una espiral que lo depositó en su baño en 1979, inconsciente por sobredosis de cocaína.
Uno de sus cuatros hijos, Danny, se encargó de su carrera en los ochenta y como ave Fénix despegó otra vez en 1986, con el disco The Art of Excellence. Recuperó el brillo, en gran medida por las emisiones y los medios que se volcaron en él: David Letterman, RS, Los Simpson y MTV, donde hizo un Unplugged que obtuvo el Grammy por mejor disco de pop vocal en 1994. Y le abrió a los Smashing Pumpkins y a Porno for Pyros, un don muy cool con voz azul aterciopelada que se autodefinía como un tenor que canta como barítono.
Después de hacer más de cuarenta duetos en inglés y español, Bennett se retiró del espectáculo en 2021 con elegancia: más de doscientas producciones, veinte Grammy, cinco libros de arte y dos Récords Guinness por ser el artista más longevo en lanzar un disco y alcanzar el #1. Dos semanas después de retirarse apareció el último disco que grabó con Lady Gaga: Love for Sale. Fue un artista que hizo de la balada popular un arte fino.