Es un personaje relevante en la escena artística independiente, una de las cantautoras más disruptivas del punk / garage / pop latinoamericano, desde su banda Los Rusos Hijos de Puta —con la que grabó cuatro discos—, hasta su carrera como cantante solista, como poeta y también cineasta, con Golpe de (M)Suerte.
Se dice que La Piba Berreta (Buenos Aires) fue dada a luz en un barco de madera y criada mientras cabalgaba el Río Paraná en todas sus ramas. La argentina presenta su segundo trabajo solista, Un Dios Nuevo (2023), álbum que se expande en un libro-oráculo para invocar dioses concebidos, colectivos y propios, que acompañan el camino del autoconocimiento. Es un puente que permite ir del mundo visible hacia el invisible.
El universo de La Piba Berreta parece provenir de un mundo en el que John Waters hubiera nacido a las orillas de la ribera del Río Paraná, que parece tener una mística especial. ¿Cómo te ayudó esto a construir tu imaginería?
Soy yo la que nació a orillas del Río Paraná. Admiro, respeto y me encanta Waters, pero siento que quedé pegada a su nombre por una reseña que hicieron sobre mi película. Hacían esa comparación porque Michelle Lacroix —mi amiga y actriz, que está en todos mis videos y películas— se parece físicamente a Divine. Fuera de ese parecido, no entiendo en qué se me compara con Waters.
Mi arte nace de mis inquietudes. Zárate es mi ciudad natal, repleta de islas, ríos, arroyos, naturaleza salvaje. Otro tiempo circula allí. Teñido de fantasías y fantasmas. Sonidos a los que me acostumbré de chica, criada arriba de un barco. La imaginación está potenciada: el miedo tiene otras formas. Ha influenciado mi vida. Las letras de cada canción son poemas que cabalgan la música. Es una poética en la que trabajo siempre, desplegando y desarmando reflexiones existenciales, situaciones personales de expansión, preguntas abismales.
El número trece se asocia en distintas culturas con lo sagrado. En el tarot y la brujería se interpreta como muerte, en su sentido oculto representa el cambio. Es el número preferido por las hechiceras, el que prima en los aquelarres. ¿Por qué introdujiste trece tracks en Un Dios Nuevo?
Es un álbum que documenta la búsqueda por vencer la frustración, encontrar lo hermoso de la vida. Parece simple, pero es una odisea. Trece canciones, trece cantos que navegan distintos estados y revelaciones, trece escenas de una aventura que va al conocimiento propio. ¿Qué hacemos con nuestra vida? ¿Para quién vivimos? Nos lo preguntamos trece veces.
Ese número está asociado al caos. A partir del caos comienza la creación, de ésta sigue la domesticación, la organización, el orden. Me parece interesante acompañar Un Dios Nuevo con el número trece, con lo que aporta simbólicamente. Éste no es sólo un álbum de canciones sino toda una cosmogonía que se expande. Hicimos un libro que acompaña la filosofía, es un oráculo. Son trece figuras que responden a cada uno de los temas.
El oráculo de Delfos era un templo griego dedicado al dios Apolo, al que la gente acudía para conocer el futuro. Fue uno de los primeros sistemas de adivinación. ¿Cuál es tu oráculo personal?
Un Dios Nuevo es una cosmogonía, una creación poética verbal, musical y visual que arroja conocimientos filosóficos y sensibles a partir de estudios sobre el I-Ching, las runas vikingas y la magia. El objetivo de esta práctica adivinatoria es aportar armonía a quien consulte. Brindar herramientas para adaptarse activa o pasivamente al fluir cambiante de las corrientes universales, acercarse cada vez más al autoconocimiento, al sentido de su propia vida. Conocerse es importante. Nos da la alternativa de encontrar el placer genuino, la verdadera voluntad, hacerlo realidad. Revisarnos para estar más cerca de nosotros. Sólo de esta forma cada uno sabe qué quiere de su vida. Un Dios Nuevo es una especie de guardaespaldas de la intuición, que nos insiste y recuerda que debemos preguntarnos y escucharnos.
Aquí no hay sentencias sino tendencias. No hay definiciones, hay procesos. La mirada no está puesta en el ser sino en el estado. Funciona como llave o guía para potenciar la intuición. Trae información del interior que muchas veces no vemos. Indagar en este oráculo ejercita el enfoque de la voluntad real. Buscar hacia dentro, aventurarse hacia fuera. Cada consulta es un ritual, un hechizo, un mensaje.
Un Dios Nuevo no es sólo un álbum de canciones sino toda una cosmogonía que se expande
Tu cinta Golpe de (M)Suerte es una amalgama entre álbum, libro y filme, que fue codirigido con la artista visual Nina Kovensky (Argentina, 1993). ¿Cómo se dio esa colaboración?
Nina es mi amor, mi mejor amiga. Nos conocimos por mi banda Los Rusos Hijos de Puta, nos hizo una entrevista y pasamos todo el día juntas; nos hicimos muy estrechas. En el 2020 me ayudó a salir de un fuerte estancamiento y tristeza. Además, no sólo dirigió y filmó conmigo, sino que me ayudó en la producción y postproducción.
¿Cuál es tu construcción personal de Dios?
Un Dios Nuevo está latente, existe, tiene una forma única y distinta en cada persona, incluso es mutable en sí. Es un manto donde se despliegan todas las aristas, aspectos y posibilidades que habitan en nosotros. Cada animal tiene el suyo, hay que descubrirlo al explorar las propias posibilidades. Es un trabajo personal y cada uno debe hacer su propio camino para conocer un Dios nuevo.
Poesía Nuclear es la reedición en la editorial Elemento Disruptivo de un libro que escribiste durante tu reclusión en el Complejo Nuclear Atucha, en 2017. Contiene elementos constantes de tu trabajo, como la rabia, el dolor, el alcohol, la sombra de la que habla Jung, la separación, el desgobierno, los gatos, los puentes y la amistad. ¿Cómo fue escribirlo mientras trabajabas en la central nuclear?
Fue mi salvación, mi ventana; un alivio al corazón. Sabroso. Divertido. Algo atrevido de mi parte, porque además de escribirlo lo imprimí ahí mismo, en esa fábrica, mientras mi jefe no estaba. Lo hacía a escondidas para que no me vieran, era una búsqueda para conocerme mejor. Para escucharme, aceptarme.
¿Qué es la magia para “La Rusa de los Vientos”?
La conexión suprema donde sucede todo lo que queremos de la mejor manera posible, sin lastimar a nadie.
Canto villano (1978), Concierto animal (1999) y Aunque cueste la noche (2007) son de mis libros favoritos de Blanca Varela. ¿Por qué consideras a esta autora como tu única maestra?
La adoro, se metió en mí y no sé cómo. Sus poemas son fundamentales en mi vida, en mi forma de entenderla. Agradezco mucho su existencia.