Mixfakes en Spotify

LA CANCIÓN #6

Mixfakes en Spotify
Mixfakes en Spotify Foto: Cortesía del autor

Grabar mixtapes fue una práctica muy extendida entre los años 70 y los 90. La cinta se convirtió en un espacio en blanco para expresar algo. Hay quienes la consideran un arte perdido. En su libro Mix Tape: The Art of Cassette Culture, Thurston Moore de Sonic Youth compila los mixtapes de 50 artistas y las historias detrás de cada uno. Ahora, cuando el streaming terminó de sepultar los formatos analógicos y la playlist sustituyó al mixtape, Spotify anunció una aplicación para hacer y compartir un casete digital: lo que yo llamo, un mixfake.

En términos creativos, el auténtico mixtape permitía desarrollar una idea, contar una historia, abordar un tema, expresar sentimientos y pensamientos o el puro gusto personal por la música de los conciertos —origen de los piratas en vivo—, los discos, el radio, otros casetes, los CDs, instrumentos, efectos y voz. La rotulación era el final del proceso. Crear uno podía tomarte un día, un mes o hasta un año, grabar y regrabar hasta tener el mixtape perfecto. Pero esa práctica desapareció al mismo tiempo que el casete, el dispositivo que inventó Lou Ottens en 1963 para llevar la música en el bolsillo de su camisa. Y es imposible que regrese a gran escala.

Para mí no era un arte, sino un deporte bajo la consigna dígalo con música

Al descargar la función Mixtape de Spotify, el incauto puede hacer su compilación, personalizarla y compartirla con un oyente. Es igual que una playlist, con la diferencia de que también se pueden grabar sonidos externos, con la promesa nostálgica de hacer emocionante la monotonía digital de cargar las canciones y los archivos de sonidos antes de oprimir share. El receptor también debe tener la aplicación o el reproductor de medios de la plataforma, así pagan los dos: el que lo envía y el que lo recibe. Lo que no se sabe es cuánto van a cobrar los artistas si sus canciones son incluidas en un mixfake digital.

Conservo cerca de 500 casetes, por lo menos la mitad son mixtapes. Para mí no era un arte, sino un deporte bajo la consigna dígalo con música. Por eso los mixfakes de Spotify son como esas fajas mágicas para bajar de peso sin moverse del sillón. Es un simulacro de rescate emocional sin esencia. Spotify terminó de enterrar la creatividad y la emoción del mixtape; ahora disfraza sus playlists y nos las revende como innovación retro. Se aprovecha de que la mayoría de las personas carecen de colecciones para crear mixtapes, entonces la plataforma pone a su disposición toda la música que necesitan. Es una minoría la que prefiere escuchar en formato físico, quedamos 52 millones de necios por los que ahora viene Spotify con sus mixfakes.