López Velarde: sensualidad y misticismo entrevista a Arturo Beristáin

ESGRIMA

El actor de Novedad de la patria y Retrato hablado.
El actor de Novedad de la patria y Retrato hablado. Foto: Wikimedia Commons

En días pasados, Arturo Beristáin, actor emérito de la Compañía Nacional de Teatro y el dramaturgo Luis de Tavira, recibieron el Premio Iberoamericano “Ramón López Velarde” 2024. Beristáin y Tavira llevan más de cuarenta años difundiendo la obra del poeta zacatecano. El Premio que lleva su nombre hace justicia a una carrera interdisciplinaria, en la que los versos y las tablas se fusionan para difundir el legado del poeta.

Arturo, has estudiado, recitado e interpretado la obra velardiana. ¿Cuándo empezó esta labor?

En 1982, como un homenaje al movimiento Poesía en Voz Alta, Tavira escribió una obra de teatro cantoriana, Novedad de la patria, a partir de “La Suave Patria”. Se hizo una temporada en la Casa del Lago, y se develó la placa Octavio Paz y Héctor Mendoza, fundadores de Poesía en voz alta. En 1983 hicimos una temporada en el Sor Juana y un año después fuimos a la ciudad de Los Ángeles, en Estados Unidos, a participar en la Olimpiada Cultural. La presentamos en el McGowan Hall, en la UCLA, con gran éxito. El crítico de teatro más importante de ese lugar fue al ensayo general, y dijo: “No se pueden perder esta obra”. A partir de ahí, había patadas para ir, y nos pedían autógrafos en la calle. Impresionante. Esto nos dio la estatura del poeta, porque a toda la comunidad mexicana en Estados Unidos, escuchar un poema de esa manera le conmovía, y la puesta en escena era maravillosa.

Parecería que la sensualidad y el misticismo se enriquecen mutuamente. La culpa y el recato de provincia. ¿Cómo funciona esta dialéctica baudeleriana en López Velarde?

El pecado y la culpa… Dice Baudelaire en el poema “El sol”: “Yo salgo a ejercitarme en mi bizarra esgrima, / olfateo en los rincones el azar y la rima”, de ahí López Velarde retoma: “Entonces era yo seminarista, / sin Baudelaire, sin rima y sin olfato”. ¡Claro que leyó a Baudelaire! Decía José Luis Martínez que los poetas místicos usan un lenguaje erótico para hablar de la pasión mística y el poeta usa un lenguaje místico para hablar de la pasión erótica. En esa contradicción se encuentra la esencia de lo verlardeano.

Paz decía de López Velarde: “Sus creencias eran la astrología, el ocultismo, la superstición, el panteísmo, el budismo, la cábala, la resurrección, ¿son las creencias de un católico?” Y yo añadiría: la numerología. Escribió el poema “33”, como premonición de su muerte. Murió a los treinta y tres años y su gran poema, “Suave Patria”, tiene treinta y tres estrofas…

¿Cómo te imaginas la personalidad de López Velarde?

Su manera de escribir muestra una influencia de Lugones. Entonces, si dos de las grandes influencias son Lugones y Herrera y Reissig, de éste último, la influencia es Virgilio, por ende, López Velarde lo lee, aunque ya lo conocía de su estancia en el seminario. López Velarde traduce la Eneida que empieza: “Yo soy aquel que moduló tonadas pastoriles…” ¿Y “La Suave Patria”? “Yo que sólo canté de la exquisita / partitura del íntimo decoro…”; si eso no es una influencia directa, ¿qué es…? López Velarde tradujo a Virgilio. Yo lo que quería era encontrar la primera página traducida por él, pero ni Fernando Fernández ni Tavira la han encontrado. Es decir, está usando un referente muy culto, claro, para los que estudiaban en el seminario latín y griego. Ahora a nosotros nos parece de un culteranismo extraordinario. Se deja influir, en ese sentido, estaba abierto, pero con una peculiaridad. Su relación con las mujeres… se tardó tres años en dirigirle la palabra a Margarita Quijano. Ella era la novia del escultor Jesús Contreras. Contreras se fue a París y Margarita juró no amar nunca más a otro hombre. “La Lágrima” es el poema del rompimiento de Margarita con el poeta. Él vivía en Avenida Jalisco, en la contraesquina de la casa de Margarita y en la otra contraesquina, en la calle Córdoba, vivía Fuensanta; las dos mujeres vivieron a media cuadra del poeta. Primero murió Fuensanta. Después se enamoró de la hermana del doctor que atendía a Margarita. Me parece que sí, era un hombre con contradicciones. De gran erotismo, de gran sensibilidad. Dicen que escribía caminando, iba pensando… y cuando llegaba a su casa, escribía sus versos en una servilleta. Caminaba desde el Zócalo o desde Donceles, donde estaban los teatros de revista, el “Arbeu”, el “Lírico”, el “Esperanza Iris”, a los que iba todas las noches a ver a las tiples.

Dicen que escribía caminando, iba pensando… 
y cuando llegaba a su casa, escribía sus versos en una servilleta

¿Crees que él previó que iba a morir de manera temprana o hay un atisbo de suicidio? Ya había publicado sus tres libros.

Sus hermanos dicen que hay algo de suicidio en su muerte. Claro, ya estaban La sangre devota, Zozobra y El son del corazón, y las primeras poesías. Son libros breves, pero ya son tres libros. Conoció a Madero, se decepcionó de él, se decepcionó de los revolucionarios.

¿Tú lo ligas a lo reaccionario?

Un generalote de Villa, en Zacatecas, se roba a una muchacha y la lleva con el cura y le dice “Cásanos”. Le pregunta a la muchacha, y ella dice que no. “Cásanos”, y el cura dice que eso es rapto, no casamiento. Finalmente se salva la muchacha. Dos días después el generalote se encuentra al cura, le vacía la pistola y lo mata. El cura es tío de López Velarde, el que lo educa en la religión. Su rechazo a los revolucionarios es inmediato. Hay un rechazo al salvajismo de estos revolucionarios, andaban en la bola, pero no tenían los ideales de mi general Ángeles. Es una revolución de pleito entre ellos mismos. Madero contra Díaz. Muere Madero, todos contra el Chacal, luego los constitucionalistas contra la convención.

¿Qué hubiera pasado si López Velarde no hubiera muerto a los 33? ¿Estaríamos hablando de un Premio Nobel?

Creo que en ese momento la Revolución se expresaba a gritos y en los murales. La historia de la Revolución Mexicana es la historia de la traición, y el resultado es el PRI. No creo que se hubiera quedado en México. Creo que habría viajado a Europa. Y creo que allá su obra habría sido reconocida. Pero eso nunca lo podremos saber.