Cuando el psicoanálisis se acuesta en el diván entrevista a Susana Bercovich

ESCRIMA

Susana Bercovich Foto: Emilio Espejel Sánchez Mejorada

Diván paisaje adentro (Herder, 2023) es un libro provocador. La psicoanalista Susana Bercovich, profesora por tres décadas del Colegio de Pedagogía de la UNAM, cuestiona al psicoanálisis para, desde ahí, repensar un saber que cambió a Occidente. Nacida en Buenos Aires y residente en México, donde practica el psicoanálisis desde 1989, Bercovich enlaza géneros —ensayo, crónica, autobiografía y entrevistas con figuras relevantes del mundo intelectual— en un viaje reflexivo y literario, escrito con estilo llano, donde recoge sus vivencias de consultorio y su vínculo con el exterior, incluido el movimiento zapatista en Chiapas y las mujeres de Ciudad Juárez. Con sendos prólogos de la teórica del feminismo Sayak Valencia y el filósofo francés Alain Badiou, la obra aborda temas centrales como sexualidad y binarismo, amor y servidumbre, “la mujer” como construcción fantasmática, entre otros, cuando “un nuevo oscurantismo”, en palabras de Bercovich, teñido de neoconductismo, busca censurar una praxis que ha demostrado ser indispensable.

¿Cómo nació este libro que incluye una crítica al psicoanálisis, una doctrina casi intocable por tus colegas?

Desde hace años solía viajar con una libreta. Allí anotaba diálogos con personajes, situaciones inauditas, encuentros. Ahora me percato de que este libro ya había empezado a escribirse desde entonces. En verdad uno no sabe lo que escribió sino después, por las lecturas que te devuelve la gente. Recibes, como dice Lacan, tu propio mensaje de los otros. También es ahora que veo claramente la intención del libro: hacer valer las experiencias vívidas en contraste con teorías muertas, universales o esencialistas. El psicoanálisis siempre está abierto a revisión, es su condición. Pero a veces los psicoanalistas lo olvidamos y nos anquilosamos en una jerga teórica, abstracta y repetitiva.

Quienes te conocen, saben de tu curiosidad intelectual y viajera. Por eso los textos ocurren en distintas ciudades y países, “donde la cosa se produce”, además de vincularte a figuras como David Halperin, Catherine Millot, Mayette Viltard, Alain Badiou, Leo Bersani, teórico del pensamiento queer o Jean Allouch, fundador de la École Lacanienne de Psychanalyse, de la que eres parte. ¿Un “salir” de tu espacio para hallar qué?

Siempre fui errante y socialmente inquieta. El “afuera” es para mí un horizonte que hace ver más claramente el “adentro”. No es buscar algo específico. Justo un hallazgo es lo que aparece sin buscarlo. Saber lo que se busca no es interesante, siempre encontramos lo que buscamos y eso nos priva de lo nuevo. La multicitada frase de Picasso, “No busco, encuentro” es una posición subjetiva en la que uno se vuelve permeable a lo que ocurre. A mí me gusta salir en posición de “curiosa” a ver qué hay, sin saber nada de antemano. Es una posición más interesante porque te arriesgas a dejarte transformar por lo que encuentras. En ese sentido, este libro puede leerse como una crónica de hallazgos.

Para Sayak Valencia este libro es un reto. Y es cierto. Propones romper con el “complejo de Edipo”, la “envidia del pene”, la “ilusión del amor”, la moral actual y le informas al lector que nos place “someternos a un amo” y que somos “dichosos en la esclavitud”. Unos sadomasoquistas, pues…

Sí, el libro toca temas engorrosos, Sayak lo pescó con gran sensibilidad. Por ejemplo, “la dicha en la esclavitud”, a la que alude un texto, es algo casi tabú: aceptamos fácilmente que nos gusta dominar, pero el placer en el sometimiento nos resulta inadmisible. Sin embargo, ¡lo encontramos por todas partes! Freud escribió sobre el masoquismo erógeno, el placer en el dolor, la sexualización del látigo y de la autoridad, pero aún hoy no lo hemos podido leer. También hay que decir que son temas difíciles porque pueden ser usados políticamente de la peor forma, por ejemplo, sobre el placer en el sometimiento alguien puede deducir: “¡Que los exploten! Al fin y al cabo, les gusta ser esclavos”.

Como académica y autora de numerosos artículos junto a talleres, cursos y conferencias en México y otros países, tus temas principales son psicoanálisis, feminismos, fronteras, movimiento queer y gay & lesbian, estéticas, y política y sexualidad. Y si bien criticas a Freud y a Jacques Lacan, los reivindicas plenamente. ¿Cuáles son para ti sus grandes aportes y qué habría que revisar?

Tendría que escribir otro libro para responder. Simplemente diré que, si bien muchos de sus conceptos requieren ser revisitados, el psicoanálisis cambió la visión del pensamiento, por lo tanto, cambió el mundo occidental. Sus aportes han sido absorbidos por todos los campos del saber y hasta por la cultura misma. Sería de gran utilidad volver a leer a Freud para comprender fenómenos actuales. Lamentablemente la neurolingüística, el comportamentalismo y la disciplina psicológica, que se adaptan muy bien al sistema, ganan la batalla y Freud está siendo nuevamente censurado. Como menciono en el libro: si Freud escribiera actualmente lo que escribió en 1905 estaría en la cárcel acusado de apología a la pedofilia, o en el psiquiátrico. Creemos que progresamos, pero acaso descendemos a un nuevo oscurantismo.

En 2009 incursionaste en la puesta en escena siendo guionista, directora e intérprete de obras clásicas, ¿Quién no es Hamlet?, Macbeth, brebajes feminicidas, Impromptu. Lacan en Vincennes y Las transmutaciones de Ofelia, y como bailarina de ballet aficionada participas en el grupo Danzapamina. ¿Cuánto hay de psicoanálisis en estas artes y qué aportan a tu consultorio?

Las artes, en todas sus formas, siempre enriquecen la vida y lo que uno hace. La danza y el psicoanálisis me acompañaron y educaron desde los dieciocho años. El teatro me apasionó desde pequeña. Si bien mantenía estas disciplinas separadas, hoy noto que tienen todo que ver. El espacio analítico tiene algo de teatral, también se juega el cuerpo, no sólo la palabra. La sesión de análisis puede pensarse como una improvisación, un pas de deux, como titulé recientemente una conferencia.

¿De dónde surge el título Diván paisaje adentro? Es muy poético, con una colorida portada del pintor uruguayo Claudio Bado como un espejismo, un sofá en medio de la jungla…

El título del libro tiene un valor especial. Sí, es muy poético, fue sugerido por mi hijo, el poeta Bruno Darío, a quien se lo dedico. El título es la invitación al lector a un paseo adentro-afuera. El “adentro” refiere a la práctica analítica y a las contradicciones de una psicoanalista, sus reflexiones y preguntas. El “afuera” tiene que ver con asomarse a otras geografías, otros paisajes, otros pensares y sentires que modifican necesariamente el “adentro”. La magnífica portada de Claudio Bado pescó la idea: un diván en la intemperie selvática.

El libro se presentará el sábado 3 de agosto, a las 17:00 horas en la librería U-Tópicas. Felipe Carrillo Puerto 60, Coyoacán.