Murió John Mayall, el bluesman blanco más prolífico y longevo que pasó su vida preservando el blues desde la tradición hasta la fusión con otros ritmos. Sesenta de sus noventa años dedicados a tocar, grabar y girar por el mundo llevando un mensaje de cruda honestidad con la que se expresan nuestras experiencias de vida. Abandonó este plano rodeado de dos ex esposas, seis hijos, siete nietos, cuatro bisnietos y una legión de seguidores arropándolo en línea.
Era el hijo de un coleccionista de discos y guitarrista de bar de Manchester, donde creció entre el blues y el jazz. Eso definió su vocación y filosofía por la música del Diablo: regresó del servicio militar en Corea con su primera guitarra eléctrica y mientras estudiaba diseño en el Colegio de Arte de Manchester tocaba con su primer grupo de pop, The Powerhouse Four. Después trabajó en agencias de publicidad durante un par de años, dobleteando con el grupo, hasta que apareció el locutor y guitarrista Alexis Korner y lo jaló a Londres. Entre 1963 y 1969, Korner encabezó el boom del blues inglés con su grupo Blues Incorporated, por el que pasaron Charlie Watts, Jack Bruce, Brian Jones, Keith Richards y Eric Burdon, entre otros. Mayall dejó las agencias y el pop, tenía treinta años cuando se mudó a Londres para seguir el blues hasta el último día de su vida. Con aquella experiencia en arte, diseñó las portadas de sus discos con el grupo que hizo escuela: los Bluesbreakers.
COMPOSITOR, MÚSICO Y PRODUCTOR que tocaba la guitarra, el piano, la armónica y cantaba en los Bluesbreakers, el grupo se convirtió en una escuela de blues eléctrico de Chicago en la que fue tícher de Eric Clapton, Peter Green y Mick Taylor. Blancos que tocaban la música negra: Clapton aprendió lo que necesitaba y se fue a formar Cream, Peter Green formó al primer —y mejor— Fleetwood Mac, y Mick Taylor se fue con los Rolling Stones. Aunque en los ochenta regresó con Mayall para refundar los Bluesbreakers.
Eran la máxima referencia del ritmo y la negritud en Inglaterra, entonces Mayall se mudó a Estados Unidos porque el blues es gringo y él quería abrevar en el Mississippi Delta. En 1969 se estableció en California por el clima y la vibra contracultural, le sentó bien para la creatividad, empezó a combinar el jazz, el funk y el pop en sesiones de jamming como la de Moving On. Y en 1972 grabó el disco en vivo Jazz Blues Fusion, que algunos consideran un subgénero en sí. Pero en 1979 se incendió su casa con una invaluable colección de discos e instrumentos. Le pegó tanto que así tituló su autobiografía: Blues from Laurel Canyon: My Life As A Bluesman.
Un artista prolífico, su discografía abarca más de 160 discos de estudio, en vivo y recopilaciones. Para tener una idea de su brío, el estupendo The Sun Is Shining Down lo grabó a los 88 años. En México dio memorables conciertos en 1980 y en 1989, en el Toreo de Cuatro Caminos. Y en el Festival Internacional Blues & Grooves Guadalajara 2017, en Zapopan. No creo que nadie sepa lo que es el blues. Simplemente no puedo dejar de tocarlo.