Jaló pal’ otro mundo Juan Brujo, fundador y cantante del grupo Brujeria. Un infarto lo chingó a los 61 años, el mero 16 de septiembre, durante la gira Mexorcista por los rumbos de Ohio. Hace un mes también se peló, por lo mismo, el otro vocalista del grupo, Pinche Peach. Ahora sí, el nahual de sonido que era Brujeria, ser de metal en extremo popular, se quedó sin voz y, valga la redundancia por su célebre mascota, sin cabeza.
Brujeria fue uno de los chistes mejor contados del rock. Un humor matón. Así nacieron, en el desmadre para reírse de la discriminación en la escena metalera en California. En una fiesta estaban los de Faith No More, los de Fear Factory, los Dead Kennedys y Juan Brujo –cuyo nombre entonces era John Lepe–, organizándose para formar un combo de grindcore & gore: Asesino en la guitarra, Fantasma en la batería, Güero Sin Fe en el bajo y el director Diabólico “Jr. Hozicon” en la otra voz. Tipos de allá y de acá dispuestos a reivindicar el metañol como una tropa loca por la que han marchado más de 25 mexicanos, gringos y chicanos, tocando metal atascado y cochambroso acerca de narcotráfico, migración, crimen, ilegalidad, violencia, muerte, sexo, kilos de vísceras, satanismo y zapatismo. Controvertidos desde 1990 con “Machetazos”, el disco Matando Güeros (1993) ostentó una mano sosteniendo la cabeza cercenada y quemada que se volvió su mascota: Coco Loco. Enseguida salió El Patrón (1994), un tributo a Pablo Escobar.
LA IDENTIDAD DE JUAN BRUJO era “secreta”, se mantuvo anónimo con el rostro oculto por un paliacate de la bandera mexicana, la gorra y su inseparable machete. El grupo tampoco revelaba su identidad, no daban entrevistas ni conciertos. Con Raza Odiada (1995), un disco zapatista con el Sub en portada y la canción dedicada al gobernador antiinmigrante Pito Wilson, comienza la expansión que amacizaron con Marijuana (1997), su versión de “La Macarena”, de Los del Río. Luego, otro bongazo: “Don Quijote Marihuana”, el cover ochentero de “Don Quichotte”, de Magazine 60. El pop flamenco y el techno dance quebraron el hábito de comer moronga a diario, fueron sus mayores éxitos.
Su primer concierto fue el 2 de octubre de 2003 en Chicago, 15 años después de formados, la primera misa del Mexicutioner Tour que pasó por Guadalajara. Les gustó salir de gira y cobraron fama mundial, algo raro para un grupo de su calaña. En el 2017 eran estelares del Vive Latino y el Knotfest sin hacerle el feo al Tianguis del Chopo, siempre sencillos y cálidos con los fans. Siguieron Brujerizmo (2000), donde incluyeron a la cantante Pititis, la Bruja Encabronada; Pocho Aztlan (2016), su disco más comercial que llegó al Top 3 Latino en Billboard con su versión de “California Uber Aztlan” de los DK. Entonces sucedió el operativo en la casa de Juan Brujo, los sencillos “Viva presidente Trump”, “Amaricon Czar” y la gira Make America Hate Again lo colocaron en el radar del FBI. El último disco, Esto es Brujeria (2023), cierra premonitoriamente con su “Cocaína” de Eric Clapton. Adiós al Brujo cocainero-marihuanero. Aunque los brujos no mueren tal cual.