Hay un lugar en la Ciudad de México creado en torno a la experiencia de escuchar un disco: 99 Records / Shhh… un espacio de dos plantas que reabrió como el oasis para los que buscan formatos físicos en vinilos y libros: 10,099 títulos, una sala de sonido y una tienda-bar en la parte alta. En los controles se encuentra mi tocayiscos Rogelio Flores, autor de los relatos Rocanrol Suicida y de Un millón de gusanos, la novela que gira a la velocidad nocturna de los mixtapes, sus credenciales para ejercer como guía mágico-musical. El otro adicto a la música recluido aquí es el creador del proyecto, Marcos Galante:
“Nacimos como un espacio para descubrir la música. 99 es un gran número porque está a punto de llegar al final de algo. 99 son los discos que están en la pared de la entrada. Para estar ahí tiene que ser muy, muy bueno, pero no demasiado popular. O un disco infravalorado, uno muy viejo, en el olvido, pero que haya sido conocido en su momento. Por ejemplo, Workin’ Together de Ike & Tina Turner. Todos conocemos a Tina, el mejor disco que hizo fue con el golpeador de su esposo. Está olvidado, es poco reconocido, entonces es una edición en nuestro muro. Sólo teníamos mil discos que complementaban estos 99.”
DESPUÉS DE CINCO MESES de ampliación, se extendieron
a la planta alta de Ámsterdam 62, Condesa: “Tenemos la sala sssh creada especialmente para escuchar música,
no hay ruido. El bar está saliendo, del otro lado, ahí también hay música para disfrutar tu bebida con unas bocinas chingonas. Ahora somos una de las tiendas de discos y libros más grandes de la Ciudad de México, tenemos casi 10 mil títulos. No son necesariamente de colección. Son clásicos e infravalorados. También hay más conocidos, como Master of Puppets de Metallica”. Además, la música y la lectura van juntas: “Tenemos libros de Kerouac, Ginsberg y Burroughs porque las letras de los beats van de la mano con el jazz y sus libros han inspirado a muchos músicos. O los de Anthony Burgess, como Naranja Mecánica, y el disco de la película. Hay de historia de la música, ensayos, crónicas, memorias, biografías y autobiografías de músicos. Hace falta una librería especializada en libros sobre música.”
Galante atribuye un valor de peso a los formatos físicos: “Hay un retorno a los formatos analógicos, sucede como un contrapeso de la cultura digital. Este formato te garantiza que la música que escuchas está hecha por humanos. Y te da identidad. Por eso me preocupa que mi hija pueda engancharse con una canción generada con IA. Siento que ahí está el valor del formato físico. Los que dicen que un disco de vinil no suena mejor que el streaming es porque nunca han escuchado de verdad un disco. Que vengan y comprueben la diferencia. Queremos darle a esta ciudad una tienda dónde explorar y escuchar, a lo mejor soy un nostálgico, pero los mejores momentos de mi adolescencia los pasé en tiendas de discos. Mis papás creían que les robaba dinero para comprar drogas, hasta que descubrieron que lo gastaba en discos”.