Fue mi amigo Chucho, ex colega de Álvaro Pombo (Santander, España, 1939) en el Colegio de los Escolapios, quien me recordó los nombres de Marcelino Menéndez Pelayo y José María de Pereda entre los célebres santanderinos. Lista que se completa con Álvaro Pombo, galardonado con el Premio Cervantes 2024, novelista, filósofo, conferencista y poeta. Autor de pluma, pero también de lengua, quien incursionara en las letras con ya algunos años en el cuerpo y que inauguró la colección Narrativas hispánicas con El héroe de las mansardas de Mansard, en la editorial Anagrama, al recibir el I Premio Herralde de Novela, en 1983.
De cuna acomodada, formado en Filosofía y Letras por la Complutense, y Bachelor of Arts en Inglaterra, Pombo ha ido arracimando novelas y poemarios de valía. La novela antes citada, El héroe…, trata del niño Nicolás –a manera de Marcel
de En busca del tiempo perdido– que convive con un mozo algo mayor que él, sus tías y su institutriz, miss Hart, alejado de sus padres y confinado a sí mismo –como varios protagonistas pombianos. Nicolás está persuadido de que lo mejor que le podría suceder a su institutriz es pasar a mejor vida y empieza a surtir su té de un vasoconstrictor isotónico de sulfanilato de zinc. Otra novela, La cuadratura del círculo también muestra a un niño noble solitario en el siglo XII, quien se siente hondamente menospreciado por su violentísima madre y por sus hermanos, y al que depararán algunas batallas de caballo y lanza en ristre. Pero en la que no faltan notables lances eróticos:
Acardo vio a las criadas al oscurecer, en el pajar, montadas por pastores, una figura repentinamente emborrachada y vibrante. Relucían las nalgas, el jadeo jubiloso, el éxtasis de la materia en la materia, de lo oscuro en lo oscuro, de lo vivo y lo muerto. Desde detrás de las tinajas y los arreos de la cuadra, el vislumbrado revoltijo de ropas y piernas al aire, de zuecos y vientres blanquísimos.
Diversa Cultural
Podríamos decir que Pombo trabaja una autoficción donde los personajes se nos revelan de a poco: “Yo preferiría no pensar. Preferiría ser el Chino, que tiene sentimientos sin pensarlos. Por eso es un soldado nato, comandante en jefe de los tres ejércitos. Yo sólo soy el rey, en cambio, y sólo tengo el poder de hablar y de pensar”, expresa el personaje de Aparición del eterno femenino contada por S. M. el Rey, de quien no sabemos si se trata del jerarca verdaderamente o estamos siguiendo a un loco en su delirio. Si he mencionado a Proust, Henry James y Robert Firbank también tienen similitudes en las atmósferas de Pombo; no es inverosímil la intertextualidad al haber vivido varios años en Inglaterra. De igual forma, sucede con Aparición del eterno femenino contado por S. M. el Rey, el cual está salpimentado con varias anécdotas sobre box, que nos acercan a un clima de ocio y libre recreación. Por su parte, en Contra natura Pombo toca ampliamente el tema de “las homosexualidades”, pues acertadamente considera que no todas se manifiestan o se proyectan de manera extrovertida; él mismo ha admitido ser un homosexual introvertido y discreto.
Pombo está provisto de lo más sólido de las humanidades para nutrir novelas que buscan la caprichosa vigencia de este género
LA NARRATIVA DE POMBO siempre está robustecida por un lenguaje de viejo cuño, lleno de palabras que son parte esencial del castellano, frases que parecerían venir de las antípodas de la modernidad, pero que dan nitidez y expresividad a la narrativa. No me extraña que la obra de Álvaro Pombo atrajera a mi maestro Daniel Sada (1953-2011). El español de Pombo tiene algo de culterano, pero también de oral —pues, digan lo que digan algunos, estos no se excluyen entre sí. Palpita en su prosa la poesía de Juan de Yepes, la sapiencia de Tomás de Aquino o la mirada de Catulo. Pombo está provisto de lo más sólido de las humanidades para, además de su poesía, nutrir novelas que buscan la caprichosa vigencia de este género. Y a la vez, como deja claro en La previa muerte del lugarteniente Aloof, 1 Pombo está desligado de nacionalismos, si acaso apegado a la “desprestigiada herencia de Cervantes”.2 Tal como la definió Milan Kundera: “Comprender con Cervantes el mundo como ambigüedad, tener que afrontar, no una única verdad absoluta, sino un montón de verdades relativas que se contradicen (verdades incorporadas a los egos imaginarios llamados personajes), poseer como única certeza la sabiduría de lo incierto, exige una fuerza igualmente notable”.3 Si mencioné la oralidad en la manufactura de Pombo es debido a que ha cambiado el tecleo por el dictado a un amanuense para llevar a cabo su narrativa. De forma que se ha servido de la propia oralidad para cimentar obras donde las sonoridades y la riqueza lingüística tienen un lugar protagónico. No es que haya neobarroquismo o una prosa alambicada e inexpugnable, por el contrario, su estilo es hospitalario con quien la visite con generosidad. Pues, como Cervantes, Pombo está lleno de un humor hilarante que no teme reírse de sí mismo o de los muchos reveses que da la vida… ¡Larga vida a Álvaro Pombo!
NOTAS DEL AUTOR
1 Aloof significa aparte.
2 Milan Kundera, “La desprestigiada herencia de Cervantes” en El arte de la novela, trad. Fernando
de Valenzuela y María Victoria Vil.
3 Milan Kundera, op. cit., Tusquets, p. 30.