hambre, sed, calor, frío. El lugar es estrecho, lleno de tinieblas, espeso, escuchas sonidos raros, secos, ajenos, es oscuro como la noche que envuelve mis noches. No me acuerdo de ese mítico tiempo antes de la vida en el claustro materno, era perfecto, nada faltaba, es a donde siempre deseo regresar cuando estoy triste. No quiero volver a sentirme atrapada. Se asemeja a la muerte, que es también un principio, ni cielo ni averno, el limbo. Estaba sola aunque acompañada, y un buen día fui expulsada del dulce paraíso. Di la primera bocanada.
LOS SERES HUMANOS no somos tan distintos entre nosotros como se cree. Tenemos extremidades, ojos, corazón, riñones y otros órganos similares, compartimos el mismo origen. Todos estuvimos encerrados en un vientre tibio y húmedo durante nueve meses. Eso nos hace iguales. Después armé mi propia historia, padecí experiencias, inventé un discurso que me diferencia de ustedes, de los otros que somos y me aliena también. Afuera pasa lo mismo que adentro, no distingo uno del otro, aquí es equivalente a allá. Arriba es abajo. El cuerpo y la mente discuten, uno es límite, la otra, frontera, líneas que quisiera cruzar. Le temo a los pozos profundos en los que cayeron mis sueños de niña, a la prisión perpetua por amar y besar a quien no debo, a sumergirme en relaciones que oprimen. A veces me ahogo, soy mi esclava, me encadeno yo sola. Estoy en un elevador y empiezo a sudar enseguida, prefiero usar las escaleras aunque sean muchos pisos. Me canso. En los baños públicos el pulso se acelera, la puerta se va a atorar, no puede abrirse. Deliro con cuartos pequeños repletos de gente. Recorro carreteras, imagino que voy a chocar, no puedo salir del auto que cae en la profundidad de un lago. Mi cama es una tumba, mi alcoba un refugio donde no cabe la existencia.
Arriba es abajo. El cuerpo y la mente discuten, uno es límite,
la otra, frontera
CONTIGO SUCEDE LO CONTRARIO. Me subo por tus piernas, escalo tu torso, me detengo en tus labios. Me introduzco en tu piel, la abotono sobre la mía, habitamos un solo espacio, nuestro, me embriaga tu aliento y me abrasa el contacto. Estoy prisionera en ti, sin salida de emergencia, no hay escapatoria, pero soy más libre que nunca. Inhalo con nuevos pulmones. Eres oxígeno puro, el mejor escondite, no me asfixias.
De ti saldré parida sin dolor al mundo otra vez, carne de tu carne. Respiro el aire que respiras, estoy en ti, estás en mí.
* Soy de almas tomar.