Cartas desconocidas a Pedro Henríquez Ureña

Arriba, Palma Guillén, José Vasconcelos y Roberto Montenegro. Abajo, Carlos Pellicer y Julio Torri.
Arriba, Palma Guillén, José Vasconcelos y Roberto Montenegro. Abajo, Carlos Pellicer y Julio Torri. Foto: Fuente: vanguardia.com.mx

México, a 9 de junio de 1916. 1

Pedro: -

[Manuel] Toussaint me ha enseñado una carta tuya. “La Nave” publicará un compte rendu de “Dionisos”; Pablo [Martínez del Río] redactará la nota, ya que su opinión, o en segundo lugar, la de Carlos [González Peña], es la que más puede interesarte. Tu tragedia me ha gustado extraordinariamente.

Te escribo mi carta trimestral. No te escribo con más frecuencia, porque tienes la mala fortuna de provocar en mí las confidencias spleenéticas, y a la larga esto puede aburrirte. Además, no siempre puede defender  nos Goethe de la melancolía, y ésta es el peor enemigo de los estómagos, la vida y las cartas.

Comienzan las noticias autobiográficas. Soy Profesor desde marzo de la escuela normal de señoritas. Me hallo extraordinariamente agradado. El mejor público para matices. Desgraciadamente hay excesiva pedantería femenina entre las profesoras. Una me dijo ayer que era sencilla como “un átomo de cuerpo simple”. Margarita Quijano, la hermana de Alejandro, es insoportable. Atacada de misticismo, como muchísimas otras maestras, desde que [Antonio] Caso dio en la filosofía de la intuición y en el cristianismo. Me persigue con sus confidencias llenas de “ala de eternidad”, “segundo nacimiento”, etc. Todos los días recibo manuscritos, cartas, diarios, etc. abominablemente aderezados con rayos de luna, saudades, etc. ¡Lo más cursi y estúpidamente cristiano que se puede tolerar! En la Escuela Normal di naturalmente una conferencia sobre Cervantes, seca y lo más-estilo-de-código que pude. La repetí en una fiesta de [Francisco] Gamoneda y en una minúscula Sociedad Astronómica. I wonder!

Uno de los solitarios dos atractivos que tiene ahora mi vida, es el té de Pablo [Martínez del Río], los lunes. Excelentes pasteles, magníficas frases, mi primo el Canciller de Inglaterra, etc. Desgraciadamente Pablo tiene un horrible compañero de infancia —un tal Saravia— que es indianista como verás en el primer número de la Nave y en los sucesivos, de seguro. Especialista en tarahumaras, pápagos, etc. e ignora a Lumholtz. Si se habla de Lewis Carroll o de Marcel Schwob él desentierra a Campoamor o a un tal Blanco Belmonte. Además, es imbécilmente católico. Ya comprenderás cuanto sufre.

Alfonso Cravioto me ha llamado a trabajar a su lado en la Dirección General de las Bellas Artes. Ocho horas diarias y buen sueldo. Entreveo el pago de mis mortales deudas (la primera, la de Porrúa). Compañía del Dr. Cabrera: una excelente persona, con muy buenas intenciones de cultivarse. La vida de oficina con sus sedantes efectos: papel en abundancia, esclavos a mi servicio, posibilidad de leer y de recibir amigos, etc.

Ya te envío el [libro de Rafael] Altamira, [el de Pablo] Macedo, etc. Escríbeme largo de tu vida en la Universidad. Tú, el novelista, como yo, el poeta lírico! Apenas si escribo. ¡Hélas! Me siento muy deficiente en técnica. Creo que debería someterme a un régimen de trabajo y de estudio; desgraciadamente, aquí, no es posible. Tú tienes que hacerlo todo: dar clases, Nave, conferencias de Cervantes, familia, sobre todo, familia. De noticias mexicanas:

el Dr. [Enrique] González Martínez tiene ¡el pobre! un estanquillo que se llama “La Muerte del Cisne”. A Luis Castillo Ledón se le murió la novia y está inconsolable. [Carlos] González Peña se ha puesto a aprender inglés y temo que también anglo-sajón. No pasará, por supuesto, de George Elliot. —Ha regresado P.[edro] González Blanco, que trata muy mal a todos los “intelectuales” mexicanos. Gamoneda pontifica y escribe. Efrén Rebolledo ha regresado del Japón y publicó ya no sé cuántos libros obscenos, mediocres y 1896. Va a publicar una traducción de Intentions, y proyecta otra de Renaissance de [Walter] Pater. Dentro de dos años no le van a dejar a uno un solo autor! Es preciso emigrar.

Acabo de recibir tu carta de abril, que respecto de La Nave, llega tarde. Mi dirección es: 2a. de Roma 17. Mándame tus periódicos viejos, pues aquí es imposible obtenerlos. Saluda a Salomón cuya versión de [Stephen] Phillips nos ha gustado mucho.

Pedro: dedícate en la Universidad a jugar tennis. Procura no hacer otra cosa en el día y te envidiaré rabiosamente, yo que vivo ahora más mal que nunca, sin lugar donde estudiar, trabajando en cosas sin importancia

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México, a 21 de septiembre de 1916.

Pedro: -

He hablado con los Porrúa acerca de tu libro, y están puestos a publicarlo desde luego. Manda los originales (inútil decirte que Toussaint y yo cuidaremos de las pruebas) o indica las condiciones. Aceptaron desde luego la idea de publicarlo, y están dispuestos a pasar por lo que tú dispongas.

¿Recibiste el segundo número de Cvltvra? Hemos sido estafados de la manera más indecorosa por Gamoneda. Disgusting experience on spanish subjects. El tercer número fue dedicado a Gutiérrez Nájera. Obtuvimos unas líneas preliminares de una hija suya. Las mujeres mexicanas producen sólo materia prima (lirismo) del arte. ¿Recuerdas un corto ensayo de Gourmont sobre Mme. la Comtesse de Noailles? Además, están sometidas a las peores influencias: romanticismo incurable de Margarita Quijano, catolicismo de Caso, etc. Imposible hablar con ellas de libros: los que no las conmueven hasta las lágrimas son irremisiblemente malos. No hay transacciones posibles con ellas, ni lugar a reconocer sutileza, buen estilo, sense of glamour, sens des nuances, etc.

Mariano Silva ha publicado un libro: Arquilla de Marfil, título que sugiere L’Étui de nacre. En un fondo de michoacanismo irreducible (vocabulario trivialísimo, ignorancia irremediable de cómo se escribe, amodorramiento fundamental) hay algo de influencia de [Anatole] France —la más visible, y por eso, la más censurable— y algo también de influencia inglesa (indirecta, ésta última, y a través de Pablo, Carlos, yo, etc.)

Estoy a punto de obtenerte la Antología. Te he hecho dos envíos de libros: uno con tu versión de Pater, y el otro, con el [Francisco] García Calderón. Dime si te han llegado ya.

Vemos Carlos y yo todos los lunes a Antonio Álvarez de la Cortina, que es excesivamente inteligente y a man with too much sense of humour. Creo que ha cambiado demasiado con su reciente viaje a Inglaterra. Su humour es demasiado destructivo, y temo que a la larga te molestaría. Para mí, y tal vez para Alfonso, está enteramente en su punto. Gusta Antonio mucho de Queiroz, Andersen y Lewis Carroll. Desconoce —por fin desconoce algo, ¡qué alivio!— a Heine. Prefiere, en France, Les dieux ont soif.

Pedro: dedícate en la Universidad a jugar tennis. Procura no hacer otra cosa en el día y te envidiaré rabiosamente, yo que vivo ahora más mal que nunca, sin lugar donde estudiar, trabajando en cosas sin importancia, encerrado ocho horas en una oficina, etc. Seriamente te doy este consejo.

Se va a publicar, por la Dirección de las Bellas Artes, todo cuanto vale la pena, de mexicanos. Dime, a vuelta de correo, si te quieres encargar desde Minneapolis de la publicación de las obras de D. Juan Ruiz de Alarcón. Se pagará bien. Puedes imponer condiciones, pues tus tesis mexicanísticas, sobre la patria de Alarcón, están de moda, y oficialmente eres el llamado.

Cuando puedas obtener sin gran molestia ni dinero un ejemplar de The Life of Lope de Vega, de Rennert, envíamelo, pues pienso escribir un ensayo.

Pedro Henríquez Ureña (1884-1946).
Pedro Henríquez Ureña (1884-1946). ı Foto: Fuente: Archivo fotográfico Capilla Alfonsina, INBAL

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México, febrero de 1917.

Pedro: -

Contesto tu carta de 27 de enero. No sientas quitarme tus libros, pues en literatura castellana, me puedo pasar sin ellos. (Sólo me falta el Conde Lucanor.) Para lo demás tengo a mi disposición, y todavía por mucho tiempo tal vez, la Acevediana.

Dame dirección e instrucciones para hacerte las primeras remesas.

Comenzaré, si te parece, por la Rivadeneyra. Yo te enviaré todo lo que te tengo, y lo que está en poder de Toussaint y Alberto [Vázquez del Mercado]. De lo de [Antonio] Castro Leal no te ofrezco nada, pues no quiero volver a tener experiencias personales del egoísmo y mala educación de este sujeto. Dirígete a él directamente.

Últimamente ha habido mucha inseguridad en los trenes a Veracruz. Pero creo que cuando me contestes se podrá uno servir de esta vía. —No me moveré de aquí antes de devolverte toda tu biblioteca.

Tu ofrecimiento de obtenerme una plaza de instructor en esa Universidad, casi lo acepto. Para los últimos días de marzo recibirás mi contestación definitiva. Sólo me detienen dos cosas: saber si tú seguirás en Minneapolis, y obtener un poco de dinero para el viaje a estancia de dos o tres meses en Nueva York.

Me seduce la idea de pasar allí dos años. Sé que algo desconocido de mi personalidad se desenvolverá al lado de esas gentes enérgicas. (Perdona la ingenuidad de mi estilo.)

Dime muchas cosas de esa vida: si le queda a uno tiempo de leer y de escribir, si no crees que es demasiado fuerte para mí (aunque estoy ahora muy sano y fuerte, debido al tennis.) Libros ingleses, no llevaré ninguno. ¿Pero Baudelaire, Verlaine, Laforgue, d’Aurevilly, Villiers, etc.? ¿Qué de los españoles? Cuento mucho con mi snobismo, en tanto que facultad de aclimatación.

De noticias, que el Jockey Club se transforma en Museo Colonial. Se establecerá allí la colección guanajuatense de D. Ramón Alcázar. Riquísima. Sólo en abanicos, más de cinco mil.

Nos embarcamos en otra empresa periodística. Se llama “Pegaso”, y se sostendrá sobre todo por propaganda aliada. Parece que tenemos muy buen administrador. Directores: González Martínez, Efrén Rebolledo y López Velarde. Consejo de Administración: Caso, [Saturnino] Herrán, Toussaint, yo y no recuerdo quien más. Redacción y colaboración, todos nuestros amigos, presentes y ausentes, tú y Max inclusive naturalmente. Te envío pronto el primer número, en que sale algo mío nuevo.

Para obtener dinero e irme, he hecho cosas absurdas, y que tú tal vez no aprobarás del todo. Escribo artículos —sin firma— para un periódico político de Pachuca, que postula para gobernador a Vicente Segura. En el fondo, no es completamente inmoral esto, porque los otros dos candidatos son notoriamente inferiores en todos sentidos al torero. Te parece seguramente inverosímil, pero esa es la verdad. Segura at last wears a jaquet [sic] and has a legend, a dreadful legend if you wish, but a legend. In Mexico it is necessary to have a legend to do anything. We are a romantic people unfortunately. Isn’t that?

Julio Torri (1889-1970).
Julio Torri (1889-1970). ı Foto: Fuente: Archivo fotográfico Capilla Alfonsina, INBAL

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México, 21 de marzo de 1917.

Pedro: -

No he recibido carta tuya desde hace algunas semanas. Te escribo para decirte que no me podré ir a la Universidad, porque es casi seguro que ingreso al servicio diplomático, y antes de un mes —según todas probabilidades— parto para ese país o para Europa. Además, no he podido obtener dinero para la residencia previa en Nueva York. Dieu nous aide!

Espero ansioso tus noticias sobre el envío de tus libros. Xavier de Icaza ha regresado ya. Apenas le he podido ver, pues viene muy enfermo y está muy ocupado por los malos negocios de su padre. Estuvimos en un concierto de la Orquesta Sinfónica Nacional (antigua orquesta del Conservatorio) durante el cual se tocó admirablemente Scheherezade de Rimsky y detestablemente el Vals Triste de Koulema, por Sibelius. Este vals nos lo hizo conocer Pablo Martínez del Río, y a mí me encanta por el pathos que hay en él y la pureza de la emoción romántica. Isn’t it?

Comienzo a maravillarme con Alice Meynell. Leo actualmente The Rhythm of Life. Me ha sido imposible obtener de la familia Vasconcelos tu Lord Dunsany. Hélas!

Por acá, como sabrás, hemos tenido a [Salvador] Rueda. Un pobre hombre, sin ninguna distinción. Ignora hasta Las cien mejores poesías líricas, de D. Marcelino [Menéndez Pelayo]. Nosotros hicimos un programa de festejos, que fue una obra maestra de hipocresía. Sólo nos servimos de [Manuel G.]

Revilla y de [Enrique] Fernández Granados. Lo demás fueron paseos a Xochimilco, alojamiento, juegos atléticos, etc. Tan pobre, que carece de todo bagaje. Para no ser demasiado caro, pide a las horas de comer, de la cerveza más barata. No tiene dinero ni para echar al correo unas cartas. Da verdadera lástima. Vanidad muy inocente e infantil. Ha quedado deslumbrado de la Ciudad de México. Raziel Cabildo, Manuel de la Parra, y otros han escrito contra Rueda, y por cierto que Cabildo citaba tu nombre y el de Alfonso, como ejemplos de que poseemos hombres superiores al pobre de Rueda.

Nada te puedo decir de la aparición de mi libro. El papel que pidieron los Porrúa, parece que fue hundido por un submarino alemán. Además, siento mis ensayos como piezas jurídicas mexicanas, en que las paradojas se defienden con una terquedad de abogado. Hazme una bibliografía de autores para curarme de este penoso malestar.

He reanudado mis clases de literatura castellana en la Escuela Normal para Señoritas. Parece que esta vez tengo algunas alumnas inteligentes, y no las eternas cabezas de madera de las hijas de carpinteros. Adivina cuanto me pagan por una clase diaria: treinta y seis pesos mensuales. A esto se han reducido los sueldos de los profesores. Indecoroso, simplemente.

Escribe, hombre infame.

Nada te puedo decir de la aparición de mi libro. El papel que pidieron los Porrúa, parece que fue hundido por un submarino alemán. Además, siento mis ensayos como piezas jurídicas mexicanas, en que las paradojas se defienden .

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México, 20 de febrero de 1918.

Pedro: -

Te envío ya las Memorias [para la historia] de la virtud y el Apolo [Historia general de las artes plásticas, de Salomón Reinach], Romancero y [André] Chénier que me pides. Sírvete acusarme recibo.

Pronto te escribiré. Pablo [Martínez del Río] está por desgracia más católico que nunca. Xavier [Icaza] y yo aprendemos ya alemán. Se lee poco ahora en México. Se escribe menos. Lots of people nos reunimos una vez por semana chez Pablo: [Jorge] Enciso, Herrán, González Martínez, [Mariano] Silva Aceves, Icaza, a veces Díaz Dufoo, [Rafael] Cabrera, Rebolledo, Genaro Estrada (enorme, pero no delicado), etc. Poca distinción, poco esprit, buen té, nada de lecturas, etc.

Adiós.

Mi dirección: Apartado 3039 —o bien:

5a. de Rosas Moreno (A mano al margen: Aún no te hallo el [Arte poética, 1592, de Diego García] Rengifo. Toussaint está ahora y por pocos días en León, Guanajuato).

Texto y edición de cartas presentados en el marco de las conmemoraciones por los cincuenta años del fallecimiento de Julio Torri, organizadas por la Academia Mexicana de la Lengua. El encuentro ocurrió de manera virtual, una mesa redonda en que participaron Jesús Silva-Herzog como moderador, Margo Glantz, Liliana Weinberg, Felipe Garrido y Adolfo Castañón, el jueves 4 de junio de 2020.

Nota

1 Las cinco cartas originales están escritas a máquina y firmadas a mano. Conservamos los subrayados que el autor dispuso; presentamos en cursivas títulos citados, así como pasajes en inglés y francés. (N. del E.)

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