El caso de la señora Bollnow o aunque no se sepa nada

OFICINA DE OBJETOS PERDIDOS

El caso de la señora Bollnow
El caso de la señora BollnowFoto: Cortesía del autor
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Viernes 29 de junio de 1929. 

YA SE SABE QUIÉN fue la sra. asesinada ayer Marie Bollnow se llamaba víctima de este sombrío crimen. —Hace meses trabajaba como encargada del restorán “Viena”.

Hoy al mediodía se logró establecer la identidad de la señora que ayer a las 6 horas fue asesinada proditoriamente en la esquina de la calle Frontera y Avenida Chapultepec. Se trata de Marie Bollnow, muy popular entre la colonia alemana por haber sido la encargada del restaurante “Viena” en las calles de Orizaba. 

La señora Bollnow estaba separada de su esposo. Contrajo nupcias allá por el año 1925 en el puerto de Tampico, con una persona que nos ha pedido la policía que no se dé a la publicidad. 

Quien trató a la dama durante su estancia en el restaurante, vio en ella a una mujer agradable, guapa, fornida, que cautivaba con la sencillez de su carácter, al grado que al separarse del “Viena”, hará más o menos un mes, gran parte de la clientela, alemana, se retiró. 

LA IDENTIFICACIÓN FUE HECHA hoy al medio día por la señora Carmen Gómez de Weimann que vive en el 249 de la Avenida Chapultepec. Esta señora dijo a la policía que al ver esta mañana el retrato del cadáver de la mujer asesinada en la esquina de Frontera y Avenida Chapultepec, no le quedó la menor duda de que se trataba de Marie Bollnow. Ésta vivía en la casa de la señora Weimann, donde tenía un cuarto rentado. 

La policía practicó una revisión a todos los papeles de la occisa que dejó en la casa de la señora Weimann y nada pudo encontrar que la orientara en sus investigaciones, a no ser el dato del marido con quien se encontraba separada por causas que se ignoran. Nosotros logramos entrevistar a la señora Weimann y nos dijo que Marie era un tanto rara en su modo de vivir. Afable, eso sí, pero poco comunicativa. Dijo haber escuchado “extraños movimientos” en su cuarto algunas noches, pero no se atrevió —así nos lo dijo— “a hacer conjeturas”, pues el cuarto de la señora Bollnow se encuentra de lado opuesto al de la señora Weimann en la vieja casona de Avenida Chapultepec. A últimas fechas —nos dice nuestra entrevistada—, Marie salía como a eso de las seis de la mañana para dirigirse a su trabajo. Parece que prestaba sus servicios a una fábrica de suéteres, propiedad de unos alemanes. También recuerda que a últimas fechas la venía visitando un sujeto de estatura baja, güero y un tanto malencarado, que escondía los ojos debajo del ala de su sombrero. Las señas de este individuo coinciden con detalles de los que dio el testigo del crimen y sólo está en desacuerdo en aquello del color, pues aquél asegura que se trataba de un chaparro, moreno. Pero como quiera que por lo temprano de la hora o por la sombra proyectada por su sombrero no hubiera logrado verlo bien, la policía cree que es el mismo. ¿Qué clase de relaciones llevaba la alemana con ese hombre? Se ignora. De lo que sí hay certeza es que en el fondo se trata de un crimen pasional.