Cinco álbumes del 2022: una selección

No escapamos de las listas que consignan las películas más notables, los mejores libros, el Top Ten de series
que marcaron cada año que finaliza; algunas destacan como guías funcionales para abrirnos a nuevos
territorios del arte, que de otro modo desconoceríamos. En este caso, José Homero pondera su selección
de discos lanzados en 2022 —y argumenta por qué los eligió: hay una apuesta musical, un debut
que merece notoriedad, una leyenda aún vigente, una obra innovadora y un artista que despliega su plenitud creativa.

The Smile
The Smile
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Contra lo que suele espetarse como tópico casi senil, el pop no está agotado ni sometido a una uniformidad globalizante del gusto. La cosecha anual continúa dejando álbumes que reclaman situarse históricamente. Y 2022 no fue la excepción.

Por motivos de espacio destaco só-lo cinco. No es una selección jerárquica, sino que sigue estos principios: un disco de una leyenda (el de Costello pudo ser YTILAER de Bill Callahan, con igual relevancia); el de un artista en su madurez creativa (Arctic Monkeys, aunque listaría Skinty Fia, de Fon-taines D. C., y bandas como Big Thief, Alvvays o The 1975); una obra notable por su innovación; un debut sorprendente (Wet Leg, aunque Cub de Wunderhorse sobresalió asimismo); y por último, una elección por la propuesta musical: The Smile (si bien Ants From Up There de Black Country, New Road es un serio rival). Expuesto mi criterio, razono los elegidos.

CHARLOTTE ADYGÉRY & BOLIS PUPUL, TOPICAL DANCER, DEEWEE

En 2019, el EP Zandoli atrajo la atención mundial hacia Charlotte Adigéry & Bolis Pupul. La singularidad residía en la inteligencia para combinar las raíces étnicas del dueto belga con un sonido más asociado al baile que a la discusión de temas públicos. Su álbum debut prueba que la expectativa tenía razón. El multiinstrumentista Pupul dota estos versos que discuten temas como el postcolonialismo, la política de género, la corrección política, la xenofobia y la denuncia del heteropatriarcado con estructuras que entreveran acentos del tecno, el funk y el house con otros evocativos de África, el Caribe y hasta de los Talk-ing Heads. Complejo, irónico e inteligente, Topical Dancer atestigua que este dueto se halla destinado a transformar la música pop contemporánea.

THE SMILE, A LIGHT FOR ATTRACTING ATTENTION, XL RECORDINGS

En aquel Glastonbury virtual de 2021 emergió el supergrupo que nadie esperaba. Conformado por Thom Yorke, Jonny Greenwood, puntales de Radiohead, y el baterista de Sons of Kemet, Tom Skinner, The Smile propone piezas minimalistas dotadas de insinuantes y sinuosos círculos melódicos con timbres sonoros como pedrería celestial. Yorke musita versos reticen-tes, plenos de angustia que no se cura con la edad, Greenwood da complejidad a las tonadas más simples y el pulso magistral de Skinner transforma secuencias hipnóticas en tormentas roqueras (“You Will Never Work In Television Again”), o en síncopas de free jazz (“Thin Thing”). Por si fuera poco, la lírica recapitula nuestra relación con los medios y los miedos. Es un excelente primer disco de un trío que demuestra que el pop puede navegar por aguas traicioneras sin zozobrar en el mar de los sargazos del tedio.

Es un excelente primer disco de The Smile: demuestra que
el pop puede navegar por aguas traicioneras sin zozobrar en
el mar de los sargazos del tedio

Cinco álbumes del 2022: una selección
Cinco álbumes del 2022: una selección

ELVIS COSTELLO, THE BOY NAMED IF, EMI

Las añejas deidades roqueras no suelen publicar novedades capaces de enfrentar su legado con donaire, menos aún que constituyan nuevos hitos. El álbum número 32 de Elvis Costello recapitula sobre su pasado con frescura, urde un puñado de grandes canciones reminiscentes de su brutal juventud nuevaolera, pero con músicos más diestros —The Imposters, casi The Attractions. El maduro Costello no ha perdido gracia para componer estribillos y riffs pegajosos, que alternan entre el rockabilly, el country, el blues y el pop más directo, ni mucho menos para contar historias plenas de poesía y hasta rendir baladas más románticas que sardónicas y uno que otro relato siniestro. Como pilón, añade unas notables versiones en vivo de clásicos de los sesenta y setenta. Un gran disco que nos devuelve a un héroe en plenitud.

WET LEG, WET LEG, DOMINO

Este dueto irrumpió con “Chaise Longue” en el 2021 como una benigna fiebre veraniega. Su ritmo contagiante, su espontaneidad y el humor entre inocente y absurdo de sus versos —dadaísmo en minifalda— provocó que incluso los lobos más viejos de la pradera inquirieran ¿quiénes son esas chicas? Su homónimo primer álbum confirma que Wet Leg bebe en el pop primordial —las canciones de tres minutos— y que retoma el espectro de la new wave con la suficiente sabiduría para no parecer ni perecer por nostalgia. Los acordes ingenuos, festivos, juguetones, curiosos, se entreveran con reflexiones actualísimas sobre la edad, la desilusión amorosa, la frustración de la primera juventud, la renuencia a una vida convencional, todo aderezado con erupciones de estribillos y guitarras. Tan perfecto para la fiesta como para oírlo en la chaise longue al día siguiente.

ARCTIC MONKEYS, THE CAR, DOMINO

El séptimo disco de Arctic Monkeys prosigue la ruta tomada en el predecesor. Alex Turner se adentra en la casa de espejos de la reflexión sobre la biografía personal y trama máscaras para representar la vida contemporánea. Las primeras canciones ya asientan el tono y la ambición: arreglos orquestales, dicción clara e inflexiones aterciopeladas, compases de salón de baile en madrugada, acordes en piano con revestimientos de cuerdas y secuencias para urdir una cinemática banda sonora mental. A la dominante presencia orquestal (“ahora la orquesta nos tiene rodeados”, escuchamos en la sarcástica “Big Ideas”) se añaden tanto pinceladas funkis como acentos jazzísticos y escarceos de glam rock. Será una de las cumbres en la trayectoria de un grupo que ha sabido transformarse.