La proliferación de la lit grit y del gótico sureño nos obligan a replantearnos la idea de un canon literario gringo, abastecido sólo por el buen gusto de la academia. Del sur profundo de los Estados Unidos ha emergido un puñado de escritores que, a golpe de buena literatura, ha conquistado territorios que hasta hace tiempo parecían reservados sólo para los autores pertenecientes a la clase media. Desde 2014, la editorial Dirty Works, con sede en Madrid, ha acometido la tarea de evangelizar al lector en español en dichas corrientes.
Las luces apuntan a que el auge del gótico sureño (no confundir con el gótico tradicional), se debe en parte a la adaptación cinematográfica de El callejón de las almas perdidas, la novela de William Lindsay Gresham. Y de la primera temporada de la serie True Detective. Sin embargo, este fenómeno se remonta a autores salidos de las sombras, como Jim Thompson, un outsider literario por excelencia. Y más recientemente, Donald Ray Pollock. Con el reconocimiento o no de la crítica, desde hace casi una década, la editorial Dirty Works ha destapado una maravillosa cloaca de los pesos pesados que nutren su ambicioso catálogo. Uno de los más singulares del panorama actual.
DEFINIR EL CRITERIO EDITORIAL de una casa independiente conlleva un proceso. Que se perfecciona con el paso del tiempo. Sin embargo, Dirty Works lo ha tenido todo claro desde el principio. Y aunque ellos afirman que publican sólo lo que les gusta, la verdad es que no han traicionado el sur profundo ni el Medio Oeste. Porque seguro que les sobran propuestas. Pero no han caído en la engañosa tentación de expandir sus registros. Sólo publican traducciones, lo que por momentos se antoja un balazo en el pie. Pero su filosofía de incluir lo excluible es un riesgo que agradecerles. La misión que se han autoimpuesto ante el desinterés de los grandes sellos.
Su elegante diseño editorial basado en el negro se intuye un homenaje a Johnny Cash. Todas sus portadas son ilustraciones, cuya litografía se obsequia cuando adquieres sus libros en preventa en el sitio web. El largo slogan con el que se describen a sí mismos reza: “Grit lit, gótico sureño, realismo sucio. Música alta, buenas series, cerveza fría y litros de bourbon”. Tal es la declaración de principios con la que manejan el changarro. Casi todo lo opuesto a lo que significa llevar una editorial en estos días. Dentro de toda esta falta de seriedad existe la mayor seriedad posible: así lo demuestran los 36 libros que han publicado hasta la fecha.
La mejor literatura también puede surgir de los pueblos fantasmas y de las caravanas
DIRTY WORKS NACIÓ de la asociación delictuosa entre el escritor y traductor Javier Lucini y el documentalista y escritor Nacho Reig. Dos tipos grandotes que no tienen pinta de editores. Pese a ello han realizado una labor invaluable. Cuentan que el arrebato de montar la editorial surgió en una cantina. Y no es de extrañarse, como ocurre en los westerns, el saloon es donde suceden las mayores tragedias o las mejores ideas. Y no hay duda de que Dirty Works es una mina de descubrimientos. A un golpazo, le sucede otro. Y luego otro más. Uno como lector no deja de asombrarse y de preguntarse cómo era posible que pudiera vivir sin estas historias. Una certeza queda después de internarse en el universo Dirty Works: la mejor literatura también puede surgir de los pueblos fantasmas y de la vida en las caravanas.
ENTRE LAS CARTAS FUERTES de la casa relumbran nombres como el de Harry Crews, Larry Brown, William Gay o Bonnie Jo Campbell. Y a falta de definiciones a la mano, se habla de un subgénero catalogado como realismo ultrasucio. Una categoría que no le hace justicia del todo a la colección. En Mujeres y otros animales, Bonnie Jo Campbell alcanza momentos tan luminosos que el realismo sucio se queda corto. Y la comparación, que a estas alturas se antoja ridícula, de Campbell con Carver es gratuita. Pero esto habla por un lado del desconocimiento de este nuevo linaje de escritores y de la falta de palabras para designarlos.
En sus casi diez años, Dirty Works ha pegado más home runs que varios equipos de las grandes ligas, con las nóminas más abultadas del condado. Y mientras esa Norteamérica oculta continúa produciendo librazo tras librazo seguro que Dirty Works tendrá el radar prendido.