Especies tan lejanas (Sexto Piso, 2024) de Nayeli García Sánchez, se debe leer lentamente, en voz alta y con un lápiz en la mano. Es una novela de carretera que implica dos viajes o quizás un viaje que se bifurca. El primero es lineal, impulsado por una búsqueda telémaca: alguien que busca noticias de su padre ausente. La narradora, Natalia, viaja a Irapuato, ciudad donde nació y murió el patriarca, en busca de información para conocer su identidad. De David Bocanegra García apenas se sabe un par de cosas, entre ellas que era profesor y lleva cuatro años muerto. Lo que la hija encuentra en la localidad guanajuatense es una ciudad “chaparra con las huellas que dejan los sueños sin cumplir” y, antes de comenzar la investigación, Nayeli pierde al perro de Daniela, su casera provisional en esa ciudad.
El segundo viaje es uno dantesco del infierno a la gloria. Pero a diferencia del infierno trazado por el escritor italiano, los círculos concéntricos y la geografía apenas navegable, el de García es en gran medida cartesiano, densamente poblado de dudas y preguntas que nutren su constante búsqueda del conocimiento “verdadero”.
Muchos lectores encontrarán atractiva la frase inicial de la novela: “Pegué una de las hojas en el poste y añadí con pluma tres signos de pesos. Venir a Irapuato a buscar a mi papá y terminar, en cambio, poniendo avisos de SE BUSCA UN PERRO”. Desde el principio de la novela Nayeli García presenta a sus lectores a una heroína proactiva que decide ir en busca de su padre y hace que toda la narrativa gire en torno a ella. ¿Cómo crea García a una protagonista interesante, memorable y con la que el lector pueda identificarse, un personaje interesante para los lectores? La autora le da a Natalia tres cosas: 1) una pérdida que necesita solución; 2) un objetivo que perseguir y que probablemente le resolverá la vida y, 3) una lección de vida. Especies tan lejanas es una novela confiable y original porque Natalia es el clásico ejemplo del protagonista imperfecto. La vida de la heroína está plagada de dificultades desde el principio, no sabe quién es su padre, el silencio materno rodea su figura. Jacobo, su novio, no es exactamente el mejor compañero de viaje que uno pueda tener. Con estos elementos puestos sobre la mesa, el lector sigue la historia para saber si Natalia puede mejorar su vida o equilibrar sus defectos.
LA NOVELA PROGRESA porque la autora tiene un control sobre el sentido del tiempo, en este caso fracturado. En Especies tan lejanas, la secuencia de acontecimientos se rige por una lógica propia justificada por las preguntas centrales del libro: ¿cómo es el viaje en el que Natalia persigue el fantasma de su padre? A lo largo del libro, en el que una de las preocupaciones centrales son los kilómetros que Natalia recorre para encontrar a su padre, como suele ocurrir en algunas historias de “carretera”; el tiempo fluye en una especie de patrón de marea, la cadencia es similar a algo cíclico, al surgimiento y retroceso del agua rompiendo sobre la arena, una y otra vez.
Haciendo uso de la memoria, Natalia enumera los momentos de la escasa vida familiar en la que ella no participó, pero que sus recuerdos y cuestionamientos repiten una y otra vez produciendo una corriente subterránea de preguntas, pensamientos, introspecciones, charlas, explicaciones y confesiones silenciosas. Aquí algunas: ¿Buscar al padre es la condena de mi generación? ¿Es realmente la maternidad un llamado de la naturaleza y la ausencia de padre algo tan terrible? ¿Qué es lo que se busca exactamente? ¿Qué olvidan las personas que no guardan un archivo familiar?
Más allá de los trazos y motivos rulfianos más obvios en Especies tan lejanas, también hay huellas de las aventuras de Jasón en su viaje para encontrar el vellocino de oro
Aunque fuera ampliamente aceptado que García Sánchez fue influida por las obras de Juan Rulfo, se percibe también una deuda con el trabajo de Carlos Fuentes, Roberto Bolaño y Jack Kerouac. Más allá de los trazos y motivos rulfianos más obvios en Especies tan lejanas, también hay huellas de las aventuras de Jasón en su viaje para encontrar el vellocino de oro. Todos los personajes de estas historias emprenden un viaje de aventuras para capturar aquello que
los convertirá en otra cosa. En el camino, encuentran todo tipo de obstáculos y desafíos, dando origen así a uno de los tipos de historia más querida de todos los tiempos: la novela de carretera. Y, a menudo, en estas búsquedas, la misión se vuelve algo secundario respecto a otros descubrimientos de orden más personal. Los giros y quiebres de la historia disminuyen en importancia ante las respuestas que se desprenden de la telemaquia.
¿Qué es lo que hace que algunas obras de literatura influyan fácilmente en la mente de los lectores y se conviertan en parte de una experiencia colectiva? Leí la novela un par de veces. Me pareció fascinante y transformadora.
