Farsallica: limosneros del pop

El corrido del eterno retorno

Metallica
Metallica Foto: Fuente: twitter.com

Hace décadas, cuando los metaleros tenían integridad, criticaban a Kiss por ser amos de la comercialización.

Gene Simmons respondía presumiendo los ceros de su cuenta. Si algo distingue al Demonio es su congruencia. Jamás ha negado que la banda está en venta. Pero no importa cuánto se rebaje cualquier banda, nadie se ha abaratado tanto como Metallica.

Qué güeva volver al recuento de sus barrabasadas, pero acaba de besar el suelo como nunca lo había hecho. Anunció una edición de treinta aniversario de su disco más icónico: The Black Album. El box set, ya en preventa, va a costar 7,214 pesos e incluye un disco de cóvers: The Blacklist. Cuatro CD’s con artistas diversos versionando esas rolas que no faltan en un bar rocker.

Lo escandaloso es que entre los invitados figuran J Balvin, Juanes, Ha*Ash y Mon Laferte. Metallica quiere ingresar al mercado pop y se cuelga de lo que puede. Tiene todo calculado y no dudemos que para septiembre, al salir The Blacklist, alguno de estos tracks se cuelen en la lista de canciones más reproducidas en Spotify. La bronca es que al rock no lo están matando otros géneros, sino los rockeros mismos.

En 2017 escribí un texto sobre cómo Metallica estaba matando al metal. En una carne asada, un metalero me cuestionó con lágrimas en los ojos (no es broma), mi postura ante la banda. Con The Blacklist creo que ya ni los metaleros más férreos pueden defenderlo. Metallica se ha reblandecido más que una galleta María sumergida en leche tibia. La incorporación de estos artistas al disco de cóvers supone un revés duro para la batalla del momento: rock vs. reguetón.

Conozco muchos rockers (entre los que me incluyo), de la vieja escuela y chavos, que nos pasamos la vida defendiendo el rock, que está en crisis. Es innegable. Ya no es la música imperante. Y todo para que venga Metallica con sus mamadas. Los rockeros se quejan, con amargura, de que las nuevas generaciones se entreguen al reguetón. Y justo cuando es más necesario defender las convicciones, Metallica le entra al juego.

Muchos nos pasamos la vida defendiendo el rock, que
está en crisis... Para que venga Metallica con sus mamadas

Ha dejado de ser una banda para convertirse en un Oxxo. No es la única que conforma el género. Pero sí la más representativa. En el nombre lleva la penitencia. El metal está ideológicamente abanderado por Metallica. Se define por la música, pero también por la actitud. Como el punk. Escuchar metal conlleva cierta actitud. Que no es compatible para nada con los invitados fresas al tributo.

Por qué Metallica no invitó a metaleros al tributo. Porque el metal ya no es rentable. Y está regresando a sus orígenes. Al under. Y no dudemos que se cocinen cosas chingonas. Pero como movimiento está sepultado. Metallica es la banda en activo más importante del movimiento y sus subgéneros. Con Black Sabbath retirado, estaba llamada a mantener la música maldita. Pero sólo se ha puesto en remate.

Black Sabbath es un ejemplo de coherencia. En años recientes han sacado dos discos de cóvers, con bandas de espíritu afín a Sabbath: What is this that Stands Before Me? y Volumen 4 Redux. En el rock siguen existiendo las jerarquías. Y ha quedado claro que Metallica jamás se convertirá en un monstruo sagrado. No importa que Ozzy se haya prestado al chascarrillo del reality show familiar, su música nunca ha dejado de tomarla en serio.

¿Seguirán los fans defendiendo a Metallica después de esto? Apenas se dio la noticia de The Blacklist comenzaron a circular memes mofándose. El homenaje costará 940 pesos en cd y más de cuatro mil pesos en vinil. Sale carísimo ser fan de Metallica. Qué tragedia que en los últimos años hayan dejado de hacer música significativa y se dediquen a exprimir a los fans.

Siempre que critico a Metallica frente a un metalero responde con un argumento que no puedo desmentir: sin sus riffs la música, el rock, el metal no sería lo que es ahora. Se refieren a los de Kill ‘Em All, de ... And Justice for All. Es verdad. Por eso duele que la banda cometa tantas bajezas. Que tenga tan pocos escrúpulos. Fan From Hell significa seguir a tu banda hasta el infierno, pero cuando se acuñó la frase jamás imaginamos que tendríamos que seguirlos hasta el pop y el reguetón.

The Blacklist parece un chiste. Como el comercial de Samuel García con el movimiento de la “edad avanzada regia”. Como dice el meme: “Metansella por el culo”.

Los memes no perdonan, los fans sí.

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