Furiosa de la saga de Mad Max de George Miller

FILO LUMINOSO

Furiosa de la saga de Mad Max
Furiosa de la saga de Mad Max Foto: Jasin Boland, Warner Bros Pictures

Se han cumplido nueve años del estreno de la prodigiosa Mad Max Fury Road (2015), el muy esperado regreso de George Miller a la aventura épica del Guerrero de la carretera. Aquella cinta era una puesta al día, un remake y un viraje violento de la narrativa al desplazar al personaje del título a un papel secundario y convertir a Imperator Furiosa (Charlize Theron) en la protagonista. La apuesta de Miller funcionó, la película reinventó el cine de acción, fue un éxito tremendo de taquilla (más de 380 millones de dólares) y obtuvo diez nominaciones al Óscar, de las cuales obtuvo seis. La saga de Mad Max comenzó con una obra clásica y de culto, rodada en 1979 de manera independiente, sin pedir permisos y con un presupuesto de 350 mil dólares. Esta es parte del canon del ciberpunk junto con Blade Runner (Ridley Scott 1982), Alien (Scott, 1979) y Terminator (James Cameron, 1984). Las cuatro han tenido secuelas pero únicamente Miller ha dirigido todas las cintas de la franquicia. Lo que inició como una película de pandillas de motociclistas fuera de control eventualmente popularizó una estética punk cargada de parafernalia sadomasoquista y tecnologías retro, dio lugar a una mitología sobre el ecocidio y redefinió el término postapocalíptico. Le siguieron Mad Max 2. El guerrero de la carretera (1982) y Más allá de la cúpula del trueno (1985).

FURIOSA (que costó 168 millones de dólares) es la quinta cinta en la saga y la precuela de Fury Road. Aquí se relata la historia del origen, supervivencia y sobre todo venganza del personaje del título, una guerrera y experimentada conductora de la preciada pipa o war rig del líder de la Ciudadela, Immortan Joe (Hugh Keays-Byrne), que era presentada parcamente. Furiosa inicia con una secuencia de connotaciones bíblicas. Dos niñas de diez años se han alejado demasiado de casa. Una de ellas, Furiosa (Alyla Browne) arranca un jugoso durazno de un árbol en el pequeño oasis que es “El lugar verde”, donde viven las Vuvalini, la tribu de muchas madres. Ese fruto prohibido va a causar que la niña sea expulsada del paraíso al ser raptada por miembros de la pandilla de Dementus (Chris Hemsworth con una nariz postiza), el patriarca de un clan de piratas motorizados a los que guía con mano dura y ejemplos de brutalidad extrema. La madre de Furiosa, Mari Jabasa (Charlee Fraser) persigue a los secuestradores a caballo y en motocicleta para tratar de rescatar a la pequeña y proteger el secreto de la existencia del lugar de abundancia en un mundo desértico, el Wasteland, páramo irredimible y tierra desperdiciada. Como sabemos por la película anterior ese paraíso quedará convertido en un siniestro pantano, por lo que el acto de desafío coincide con la destrucción de ese lugar que se convierte en una leyenda más.

Furiosa, escrita por Miller y Nico Lathouris, está estructurada en cinco capítulos que se extienden por quince años, lo cual es una gran diferencia con las demás cintas de la serie que se desarrollan en unos días. Dementus es un psicópata sádico con delirios de grandeza que a veces se transporta en un carruaje tirado por tres motos que evoca a un Ben-Hur mecanizado. Se hace acompañar por una corte en la que cuenta con un historiador que literalmente lleva escrita la sabiduría en la piel y hábito (George Shevtsov). El líder trata de obtener indicaciones para encontrar “El lugar verde” pero se termina conformando con quedarse con la niña, que rebautiza Pequeña D y la pasea en una jaula como una mascota. La ambición de poder lleva a Dementus a tomar Gas Town, uno de los enclaves, que junto con Bullet Farm, están aliados con Immortan Joe (en esta cinta es interpretado por Lachy Hulme, que sustituye a Keays-Byrne, quien también había interpretado al cruel Toecutter y que murió en 2020) que detenta el poder de la Ciudadela. Dementus logra negociar el control de Gas Town pero Joe exige entre las condiciones que le entregue a Furiosa para incorporarla a sus concubinas. Furiosa rápidamente entiende la situación y se niega a ser violada y a convertirse en incubadora viviente de las monstruosidades genéticas que produce el adn de Joe, por lo que escapa y se esconde entre los trabajadores que mantienen la maquinaria bélica. Poco a poco, por su dedicación y habilidad, va ascendiendo hasta ganarse el respeto del legendario guerrero y conductor del war rig, Praetorian Jack (Tom Burke), quien se compromete a enseñarle todo y ayudarle a escapar.

La trama de Furiosa es más sórdida, triste, íntima y personal que las demás películas de la serie. Eso no quiere decir que no haya numerosos elementos cómicos, pero la vulnerabilidad de la protagonista y su esperanza de volver a un lugar fantástico e inexistente añade un elemento de pesimismo trágico. Pasando los 40 minutos de la película, finalmente aparece Anya Taylor-Joy en el papel principal, con muy pocas líneas de diálogo y en cambio con un brillante manejo de las miradas, el lenguaje corporal, las expresiones y los gestos que hacen redundantes las palabras. Poco a poco vemos esa figura frágil convertirse en una guerrera imponente y segura de sí misma como el personaje de Theron. Furiosa es lo opuesto de una doncella en apuros; es dueña de su destino y no está esperando ser rescatada. Incluso Jack juega un papel menor en su redención.

La trama de Furiosa es más sórdida, triste, íntima y personal que las demás películas de la serie

Los elementos emocionales no le restan nada a las vertiginosas secuencias de acción que nuevamente oscilan entre el caos esquizofrénico y la poética. Por momentos podríamos pensar en la coordinación al borde de la catástrofe de un Buster Keaton ciberpunk que viaja a toda velocidad realizando proezas acrobáticas, mientras en otros la intensidad orgánica (que a pesar de emplear algunos efectos digitales obvios no pierde esa calidad visceral) de los impactos, fuegos, explosiones y caídas crean una sensación de ansiedad asfixiante. El espectador apenas tiene tiempo de ver lo que sucede en las frenéticas composiciones, que evocan a envolventes obras futuristas de Boccioni. Aunque parezca imposible Miller ha reinventado las secuencias de acción en un tiempo saturado de excesos fílmicos al estilo de seriales como Fast and Furious y las cintas de James Bond, entre otras que parecían anunciar que nada nuevo podía mostrarse en una persecución de vehículos.

Furiosa está cimentada en la lógica de la escasez (real y artificial) que caracteriza a Mad Max y que se refleja en el contraste entre los diálogos austeros y la fotografía de Simon Duggan, la música con ecos morriconianos de Tom Holkenborg y la edición de Eliot Knapman y Margaret Sixel.

Continuar o superar el éxito de Fury Road no era una meta fácil. Sin embargo, Miller construye un universo de dolor irreparable mediante emboscadas, aparatos estrambóticos, acuerdos políticos entre villanos fatuos y sádicos. El mundo ha muerto junto con la esperanza, pero al controlar su odio y venganza, Furiosa planta literalmente la semilla de un nuevo mundo posible.