Al fondo de su grieta en el muro, el alacrán lee con lupa las cláusulas de su contrato de internet, donde le prometen una velocidad de veinte gigas siempre y cuando (pase a las letras chiquitas): la red de aérea local (LAN) tenga capacidad, la localización del inmueble o cierto tipo de muros no lo impidan, y el número de dispositivos conectados no fraccione el ancho de banda. El escorpión lo sabe: “Tenemos un internet lento, malo y caro”.
El tema llamó al arácnido a indagar en la guerra (tecnológica, comercial, económica) entre Estados Unidos y China por las redes digitales de quinta generación 5G. Esta tecnología conectará todo el ecosistema masivo del Internet de las Cosas, dando a las redes la capacidad de atender la comunicación de miles de millones de dispositivos a gran velocidad, con gran calidad y a menor costo. La magnitud del cambio la apreciamos al recordar que bajar una película en 3G tomaba más de veinte horas, mientras la red 4G redujo el tiempo a seis minutos. Con tecnología 5G, la acción tomará tres segundos y medio.
La tecnología 4G significó para Estados Unidos un aumento de 100 mil millones de dólares en su PIB. Con la implantación de la 5G, se estima una generación de 500 mil millones de dólares más para su economía, además de la creación de tres millones de empleos. Pero hay un problema, observa el venenoso con cierta inevitable sorna: ninguna empresa estadunidense ha desarrollado esa tecnología. La 5G más avanzada y lista para funcionar en todo el mundo en 2020 es de la empresa china Huawei, de ahí el conflicto entre ambos países. Pero además de empleos y dinero, también está en juego el poder, insiste el escorpión.
"La 5G más avanzada y lista para funcionar en todo el mundo en 2020 es de la empresa china Huawei, de ahí el conflicto entre ambos países".
Contar con la red 5G permitirá el acceso a todo lo que sucede en línea, y como van las cosas, Huawei podría almacenar toda esa información. Para el gobierno estadunidense, eso equivaldría a ser espiado por China. Tampoco Google ni Facebook o Apple permitirán tal concentración de información en Huawei, cuando estas empresas estadunidenses han controlado tradicionalmente la información global. Menos aún permitirá el gobierno estadunidense el espionaje cibernético chino cuando esas tareas son propias de la CIA y de otras oficinas de información de la Casa Blanca.
La respuesta del presidente Trump fue el sabotaje: prohibir a empresas estadunidenses utilizar o adquirir tecnología de Huawei, mientras Google y Apple buscan bloquear sus actualizaciones a los teléfonos de esa empresa. Con la sartén por el mango y una sonrisa irónica ante la guerra inminente, el CEO del consorcio oriental, Ren Zhengfei, pide calma y negociación, lee el escorpión en un portal chino, pero como reza el clásico: “The Winter is Coming”.