Como en su canción de 3-D, “La Muerte Blanca” llegó por Lino Nava tras un rudísimo tiro contra el cáncer. Reconocido por su generosidad y sencillez, Lino fue un músico imprescindible en la escena rockera nacional entre los ochenta y los dos miles. Sociólogo de la unam y compositor del Centro de Investigaciones y Estudios Musicales (ciem), fue un guitarrista que viajó a la velocidad del sonido, desde el heavy metal y el rock fusión, hasta la música para películas. Su legado es diverso y La Lupita logró clavar “Contrabando y Traición” y “Paquita Disco” en el cancionero del rock mexicano.
Supe de Lino en las tocadas del Foro Isabelino, donde el grupo Raxas en el que tocaba era el campeón metalero. Tenían un disco, Presencia, y fueron los elegidos para abrir el malogrado concierto de Black Sabbath en 1989. Después nos conocimos en una entrevista que le hice a La Lupita en 1994, a propósito de su disco Qué bonito es casi todo, producido por Gustavo Santaolalla. Lino había formado a La Lupita en 1991 con Héctor Quijada y Rosa Adame en las voces, Poncho Toledo en el bajo y Bola Domene en la batería. Tenían un disco exitoso, Pa’ servir a usted (1992), y con la magia de Santaolalla iban a llegar a las estrellas. La Lupita era de los grupos que encabezaban el rock mexicano en los noventa: una banda explosiva, accesible para todo el público, siempre divertida y solidaria. Era veterana del Vive Latino y los festivales zapatistas, mientras que Lino recibía premios como guitarrista del año y la década, el grupo sacaba Tres-D (1996), Caramelo Macizo (1998) y Lupitología (2004).
Lino se guiaba por una auténtica curiosidad creativa, tocó rock duro, punk, funk, pop, disco, reggae, jazz, blues y folclórico. Hacían cruzas populares y tradicionales para obtener nuevas razas musicales, como su versión heavy/punk del corrido de los Tigres del Norte, “Contrabando y Traición”. O sus canciones de mariachi rock, “Arre” y “¿Quién te dio permiso?”. Su habilidad como guitarrista lo llevó a colaborar con infinidad de grupos y a rendirle tributos a José José y Rigo Tovar. En esa vena también fue el productor del disco debut de Amandititita, la Reina de la anarcumbia, con los éxitos de “La Mataviejitas” y “Metrosexual”. La otra faceta de Lino era la música para películas. Musicalizó Seis días en la oscuridad, Nicotina, KM 31 y Abel, entre otras.
Tenía otro proyecto de rock metálico, Recolector, con músicos de otras latitudes y densidades. Su homónimo obtuvo el IMAS 2011 como mejor disco de metal.
En seguida apareció Te odio (2012), el disco más pesado de La Lupe donde cruzan el heavy con el rap/reggae de Alika y Niña Dioz en “Mecha”. Pero en 2019 a Lino le diagnosticaron cáncer cerebral. Cinco operaciones y quimioterapias después, en 2021 anunció que ya la había librado, antes de ponerse a trabajar en Tormenta, el último disco de La Lupita. En 2023 el cáncer regresó con saña. Lino Nava murió a los 55 años, siendo uno de los mejores guitarristas de nuestro rock.
