Lynn Fainchtein

LA CANCIÓN #6

Lynn Fainchtein
Lynn Fainchtein Foto: Wikipedia

Mi generación creció escuchando la radio rockera de la Amplitud Modulada entre los setenta y los ochenta: Radio Éxitos, La Pantera y Radio Capital. Yo brinqué a la Frecuencia Modulada con Radio Universal y, en 1983, descubrí Radio Hits y WFM Rock Estéreo. Su programación estaba clavada en el rock / pop en formato tradicional. Entonces irrumpió Rock 101, en 1984, y todo aquello pareció anticuado.

101 capturó los oídos con creatividad y música novedosa, iban más allá del rock, eran irreverentes e incluyeron voces femeninas. Ahí escuché a la locutora, productora, coleccionista y curadora musical, Lynn Fainchtein.

Rock 101 se convirtió en la compañera perfecta durante los años de preparatoria y universidad, cuando se dio el paso del vinilo y el casete al disco compacto. Lynn conducía y producía varios programas, como Descelofaneando, donde presentaba discos recién salidos con ese ritual que consistía en abrir el vinil o el compacto como si desvistieras a una persona o pelaras una fruta exótica antes de comerla. La calidez y pachequez de su voz eran parte de la experiencia. También creó la emisión Salsabadeando, el programa de música afroantillana donde ponía salsa, merengue, cumbia, reggae, bachata y ska. Un programa así era una molotov de azúcar en una estación de rock, cuando grupos como Mano Negra, Los Fabulosos Cadillacs, Todos Tus Muertos y Maldita Vecindad fusionaban esos ritmos convirtiéndolos en un nuevo punk.

El otro programa que conducía Lynn también era idea suya: Mujeres comma rock, una emisión dedicada a la música hecha por mujeres de todo el mundo. Sin percatarnos –es decir, sin la conciencia de género actual–, guiados por la única verdad que era la música, la voz y el bagaje de Lynn, escuchábamos un programa pionero de radio feminista en México. Pero Rock 101 se acabó y dejó de transmitir por Núcleo Radiomil en 1996. Para ese año ya sonaba Radioactivo 98.5, la estación que llegó al relevo en la que Lynn también tuvo un programa llamado Nunca en domingo, que se transmitía los sábados.

A mediados de los noventa, Lynn fue Directora de Programación y Noticias de MTV Latinoamérica, donde hizo televisión rockera con grupos mexicanos y argentinos, antes de producir el documental Crónicas de un movimiento anunciado, sobre el EZLN en Chiapas.

E inició el ciclo más productivo de su vida en la producción y supervisión musical de películas, series y documentales que empezó con Alejandro González Iñárritu, Alfonso Cuarón, Fernando Sariñana y María Novaro. Supervisó y musicalizó más de cien producciones de cine y plataformas de entretenimiento, el último proyecto en el que intervino es la serie de Netflix, Cien años de soledad.

El 18 de febrero Lynn escribió en su X Twitter: “el narco ya se adueñó del gobierno, del ejército, de las tierras y ahora de la música”, sobre una entrevista a Peso Pluma en El País. Unos días después de su fallecimiento apareció la polémica portada de la Rolling Stone con el cantante belicoso: “El futuro de la música”. Lo que más le gustaba en la vida a Lynn.